** Prosa aprisa .
/ Arturo Reyes Isidoro/
Indudablemente hablaron de política, de futurismo político, del proceso sucesorio de 2024, pero fueron muy cuidadosos de no dar esa idea en lo que reflejaron hacia afuera.
El sábado, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez visitó en su mansión –ninguna choza chaira, ninguna casa como la de cualquier veracruzano, menos una vivienda de interés social, tampoco una casa de lujo, de ninguna manera; una mansión sí– cercana al malecón de Coatzacoalcos a su candidata a sucederlo, Rocío Nahle García.
Tuvo un buen pretexto. El sábado 28 de enero, la secretaría de Energía fue sometida a lo que el colega Federico Lagunes, de Coatzacoalcos, calificó como una “agresiva” intervención quirúrgica … ¡dental! (le han de haber puesto solo una amalgama), que la obligó a quedarse en su mansión a recuperarse. Ahora sí, como dijo el amado líder de ellos, Andrés Manuel López Obrador, les cayó como anillo al dedo. Se supone, pues, que la visita fue para saber cómo estaba.
Les cayó como anillo al dedo, a Rocío, para mostrarse en imágenes que está en su casa y así tratar de justificar que siempre está ahí y cumple con el requisito de cinco años de residencia efectiva para aspirar a la candidatura de Morena a la gubernatura aun siendo zacatecana; a Cuitláhuac para defender la aspiración de su candidata y sostener que cumple con el requisito legal para inscribirse y participar en las encuestas de las que saldrá “el bueno” o “la buena”.
“Hoy tuve un invitado de lujo para disfrutar de un rico desayuno veracruzano!! A mi estimado amigo y compañero Cuitláhuac García Jiménez, nuestro gobernador del estado.
Como siempre un gusto recibirlo en este hogar, en mi querido Coatzacoalcos.
¡Buen fin de semana!”, fue todo lo que dijo ella en las redes sociales, y publicó una fotografía del encuentro.
“Después de la jornada de trabajo el día de ayer en el sur del estado, aproveché la mañana de este nublado sábado para visitar aquí en Coatzacoalcos a la senadora veracruzana, ingeniera Rocío Nahle, en su casa. Se discutió un buen desayuno y ‘juimonos’ para seguir ambos con sus respectivas actividades de hoy.
¡Bonito fin de semana!”, publicó él, quien subió varias imágenes.
Nada, pues, lo que se dice nada de mención de una posible candidatura, menos, mucho menos, insinuar y darla como posible próxima gobernadora. Ninguna alusión tampoco a 2024. De lo que hablaron solo ellos lo saben… así como las paredes. Si nos atenemos a las imágenes, no hubo testigos del encuentro y, por lo tanto, ningún posible escucha.
Llama la atención que no echaron las campanas al vuelo ni tampoco soltaron cohetes al cielo, como, igual, no hicieron sonar las fanfarrias, ni sonaron el bombo y los platillos y menos soltaron globos al cielo, algo que diera idea de que la candidatura ya está asegurada, así como la gubernatura, que ese arroz ya se coció ¿No lo hicieron por temor al INE, cuando violan la ley cuándo y cómo se les antoja? ¿Por qué se frenaron? ¿Qué les faltó, que los detuvo para iniciar el festejo desde ya?
Pudiera ser, puede ser que el panorama se les haya nublado un poco, o mucho; que el cielo… futurista ya no lo tengan tan despejado y que hayan decidido optar por irse por la bajita, por aquello de no te entumas.
¿Es que acaso ella no está segura que el próximo 1 de julio la refinería de Dos Bocas empezará a refinar y entonces AMLO la bajará de la contienda? ¿Es que no desestima el poder que tiene Adán Augusto al grado de que pudiera convencer a Andrés Manuel de que la mejor opción es Sergio Gutiérrez Luna? ¿Es que acaso ya no están seguros que la candidata presidencial será Claudia Sheinbaum y que si le va mal a ella les irá también mal a ellos?
¿O es que se dieron cuenta que el día que López Obrador comentó la resolución de la Corte, que declaró que ella no es veracruzana solo porque tiene hijas nacidas en Coatzacoalcos, y dijo que la salvaba su residencia efectiva, para nada la ponderó como para pensar que será su candidata, la próxima candidata?
Porque al día siguiente de la resolución de la Suprema Corte, que se pronunció el 31 de enero, en su mañanera del 1 de febrero cuando los reporteros le preguntaron sobre el tema, él respondió que creía que la resolución “no la limita” y que “yo creo que sí, porque, digo, en caso de que gane la encuesta, porque tiene la residencia”, se limitó a eso y no pasó de ahí. Eso de que “en caso de que gane la encuesta” lo dejó solo como una posibilidad, pero, además, no dijo, por ejemplo, que ella es la mujer maravilla, ni se volcó en elogios, como acostumbra, como lo ha hecho respecto de Claudia Sheinbaum, de Adán Augusto o de Marcelo Ebrard, a quienes incluso ha llamado “hermanos”, e incluso del mismo Cuitláhuac, para quien él es la octava maravilla del mundo de los gobernadores habidos y por haber.
De acuerdo a lo que anunció el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, se está a solo cinco meses (en julio próximo) de la convocatoria para la candidatura presidencial, fecha que es posible que aplique para las candidaturas donde se van a renovar las gubernaturas en 2024, entre las que está la de Veracruz. Si bien le va a doña Rocío, para entonces ella estará entregando apenas los primeros resultados efectivos de la refinería que le encargó, pero no habrá hecho presencia de campo, a ras de tierra, en el estado que pretende gobernar. ¿Acaso ponderó ello en su reunión con el gobernador, su patrocinador?
A veces da idea que los más acelerados que encartan a la señora y la colocan en la boleta son los cuitlahuistas que tienen interés en agarrar otro hueso en el próximo sexenio, así como sus aplaudidores, pero, ya se vio, tanto doña Chío como el buen Cuitláhuac se muestran ya más mesurados. Y es que en política nada está escrito.