/Eduardo Sadot /
El lunes 20 de octubre de 1975, viajaba en el metro de la estación San Cosme a Taxqueña, el fin de semana había ido de excursión a mil cascadas Guerrero con un grupo de amigos, esa noche del sábado nos sorprendió en plena sierra una tormenta, cedimos las casas de campaña a las amigas que nos acompañaron, el recorrido para llegar provocó en muchos ampollas en los pies que el lunes no dejaban caminar. Ese lunes debía ir a recoger el coche a taxqueña, al llegar a la estación San Cosme pasaba el metro pero debido a las ampollas no corrí y, esperé el siguiente metro, donde viajé pero al llegar al metro chabacano se fue la luz previo a una variación de la iluminación del vagón en el que viajaba, esperamos unos minutos y recuerdo que pasó un camión de chamacos de primaria gritándonos – que el metro chocó – en aquel tiempo no había otra línea de conexión en chabacano y el anden igual que hoy en san Antonio Abad daba para los dos lados, bajamos, del tren y al caminar a la estación Viaducto se veía entre los dos trenes un hombre con playera roja prensado y muerto y se alcanzaban a ver más muertos dentro. En ninguno de los dos trenes chocados, ni el que dio alcance ni el que fue alcanzado en los otros vagones hubo colapso o descarrilamiento, solo la máquina de uno con el cabús del otro. El resto de los vagones nunca se comprimieron.
En el accidente del sábado, en las primeras fotos solo aparecen vagones colapsados pero de la maquina y del cabús donde se dio el choque, nada, evidentemente que el operativo para sacar a los pasajeros y muertos fue espléndidamente bien controlado, más si consideramos que el accidente se dio dentro del túnel el personal del metro coordinado con seguridad no permitieron tomar fotos para poder documentar lo sucedido. Uno puede imaginar la magnitud del accidente porque los vagones también colapsaron, la mayor cantidad de muertos seguramente fueron mujeres, porque en el primer vagón de maquina o conducción viajan mujeres, al ser interior del túnel y a falta de luz, por el riesgo que los pasajeros saben que hay alta tensión en las vías, muchos lastimados permanecieron en sus vagones esperando indicaciones – entre ellas – no filmar con celulares, la operación sacó a los pasajeros por las partes que no permitiera lo que había sucedido en el punto cero donde se dio el choque, ello permitió controlar la información del número de muertos, pero si en el accidente de 75 murieron 31 personas, en el de el sábado deben ser más y en su mayoría mujeres el impacto del alcance por los otros vagones dañados debió ser superior al de 75 con el agravante de que este fue en el túnel y el otro fue en la línea exterior, así que las muertas que viajaban en el primer vagón, cabeza o maquina en el lugar reservado a mujeres debe ser mayor.
Es criminal que la Señora Sheinbaum después de no estar en su lugar de trabajo – y no me digan que por ser fin de semana ella descansa – todos los que han tenido una responsabilidad pública saben, que hay cargos que demandan tiempo completo, prueba de que el accidente es muchísimo mayor que, MORENA tuvo que operar sendos documento firmados por gobernadores, para justificar que la señora Sheinbaum estuviera ausente, en el documento se lee claramente la idea de subrayar que ella y sus funcionarios estuvieron atentos al accidente, cuando es público que ella no estaba y llegó varias horas después.
Imaginen a un director de una cárcel que el sábado y domingo se ausente de su trabajo con el pretexto de irse a su casa de fin de semana y se fugan o se le descontrola el penal, creen que lo justificaría que estaba en horas inhábiles, así de claro, no solo debe renunciar sino además debe enfrentar a la justicia por las mujeres muertas, que seguramente darán por desparecidas – como anillo al dedo – antes que entregar sus cadáveres, al tiempo.
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