LINOTIPIA
/ Peniley Ramírez /
Esta semana, Elon Musk anunció que compraría Twitter por 44 mil millones de dólares. En la política y el debate público, casi toda la conversación se ha centrado en cómo manejará las redes de odio y si permitirá que Donald Trump regrese a tuitear. Pero entre los financieros hay otra pregunta: ¿Alguien con el talento empresarial de Musk convertirá a Twitter en una de las grandes plataformas de Internet, al nivel de otros gigantes tecnológicos?
Twitter es parte de una generación de grandes plataformas que dominan Internet, y que han convertido a la gran red que democratizaría la información en un negocio de un pequeño grupo de actores. En la industria tecnológica les llaman FAANG, acrónimo de Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Alphabet (nombre oficial de Google). Estas corporaciones comenzaron como negocios con pérdidas sostenidas, y luego se convirtieron en compañías casi omnipresentes en nuestras vidas, que han buscado expandir sus ganancias desde la venta básica de publicidad hasta una variedad de servicios.
Facebook, ahora llamada Meta, invirtió en Instagram, creó una tienda en línea y diseñó un sistema eficiente y controversial de anuncios que llegan directamente a cada persona, gracias a un complejo sistema de análisis de sus gustos, el contenido que comparte y que lee. Esto le ha reportado ganancias de más de 117 mil millones de dólares el año pasado. Ahora, Meta está en el proceso de su gran transformación: invertir miles de millones de dólares en el metaverso, una nueva red virtual donde, dicen los expertos, buena parte de las nuevas generaciones trabajará y hará vida social.
Desde sus inicios como una librería en línea, Amazon se ha expandido hasta convertirse en la segunda empresa con más empleados en EU. Compraron los supermercados Whole Foods, montaron un eficiente sistema para que cualquier negocio venda sus productos en su plataforma, ofrecieron a nuevos autores publicar sus libros y distribuirlos, y consiguieron que millones de personas compren directamente en Amazon todo tipo de productos, desde pasta de dientes hasta un sofá.
Apple comenzó como una empresa de computadoras. Ahora, su principal ganancia está en la venta de celulares, laptops y accesorios. Su tienda en línea para adquirir apps se ha convertido en una parte muy rentable de su negocio, aunque los desarrolladores en su mayoría son externos y no pertenecen a la empresa. Algo similar ha sucedido con Google, que ha logrado expandir su venta de anuncios, las apps que se comercializan a través de celulares Android y ha conseguido que la inmensa mayoría del tráfico en Internet pase por su buscador.
Todavía hace una década, Netflix era una tienda en línea para rentar películas y recibir los DVDs por correspondencia. Ahora, ha tenido que cambiar su modelo de negocio y ha invertido miles de millones en generar contenido, desde películas hasta series, para hacer frente a la andanada de competidores que hasta hace poco eran sus proveedores de contenido. Ahora, tienen sus propias plataformas y compiten con Netflix por los mismos suscriptores.
El desarrollo extraordinario de estas plataformas ha creado una falsa expectativa del éxito de las plataformas como modelo de negocio, escribió Jonathan Knee, profesor de la Universidad de Columbia, en su libro The Platform Delusion. Pero el caso de Twitter es distinto.
Twitter es la red más influyente del mundo donde se discuten temas políticos, se anuncian grandes negocios y se busca controlar a las voces críticas en países autoritarios o polarizados, a través de redes organizadas para diseminar odio y desinformación. Sus ingresos por publicidad son la principal ganancia actualmente, pero equivalen a menos de un 9% de lo que ganan anualmente en promedio las FAANG. El año pasado, por ejemplo, Twitter tuvo ventas por 5 mil millones de dólares, mientras Google obtuvo ventas por 257 mil millones.
Con la llegada de Musk, un empresario tecnológico que se ha convertido en el hombre más rico del mundo gracias a su negocio de autos eléctricos Tesla, la pregunta es si veremos más Twitter en el metaverso, más Twitter ofreciendo otros servicios o más Twitter con un modelo de negocio que sea rentable, no sólo como una plaza pública, sino como una competidora con peso en la batalla de las plataformas dominantes.