El Baile de los 41, el escándalo en el porfirismo

/Redacción/

México. 16 diciembre 2020.- El cine mexicano regresa al porfiriato con la cinta El Baile de los 41, una película que explora lo que anteriormente se conocía únicamente como rumores. Un tema siempre mantenido debajo de la mesa de la sociedad mexicana pero hoy en día palpitando por ser escuchado y recordado.

Lo que en 1901 era tratado como tabú y disfrazado de apariencias es explorado profundamente por el director David Pablos (La Vida Después, Las Elegidas) quien narra la historia de Ignacio de la Torre y Mier y la fiesta que organiza con “41 maricones” (así se les conocía a falta de el termino homosexual) en la Calle de la Paz, donde en una redada por la policía se aprende y encarcela a 41 hombres, la mitad de ellos de peluca a tacón de mujer, quienes fueron consecuentemente ridiculizados y abucheados por las calles de la Ciudad de México al ser forzados a barrer y posteriormente encarcelados por atentar contra “las buenas costumbres”.

Pablos se mantiene gran parte de esta película en el matrimonio de Ignacio con Amada Díaz, la única hija de el entonces presidente Porfirio, explorando temáticas de sexismo y machismo que hasta hoy en día resuenan como parte de la triste realidad que existe en nuestra sociedad.

La cinta cuenta con un elenco diverso. Alfonso Herrera captura exitosamente la lucha interna de Ignacio entre mantener su estatus social y político contra la el deseo de poder expresarse como si mismo. Esta lucha por aceptar su sexualidad nos lleva a su relación amorosa con Evaristo (interpretado por Emiliano Zurita), personaje que actúa como una de las licencias artísticas de la película al ser ficticio pues no mucho se sabe de los hombres que asistieron a este baile.

La relación de estos dos hombres explora la fricción del amor y la época, de la esencia y las apariencias y finalmente de la persecución de lo que en ese momento y hasta hoy en día desgraciadamente se considera como inmoral, de este modo guiándonos indudablemente a la autorreflexión.

Gran parte de este caos social e interno cae de igual manera en Amada, interpretada extraordinariamente por Mabel Cadena, quien personifica la represión de la mujer mexicana de una manera tan profunda que nos hace replantearnos quien es realmente la victima de todo este suceso. Ciertamente nadie termina ganando, pues la historia de los 41 es fatal, sin hablar de Ignacio quien años después termina prisionero de Zapata, escapa y muere por fisuras anales en Nueva York al ser violado incontables veces por su ejercito como “castigo” a su sexualidad.

El elenco de 41 nos enseña a esta sociedad clandestina de hombres que viven en secreto, quienes festejan su vida sin pudor ni filtros. Estos hombres que se pudiera decir estaban mucho mas adelantados de su época pero tristemente prisioneros de ella. Un grupo compuesto de senadores, lideres, académicos, músicos y filósofos que en las noches bailan como un espejo de la virilidad de la Antigua Grecia (donde la el amor entre hombres no era solo una herramienta de enseñanza entre si no utilizado entre soldados en la tropa para estimular su espíritu combativo). Los actores que personifican a este grupo hacen un excelente trabajo en transmitir a este apasionado y efusivo club con una suma elegancia y porte dignos de la época.

Gran parte de la preparación de los 41, vino a la hora de juntarse todos los actores en el espacio de ensayos para crear a este grupo a partir del trabajo físico. La postura, los movimientos, los ademanes… todo esto fue meticulosamente tratado, sumándose a eso los incesantes ensayos de la pieza de vals que sonaba al ritmo de los taconazos de la mitad de los actores.

Por ultimo, Bernardo nos cuenta que sabia que su personaje no debía ser tratado solo como algo independiente, sino como una pieza de un equipo. Pues gran parte del éxito de interpretar a los 41 desde su punto de vista vino a la hora de crear esta amistad y confianza entre todos los actores para poder darle vida a este grupo y de esa manera honrar la memoria de estos hombres tan valientes que perdieron su libertad por expresarse honestamente.

“Hubo un trabajo interno que tuve que hacer, para entender las circunstancias de mi personaje y de la época y para esto cree un diario extensivo de personaje con imágenes, artículos y notas personales, pero realmente todo se reduce a la comunicación y confianza que logramos tener entre todos nosotros, pues la actuación es una respuesta a un estimulo y como pueden ver, la película esta llena de ellos. Esa confianza impartida por nuestro director quien logro crear un espacio seguro y abierto a la comunicación fue vital para la creación de estas escenas donde nos teníamos que desnudad física y emocionalmente para darle vida a estos hombres”.

El Baile de los 41, fuera de la importancia que hace al recordarnos este suceso que fue escondido de la historia por proteger agendas políticas, cuenta una historia de amor entre dos hombres y la pone en pantalla grande. Esto para el cine mexicano significa progreso, así como el progreso que la sociedad LGBT+ ha visto en 119 años desde el baile de los 42 (41 a petición de Porfirio para proteger su nombre y el de su familia). No obstante, nos recuerda los muchos obstáculos que hoy en día enfrenta esta comunidad. La película le hace eco a este suceso, generando la importante platica que es vital continuar teniendo hoy para aprender, pues sin lugar a dudas aun hay mucho por aprender.

El Baile de los 41, distribuida por Cinepolis, esta ahora en salas en todo México y próximamente en todo el mundo en Netflix.

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