*Tras días de una profunda polémica, este 25 de agosto el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales se negó a renunciar tras haberle estamparle un beso en los labios sin consentimiento a la jugadora de la selección Jennifer Hermoso. Un suceso que deja en evidencia las conductas machistas con las que tienen que lidiar diariamente las mujeres deportistas, no solo futbolistas, y abre un debate sobre cómo combatir este tipo de comportamientos.
Por: Alba Santana
28.08.2023. España.- El campo en el que acaba de ganar un Mundial, de fondo. Una medalla de campeona colgando del cuello y gritos de felicidad. Un abrazo de celebración con la máxima autoridad del fútbol en España, que la agarra de la cabeza sin preguntar y le estampa un beso en los labios. Un beso que no había pedido ni, mucho menos, consentido.
Es lo que sucedió entre la futbolista Jenni Hermoso y Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), después de que la selección española ganara el Mundial de Australia y Nueva Zelanda.
“¿Qué hago yo? No me ha gustado, ¿eh?”, dijo Hermoso a sus compañeras momentos después de lo sucedido el 20 de agosto.
Desde entonces, el gesto del presidente de la RFEF ha generado mucha polémica. Pero las expertas en género lo ven claro: un beso en la boca sin preguntar es una agresión.
“Es muy sencillo. Dos personas se besan si ambas quieren, si hay consentimiento. Solo sí es sí (..) hay que llamar a las violencias sexuales por su nombre para poder acabar con ellas. No es solo machismo, abuso de poder o un acto sexista: es violencia sexual”, apuntó Irene Montero, ministra de Igualdad en funciones, al respecto en redes sociales.
Es muy sencillo. Dos personas se besan si ambas quieren, si hay consentimiento.
Solo sí es sí.
— Irene Montero (@IreneMontero) August 21, 2023
Aunque el jueves el equipo de Rubiales anunció que el presidente de la RFEF iba a presentar su dimisión después de toda la polémica que lo ha acompañado, la renuncia no llegó porque el preparador finalmente se negó, argumentando una cacería mediática en su contra.
“Lo siento… Supongo”
Solo unas horas después del beso no consentido, el presidente de la federación salía en la radio ‘COPE’ y no dudó en tildar de “gilipollas” a todos los que lo habían criticado. Es decir, a todas las mujeres -tanto seguidoras como no de la selección española de fútbol- que se habían sentido agredidas con su abuso.
“Fue un pico de dos amigos celebrando algo. Los pringaos que no saben ver lo positivo son unos gilipollas”, apuntó Rubiales, claramente alterado tras la lluvia de críticas en su contra.
Pero 24 horas después de lo sucedido, reculó. Ese mismo día, la RFEF publicó un vídeo en el que su presidente dijo que “seguramente” se había equivocado y pidió disculpas si alguien “se había sentido dañado” por su actitud. Unas disculpas que no convencieron a muchas.
“Esas disculpas no son unas disculpas reales, son unas disculpas que las mujeres hemos escuchado una y otra vez desde que tenemos uso de razón: ‘Siento que no comprendas el humor’, ‘perdona si te lo has tomado mal’, ‘lo siento, aunque no me parece para tanto’ (…) Pero no lo entienden. Solo entienden que los expones, que puede tener consecuencias y les puedes joder la vida ‘por una tontería’”, sentenciaba Laura Terciado, activista por los derechos de las mujeres y el colectivo LGTBIQ+, en el periódico ‘El Salto’.
Rubiales está ahora contra las cuerdas por muchas razones. Y es que, además de enfadar a las mujeres y a los colectivos feministas con su conducta claramente machista y su falta de respeto hacia Hermoso y todas las mujeres, Rubiales también ha incumplido con los protocolos de la RFEF. Y las consecuencias no han tardado en llegar.
El protocolo de la Real Federación Española de Fútbol establece que los contactos físicos como “atraer con el brazo con el intento de besarles” o “besar a la fuerza” deben ser considerados “situaciones, actitudes y comportamientos relacionados con la violencia sexual”. Y, por tanto, requieren sanciones “inmediatas” y “efectivas”.
La FIFA ya ha iniciado acciones al respecto. Este jueves, la federación internacional abrió un expediente disciplinario contra Rubiales por el beso no consentido, pero también por su comportamiento inapropiado durante la celebración de la victoria: el presidente de la RFEF se tocó los genitales desde su palco en el estadio durante el partido.
Aún no se sabe qué sanciones impondrá la FIFA –pueden ser económicas o puede comportar su inhabilitación– ni si tendrá tiempo de imponerlas, tras el anuncio del equipo de Rubiales, que asegura que el presidente de la federación presentará su dimisión el 25 de agosto. .
Después de todo este revuelo, son muchas las mujeres molestas. Y no solo por la agresión. Y es que, una vez más, un hombre se ha robado el protagonismo tras la victoria de una mujer –en este caso, de 23–. Mientras las fanáticas del fútbol celebraran un hito histórico y gritaban el gol de Olga Carmona, Rubiales estaba a punto de ocupar titulares en todo el mundo por su actitud machista.
No obstante, Mar Mas, la presidenta de la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional (AMDP), recordó que estos comportamientos merecen “cero tolerancia” y “deben ser acusados”. Es decir, según la presidenta y otras expertas en género, es fundamental señalar públicamente al agresor para poder combatir las conductas machistas.
“El logro de las futbolistas ya es una realidad, también es positivo que esté en boca de todos la vergüenza de presidente que tenemos y el machismo repugnante que hay en el deporte español”, sostuvo Mas.
Una realidad del deporte español y de todo el mundo, porque el caso de Hermoso no es un incidente aislado.
“¿Por qué no sonríes?”, la cobertura mediática machista
Las mujeres que deciden hacer carrera como deportista no lo tienen fácil. Además del nivel físico que exige competir a nivel profesional, también cargan con el estigma de ser mujer –asociado con ser más débil y carne de cañón para la hipersexualización–.
“Le garantizo que no hay ninguna mujer que pueda decir que nunca ha oído algún comentario inapropiado. O que haya vivido una situación en la que alguien intentó abrazarla sin su consentimiento. O darle un beso en la mejilla, aunque ella no lo quiera, o incluso algo peor”, apuntó Ingrid Lauterbach, presidenta de la Federación Alemana de Ajedrez (DSB) y Maestra Internacional, al medio alemán ‘Deutsche Welle’.
Violencias que vienen de largo y que, además de implicar a los trabajadores del mundo del deporte, también se perpetúan con la coberturas mediáticas de tendencia machista.
En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016, la gimnasta holandesa Sanne Wevers anotó su puntuación después de una prueba en un cuaderno. Un comentarista deportivo se atrevió a insinuar que Wevers estaba “escribiendo en su querido diario”.
En el Abierto de Estados Unidos de 2015, un periodista le preguntó a la campeona del tenis Serena Williams que “por qué estaba tan seria” después de haber vencido a su hermana Venus en un partido y haber ingresado en las semifinales.
“Para ser sincera contigo, no quiero estar aquí. Me gustaría estar en la cama ahora mismo y tengo que levantarme pronto para entrenar y no quiero responder ninguna de estas preguntas. Pero siguen preguntándome lo mismo… No está siendo muy agradable”, respondió Williams.
La estadounidense Serena Williams golpea una devolución a la australiana Ajla Tomljanovic durante su partido de tercera ronda de individuales femeninos del US Open de Tenis 2022 en el USTA Billie Jean King National Tennis Center de Nueva York, el 2 de septiembre de 2022.
La estadounidense Serena Williams golpea una devolución a la australiana Ajla Tomljanovic durante su partido de tercera ronda de individuales femeninos del US Open de Tenis 2022 en el USTA Billie Jean King National Tennis Center de Nueva York, el 2 de septiembre de 2022. © AFP/COREY SIPKIN
Son muchas las que se preguntan si los medios harían el mismo tipo de preguntas a tenistas como, por ejemplo, Rafa Nadal. Por no hablar de la hipersexualización frente al valor de las mujeres como deportistas o las preguntas fuera de lugar sobre su apariencia y vestimenta.
“No vas a hacer nada hoy muñeca. Estás bonita y todo, pero lo siento”, dijo Javier Fernández, comentarista y periodista colombiano, en referencia a Alexandra Popp, capitana de la selección alemana, durante un partido del Mundial femenino contra Colombia.
Ataques que vienen desde los medios de comunicación y también desde la institucionalidad. Sin ir más lejos, tras la victoria de la selección española femenina, Josep Borrell, el máximo diplomático de la Unión Europea, hizo un comentario con tintes machistas.
“Ahora son nuestras mujeres las que ganan, que están aprendiendo a jugar al fútbol tan bien como los hombres”, dijo Borrell durante una intervención televisada.
Si bien es cierto que las mujeres están repuntando cada vez más en el fútbol y en otros deportes, no es porque no hayan sido capaces de hacerlo antes. La capacidad ha sido la misma siempre, pero los medios y las oportunidades –aún deficientes en muchos casos— no.
Muchas niñas ahora tienen referentes que antes no tenían. A Mariana Medina, de 8 años, le gustaría jugar como Linda Caicedo –futbolista estrella juvenil colombiana—.
“Quiero ser como Linda de mayor”, aseguró la menor ante la agencia AFP.
Las mujeres no están aprendiendo a jugar como los hombres. Las mujeres están experimentando por primera vez lo que es tener oportunidades similares a las de los hombres. Pero la discriminación y los prejuicios, como demuestran estos hechos, siguen ahí.
Para ellas la tarea es doble: deben jugar bien y luchar contra el machismo de su entorno. Todo para que hombres como Luis Rubiales no sigan dinamitando su dignidad como personas y profesionales.