Cristóbal Colón navega en mar de discusiones sobre los monumentos

/ Ricardo Hernández/

 

De quién es la calle, las plazas, los monumentos? ¿Cómo se configura un espacio menos patriarcal y más inclusivo, con perspectiva de género? ¿Qué pertinencia tiene un monumento en la actualidad? Fueron algunos de los cuestionamientos sobre los que investigadores, artistas, curadores, críticos de arte y activistas conversaron en el Foro Dolores de Cabeza: Arte, Espacio Público y Representación, organizado por Cultura UNAM.

Se realizaron tres charlas virtuales a propósito de la remoción de la escultura de Cristóbal Colón del Paseo de la Reforma. Y es que el gobierno de Ciudad de México anunció que se colocaría un monumento a la mujer indígena, comisionada al artista plástico Pedro Reyes, decisión que fue criticada por intelectuales, analistas, académicos y activistas, pero sobre todo por indígenas y feministas, dada la verticalidad de la determinación y por la propuesta misma. Fue tal la polémica que la autoridad reculó y será ahora un comité el encargado de sortear el asunto.

“En la reflexión del qué hacer en torno a este espacio, conocido antes como la Glorieta de Colón y ahora como Glorieta de las Mujeres que Luchan, se representa la discusión sobre temas como colonización, descolonización, indigenismo; sobre los usos y abusos de la historia; sobre la memoria, el espacio público y el arte público; sobre la legislación y comisiones en torno a esto; sobre ideas de identidad, narrativas que se sobreponen o luchan tanto en el discurso público como en el espacio público”, dijo Jorge Volpi, coordinador de Difusión Cultural, quien moderó la mesa titulada ¿De Quién es la Calle, las Plazas, los Monumentos?

Helena Chávez Mac Gregor, curadora e investigadora, recordó que los monumentos han causado polémica desde siempre y esta no es la primera vez que se retira uno. “Sin embargo, lo que ha aparecido en los últimos 10 años ha sido una tensión que emerge en relación a los monumentos por una crítica colonial y racista”. Citó los casos de las estatuas del colonialista británico Cecil John Rhodes en Sudáfrica, del general Robert E. Lee en Estados Unidos y del traficante de esclavos Edward Colston en Inglaterra.

Lo que empata a estos ejemplos con el de Ciudad de México, prosiguió, es el descontento de parte de organizaciones civiles, quienes abogan por la concepción de un espacio público más humanitario.

Daniela Pascual, integrante de la organización Restauradoras con Glitter, hizo mención sobre la falta de representación de la mujer en el espacio público: “Esos símbolos normalmente tienen que ver con el enaltecimiento del papel masculino en la formación de la historia, la identidad y la patria”.

Muy por el contrario, evidenció Sofía Rojas, también de Glitter, la representación de la mujer en espacios públicos patrimoniales se relacionan con la maternidad.

Por su parte, Renato González Mello, exdirector del Instituto de Investigaciones Estéticas, reprobó la decisión antidemocrática del reemplazo de la escultura, ya que el gobierno tiene facultades legales para ordenar lo que pasa con los monumentos, sin necesidad de sólo reaccionar ante las coyunturas.

Inicio del debate

En la mesa ¿Es Público el Arte Público?, el curador en jefe del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), Cuauhtémoc Medina, se refirió a la silueta de mujer que colectivos feministas colocaron en el pedestal de la glorieta de Reforma como “antimonumenta” contra el feminicidio y la violencia de género: “Yo veo a esa silueta con el puño en alto como un inicio del debate, no como un reemplazo definitivo. Porque la silueta de madera de la mujer en lucha no deja de ser un gesto, material y conceptualmente, enfilado a rechazar el oprobio de la definitividad”.

Mónica Mayer, artista multidisciplinaria y feminista, festejó la instalación temporal de la silueta, ya que, sin importar lo que se llegue a poner en el lugar, a partir de ahora será la Glorieta de las Mujeres que Luchan.

La artista conceptual Julieta Aranda comentó que el espacio público es polisémico y puede cumplir varias funciones, por lo que propuso reflexionar cómo hacer monumentos “que no tengan la obligación de durar 500 años. Pensar en monumentos que puedan ser reemplazados cíclicamente para tratar de dar espacio y visibilidad a una multitud de historias”.

El foro fue convocado por las cátedras Inés Amor, Nelson Mandela, Rosario Castellanos, Mathias Goeritz y Helen Escobedo, así como por el MUAC y el Museo Experimental El Eco.