EL TINTERO DE LAS MUSAS
POR GILDA MONTAÑO.
Es terrible, lo que está sucediendo en varias instituciones de educación superior de este país. A sus estudiantes, los están señalando como muchachos huelguistas revoltosos, que ni estudian ni se esmeran por hacer una parte importante de las ciencias sociales para el bien de México. Así le ha estado pasando al CIDE, que es una institución de gran calidad profesional, que ha formado estudiantes y maestros de excelencia, tanto humana, como de investigación, desde hace 50 años.
Comparto con ustedes, una serie de pensamientos y argumentos inteligentes, que me mandó el Presidente de El Colegio Mexiquense, doctor César Camacho, quien establece que: defender al CIDE, es defender la libertad académica y la autonomía institucional. Así comienza:
“Entre los muchos asuntos nacionales que nos tienen atentos a todos, pareciera menor el conflicto que está enfrentando el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), al que muchos admiramos, queremos, respetamos, con quien tenemos, al menos, expresiones de reconocimiento por su calidad profesional, porque ha aportado durante casi 50 años su quehacer institucional.
“Por eso, me parece injustificada y hasta injusta, la terrible situación que está viviendo el CIDE, a propósito del relevo de sus autoridades que, durante toda su vida, se ha llevado a cabo de acuerdo con sus reglas, respetando lo que la comunidad dicta -obviamente la de profesores y muy importantemente, los estudiantes-.
“Ahora está en un penoso aprieto por el involucramiento, me parece, innecesario del Conacyt y del gobierno federal que, so pretexto de que, entre comillas, “deben acostumbrarse a una nueva realidad”, que es su realidad o la que pretenden imponer por decreto, acaba por afectar la vida institucional.
“Una característica de un sistema democrático es justamente no sólo gobernar para todos, gobernar con todos, sino respetar las reglas que se han dado durante muchos años. Y lo que llama poderosamente la atención: esta pretensión de subvertir un orden establecido que ha dado buenos resultados durante tanto tiempo, para pretender imponer con la fuerza del Poder Ejecutivo federal y el brazo alargado que es el Conacyt, a una persona o una manera de ver el país, de ver el presente y la orientación hacia su futuro inmediato.
“No es una buena señal porque se suma a otras que hemos padecido a lo largo de los últimos meses: el acoso a la UNAM, y la franca persecución a algunos investigadores también adscritos o apoyados en algún momento por el Conacyt.
“Yo esperaría, como parte de la comunidad académica, integrante de uno de los colegios de investigación y docencia, que fueran congruentes. No se puede imponer, insisto, una decisión unilateralmente, verticalmente, autoritariamente; para eso no hemos consolidado la democracia, sino para que la pluralidad, la libertad, la igualdad, sienten sus reales entre nosotros, muy especialmente en el mundo académico, que todo lo que hace es formar personas o hacer aportaciones de ideas, que sean buenas para todas y todos los mexicanos”. Y pienso por supuesto, que César Camacho, tiene razón.
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