El mensajero se queda .

  • Paralaje .
  • / Liébano Sáenz /
“Si nos quitan la libertad de expresión nos quedamos mudos y silenciosos y nos pueden guiar como ovejas al matadero”. George Washington

La relación del poder político con la prensa siempre ha sido tensa derivado de sus distintos objetivos. El gobierno, los partidos y las entidades públicas pretenden ganar apoyo o acuerdo, mientras que los medios, además de informar ejercen una tarea de escrutinio de lo que hacen los otros. La libertad de expresión incomoda, pero es imprescindible, incluso para el mismo poder público.

Son momentos muy difíciles para la libertad de expresión. Uno de los amagos viene del crimen organizado. Esto ocurre no sólo en los territorios donde la inseguridad tiene un papel protagónico. Lamentablemente hay sucesos en los que periodistas nacionales han sufrido atentados, como fue el caso de Ciro Gómez Leyva, asunto que a pesar del tiempo no se ha aclarado en lo fundamental. En algunas regiones los medios han dejado de cubrir los temas de seguridad. Ya hay una merma importante de la libertad de expresión en el ámbito local. Los datos de intimidación y ejecuciones revelan que en México el periodismo es una actividad de alto riesgo.

Por si fuera poco, desde la Presidencia tiene lugar un ataque a los medios y a muchos líderes de opinión e intelectuales que ejercen la libertad de expresión. Se le ha reconvenido al presidente desistir de tal conducta. No ocurre así. La libertad de expresión tendrá que continuar a pesar del asedio criminal y también del hostigamiento político en su contra.

Día con día se acumulan las evidencias de un peligro creciente al periodismo, incluido el embate del presidente desde su pulpito. Es importante, por lo que representa la libertad de expresión, no ceder en su ejercicio y también no caer en la provocación para reproducir la intolerancia que viene de enfrente. Estimo que no hay manera de cambiar a la autoridad actual por sus ideas fijas y porque sabe bien que llegó la hora en la que es inevitable el balance de su gobierno, como inevitable también es la investigación periodística que aborda asuntos altamente sensibles a los hombres del poder. Así ha sido siempre y no hay razón alguna para que esto vaya a ser hoy diferente. Además, como bien se dice, ellos se van, los medios se quedan.