*Sin tacto
/ Por Sergio González Levet /
Si usted es un padre de familia que quiere poner a su hijo en una institución educativa en la que lo preparen académicamente y se mantenga en un ambiente protegido, tenga cuidado con llevarlo al Colegio La Salle de Veracruz, porque sus autoridades han mostrado un descuido profundo hacia la seguridad de sus alumnos.
Esto lo digo ante la acusación de la señora Paola Moyano y su esposo Arturo Galindo Domínguez contra esa escuela ubicada en Boca del Río, debido a que su hija de seis años de edad sufrió una bárbara agresión dentro de sus instalaciones y en horas de clase, de parte de unos de los alumnos de cuarto año de primaria.
La menor fue atacada por el alumno citado con una patada en la cara cuando estaba tirada en el suelo porque la habían empujado, lo que le ocasionó la fractura del pómulo izquierdo de su cara, herida que puso en serio peligro su nervio óptico, que quedó atrapado en la fisura ósea junto con el músculo que controla el movimiento de la parte izquierda del rostro. Parece cuento de terror y lo es, sobre todo para los padres.
Cuando esa artera agresión sucedió, la pequeña quedó desmayada en el piso y después explicó a la doctora que la atendió dentro de la escuela que veía doble. Además, presentó vómitos que hacen pensar que pudo haber tenido una conmoción cerebral. Sin embargo, la responsable médica y la directora de la primaria solamente le comentaron telefónicamente a la mamá, señora Moyano de Galindo que su hija había sufrido un pequeño percance y que podían pasar por ella a la hora de la salida. Cuando su padre la vio a mediodía se percató del fuerte golpe que tenía en el rostro y la llevó de inmediato con un doctor de confianza, quien la revisó y recomendó que la viera un oftalmólogo, por lo altamente peligroso de la lesión.
La niña y sus padres han sufrido un verdadero calvario, nos cuenta la madre entre lágrimas, porque la niña tuvo que ser intervenida quirúrgicamente en una operación en la que pudo perder la vista. Afortunadamente, el cirujano logró destrabar el nervio óptico sin daño mayor, pero la recuperación de la menor ha sido muy dolorosa y llena de complicaciones, que llevan varios meses, pues fue intervenida en junio.
¿Y qué cree usted que hizo el colegio responsable? Nada. O más bien tratar de hacerse a un lado. El seguro de gastos médicos contratados por La Salle solamente cubre 50 mil pesos, y los padres han tenido que gastar más de 160 mil pesos en la atención de la niña.
La participación de las autoridades del Colegio La Salle ha sido de lo más evasiva con los padres, y han caído en una actitud que infiere un descuido criminal y un deseo ilegal de evadir su responsabilidad.
Suena raro que la escuela se negó a proporcionar los videos del suceso, tomados por su sistema de video-vigilancia, y en las últimas semanas salieron con que en sus archivos no había registro de la agresión. Eso hace sospechar que están tratando de ocultar la identidad del alumno agresor, cuya familia no se ha identificado o presentado siquiera a pedir disculpas a la pequeña y su familia.
Ayer, los padres ofrecieron una rueda de prensa acompañados por el colectivo Las Brujas del Mar, e hicieron saber públicamente los detalles de este penoso suceso.
Falta ver qué harán las autoridades de La Salle y los padres del agresor para apoyar a la familia y a la pequeña que tanto está padeciendo… o si se siguen haciendo guajes.
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