ÍNDICE POLÍTICO.
FRANCISCO RODRÍGUEZ.
¡Feliz cumpleaños, muñequita linda!
Ebrard, tras la derrota de Sheinbaum en CDMX + Ricardo Monreal ha aguantado vara + Ola de inmundos jefecitos de prensa
Dicen que los presidentes de la República son los seres más informados de todo el país. Eso dicen. La realidad es que casi siempre son víctimas del engaño, la desinformación, la mentira y hasta de la manipulación. Y allá en sus nubes creen lo que otros les hacen creer.
Le acaba de suceder a AMLO tras los desastrosos resultados que su partido, Morena, tuvo en Ciudad de México en los comicios del 6 de junio. Le dijeron que Ricardo Monreal había “operado” para que más de la mitad de sus candidatos a las alcaldías perdieran frente a los de la alianza PRI-PAN-PRD. Y se la creyó.
Fue por tal que, por segunda ocasión, lo dejó fuera de su peculiar e imposible lista de presidenciables donde sólo incluyó en este orden a la jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum; al canciller, Marcelo Ebrard, al embajador mexicano ante la ONU, Juan Ramón de la Fuente; al embajador mexicano en Estados Unidos, Esteban Moctezuma; a la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier; y a la secretaria de Energía, Rocío Nahle. Sólo le faltó Delfina Gómez.
Monreal, por su parte, dijo que él va a estar en la contienda por la Presidencia 2024-2030. ¿Nada debe? ¿Nada teme?
Rosa Icela y De la Riva, operadores de Ebrard
La derrota de Morena en la capital nacional comenzó a cocinarse, prácticamente, desde el momento mismo en el que Ebrard recomendó, impulsó, incrustó a Rosa Icela Rodríguez en el equipo de Sheinbaum como secretaría de Gobierno. Ninguna congeniaba con la otra.
Las batallas intestinas en el viejo Palacio del Ayuntamiento duraron hasta el 20 de agosto del año anterior, cuando en una “marranera” AMLO anunció el nombramiento de Rodríguez como coordinadora General de Puertos y Marina Mercante en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, área de la que –cual se dice—no sabía ni papa.
Pero de lo que sí sabía y sabe es de la capital nacional. De sus grupos, de los factótums, de las componendas, de los liderazgos y, por supuesto, de la “operación política” con todos ellos. Desde la titularidad de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, cuya vacante ocupó tras la salida del ahora gobernador electo Alfonso Durazo, la funcionaria “operó”.
Rodrigo de la Riva, otro impulsado, incrustado, recomendado por Ebrard en la Fiscalía de la señora Ernestina Godoy –donde lo aguantaron hasta el 26 de julio del año pasado– fue la otra tenaza de la pinza con la que Ebrard quiso apretar a Sheinbaum y a Monreal en una sola lanzada. Conocedor de los grupos delincuenciales y de sus áreas de acción criminal, también “operó” con ellos para que los candidatos de Morena a las alcaldías del poniente metropolitano fuesen derrotados.
Caramboleó Ebrard. Golpeó a Sheinbaum, escondió ambas manos del gato… y también golpeó al líder senatorial.
Esa es la realidad que presumiblemente le ocultan a AMLO. Realidad que le ha provocado entripados cotidianos en las “marraneras” contra las clases medias, los diarios capitalinos y, claro, contra Ricardo Monreal… quien ha aguantado vara estoicamente.
¿No cree usted?
Indicios
Y la señora Sheinbaum refuerza su equipo con el fajador Martí Batres en la secretaría de Gobierno. Tercero al bat, luego de Rosa Icela Rodríguez y de José Alfonso Suárez del Real, ponchados en la primera mitad del partido. Batres, creador de la todavía muy famosa Leche Betty –aquel sucedáneo del lácteo, contaminado con heces fecales que repartían entre los pobladores de las zonas más deprimidas de la capital nacional– se dedicará a golpear tanto al líder senatorial Ricardo Monreal, con quien mantiene una sorda disputa personal, como a Marcelo Ebrard, quien lo echó de su gobierno cuando descubrió sus deslealtades. Batres fue cargamaletas del aparentemente ex esposo de Sheinbaum, Carlos Imaz, cuando aquel movimiento universitario en contra del entonces rector Jorge Carpizo. + + + En ese “refuerzo” de equipo, la “científica” señora Sheinbaum volvió a ceder espacios a “recomendados”. El jefe de prensa, encargado de (in)comunicación o vocero –whatever– es personero de Gonzalo López Beltrán, hijo de usted Ya Sabe Quién. Se llama Sebastián Ramírez y desde hace rato trae un estribillo ad hoc con la 4T: “en México la prensa es inmunda”. ¡Pobre tipo! Va a tener que trabajar con lo que él considera es inmundicia. Lo peor es que el gobiernito de la 4T está lleno de esta fauna en cargos que tienen que ver con la relación con los medios de comunicación y con quienes en ellos nos desempeñamos. + + + ¡Buenas gracias –como siempre–, y muchos, muchos días!
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