El INE no representa la democracia

ALMA GRANDE.

Por Ángel Álvaro Peña.

Con la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2020, el Instituto Nacional Electoral obtuvo un recorte, que desde luego los consejeros electorales no aceptaron. Ya habían librado una lucha contra la austeridad cuando se trató de recortar los excesivos salarios de los millonarios líderes del INE.
Desde esos días han surgido una serie de críticas al INE, sobre todo a sus consejeros, príncipes de la burocracia dorada. Pero quien se voló la barda fue el líder de la Confederación Patronal de la República Mexicana, Gustavo de Hoyos, que se monta en todo caballo que cabalgue contra la corriente de la Cuarta Transformación, incluso sin reflexionar si hay lógica o razón.
En muchas ocasiones los acuerdos de la cúpula patronal es producto del consenso de sus integrantes; sin embargo, arbitrariamente De Hoyos hace declaraciones en nombre de todos sus miembros, con tal de aparecer como un simulacro de contrapeso político a la actual administración.
Ahora, De Hoyos llega al exceso al interpretar al INE como sinónimo de democracia, mostrando no sólo intereses malsanos, sino un desconocimiento total de la política y la historia.
Gustavo de Hoyos, indicó que es fundamental preservar la autonomía, independencia, y estructura del INE para que en México prevalezcan las elecciones limpias y confiables.
Lo cual quiere decir que no han sido limpias ni confiables en todo este tiempo. La autonomía del INE es lo único que puede mostrarse y la negativa de bajarse el salario desde hace un año lo demuestra. Se manifestaron en rebeldía ante el presidente de la República, demostrando esa autonomía que la miopía del líder de la Coparmex no ha podido advertir.
“En Coparmex rechazamos toda iniciativa tendiente de debilitar al INE, así como a otros organismos autónomos. Este recorte presupuestal, dificultará el inicio del proceso electoral más grande que nuestro país haya vivido”, comentó el empresario, pero al parecer desconoce lo que sucede al interior de la autoridad electoral, cuyo despilfarro llega a excesos escandalosos.
El empresario considera, sin conocimiento de causa ni tener conciencia de la distribución del gasto, que con un presupuesto mil 072 millones de pesos menor respecto del monto proyectado originalmente para el INE en el Paquete Económico “la autonomía y funciones primordiales se verán seriamente afectadas”.
Pero no dice cómo y por qué. De Hoyos, con su visión expuso que, con menores recursos y capacidades, el INE tendrá que afrontar proyectos prioritarios, como la expedición de más de 16 millones de credenciales y la operación del padrón, lo mismo que la organización de los comicios que se llevarán a cabo en Coahuila e Hidalgo.
La elaboración, licitación, distribución de credenciales es un problema menor en el presupuesto. Lo cual muestra el desconocimiento de lo que sucede en los gastos del INE.
Donde la imaginación de Gustavo de Hoyos se convierte en fantasía es cuando equipara a las actividades del INE con el sustento de la democracia mexicana, que de ser así sería una de las democracias más frágiles del mundo.

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