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/ Juan José Barrientos /
03.03.2024. Xalapa, Veracruz.- Ahora que se convirtió en Secretaria de cultura se debe actualizar la Breve historia del IVEC: los primeros quince años de Horacio Guadarrama y Bernardo García Ruiz, pues solo se hizo un recuento de las actividades realizadas y los principales logros de este organismo, fundado en 1987, en el que no se excluyen las críticas a que dieron lugar Ida Rodríguez Prampolini y sus sucesores.
A fines de 1986, la prestigiada investigadora le presentó al candidato a gobernador, Fernando Gutiérrez Barrios, el proyecto de una casa de cultura en el puerto, y éste consideró de inmediato que lo mejor sería crear un organismo estatal, como los que, por cierto, ya operaban en Tabasco y Aguascalientes.
Se promulgó en consecuencia la ley correspondiente y se estableció el organismo para “auspiciar, promover y difundir la actividad cultural” por medio del “fomento e impulso a las artes”, además, se le encargó “la preservación del patrimonio arqueológico e histórico”
y el “estímulo a las expresiones de cultura popular”.
A unos cuarenta años de su fundación, resulta necesario hacer un balance de lo logrado por el IVEC, y este libro permite darse cuenta de que se han rescatado importantes edificios como el antiguo convento de Belén y el que ahora ocupa el Museo del Estado en Orizaba, se ha impulsado el son jarocho, otorgado becas a los jóvenes y publicado algunos libros, a pesar de las restricciones presupuestales. También se han dilapidado recursos en costosos festivales, como el del Tajín y el afrocaribeño, y en pagar los sueldos de algunos funcionarios y empleados.
En general, el instituto se ha orientado por una concepción antropológica de la cultura entendida como todas las manifestaciones de la vida de una comunidad — su lengua, sus creencias, sus usos y costumbres –, que, por otra parte, se pretenden aprovechar para captar divisas, atrayendo al turismo-
Hay por eso quienes piensan que por atender los festejos que se realizan en Veracruz, como el de la Candelaria y otras actividades como los carnavales y la cocina o gastronomía, se descuidò una parte del patrimonio intangible, que estaría integrado por las obras que nos legaron los principales artistas veracruzanos.
¿Qué ha hecho el IVEC para rescatar y preservar ese patrimonio intangible?
En esa breve historia, se menciona la publicación de “una amena biografía, acompañada de fotografías, del músico y compositor veracruzano Mario Ruiz Armengol, de Carlos Barriga, titulada La calle de los sueños”, y también la de sus 18 Danzas cubanas realizada en 1990 y que se reimprimieron en 1998, con lo que continuaba el rescate de las Piezas infantiles que hizo Raúl Ladrón de Guevara en la Universidad Veracruzana.
Desafortunadamente, no se ha podido editar el resto de su obra ni las de otros compositores veracruzanos, como Eduardo Hernández Moncada, cuya primera sinfonía, interpretada por la Sinfónica de Xalapa, con Alejandro Rey Conde, como director, no se había vuelto a tocar desde su estreno la noche del 31 de julio de 1942, con la Orquesta Sinfónica de México bajo la dirección de Mitropoulos. El rescate y la digitalización de la obra de Ernesto García Cabral, se ha realizado, con apoyo del FONCA fuera, sino lejos de Veracruz, gracias al investigador Horacio Muñoz, y se han realizado exposiciones en el Festival Cervantino, aunque el dibujante nació en Huatusco, donde se debería establecer un museo para recordarlo.
Por otra parte, ha sido la U.V. y no el IVEC quien rescató recientemente la autobiografía de Maples Arce; el IVEC no hizo nada, por ejemplo, para remplazar el busto del poeta, que se hallaba en una plazoleta donde confluyen el callejón de Jesús García y la calle de González Ortega, frente a la de Alfaro. Un detalle revelador.