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18/07/2022/ La llegada de Ómicron ha desestabilizado completamente la pandemia en los últimos meses. Esta, considerada como la cepa más contagiosa conocida hasta el momento, disparó la cifra de infectados durante varios meses. Sin embargo, parece que las nuevas subvariantes BA.4 y BA.5 (también conocidas como Covid-22) podrían ser mucho más peligrosas por su capacidad de contagio y los nuevos síntomas que presentan.
Ahora, meses después de la llegada de esta variante, el coronavirus ha mutado tanto que las autoridades creen que presenta muchas diferencias con el original SARS-COV-2 y lo han rebautizado ya como Covid-22. Las diferencias de BA.4 y BA.5 con las antiguas variantes son claras: más agresividad, mayor contagio y más síntomas.
Síntomas del Covid-22.
Las nuevas variantes del Covid-22 presentan síntomas muy similares a los de anteriores cepas, como fatiga, tos, fiebre o dolor de cabeza entre los más habituales.
Sin embargo, también han comenzado a presentar signos menos comunes como diarrea, dolor agudo de garganta e hipotensión ortostática (mareos súbitos en momentos muy concretos). Otros tantos como la secreción nasal, el dolor muscular, la falta de olfato y gusto o la falta de aire también se mantienen, aunque son mucho menos frecuentes.
Mayor transmisión y capacidad de contagio
Los nuevos linajes de Ómicron, BA.4 y BA.5, han demostrado, por el momento, una mayor capacidad de transmisión, además de una mayor velocidad. Por su parte, las mutaciones en la estructura molecular que presentan respecto a otras cepas les permiten tener un mayor escape inmune frente a las vacunas del Covid.
Sin embargo, según el Ministerio de Sanidad, no existen evidencias de que esta conlleve una mayor gravedad frente a otras subvariantes como BA.2. Además, no se ha observado un aumento en el número de hospitalizaciones y fallecimientos.
Menor carga viral y mayor dificultad para detectarlo
Según han aclarado los expertos, estas nuevas subvariantes de Ómicron se transmiten con una menor carga viral. De esta manera, la dificultad para ser detectado por los test de antígenos crece y es habitual que tarde más en ser descubierto.
Por otra parte, los síntomas son mucho más duraderos y se prolongan durante más de una semana. Además, al contrario que con las otras variantes, estas aparecen antes gracias al estímulo temprano del sistema inmunitario, especialmente en aquellas personas que estén vacunadas.
