El sínodo de las mujeres .

El pasado 4 de octubre tuvo lugar un hecho histórico en la Iglesia Católica, cuando el papa encabezó la apertura de la 16ª Asamblea General del Sínodo de los Obispos. El primero en el que las mujeres van a tener voz y voto. Ocurre por primera vez en los 2000 años de existencia de la Iglesia. No es un dato menor.

Este acontecimiento sucede a la par de la primera ocasión en la que los hombres laicos también podrán votar. Los vaticanólogos valoran éste, como el sínodo más importante de los que el papa Francisco ha convocado en los diez años de su pontificado.

En la reunión participan obispos, sacerdotes, fieles, mujeres y hombres de todo el mundo en un encuentro que se habrá de desarrollar a lo largo de este mes en Roma.

Se abordan temas fundamentales para la Iglesia; como el celibato de los sacerdotes, el papel de las mujeres en la Iglesia y su acceso al diaconado, la bendición de parejas LGBTIQ+ y dar la comunión a los divorciados vueltos a casar.

Darío Vitali, quien es el coordinador de los teólogos que participan en el sínodo, ha dicho que el propósito central de éste es “iluminar a la Iglesia con una nueva luz”.

El papa, con esta asamblea, se propone ir hacia adelante en el proyecto de cambio que inició al asumir su responsabilidad como sucesor de San Pedro.

Al solo iniciar el encuentro, el sector más conservador de la Iglesia empezó a criticar el desarrollo de este. El cardenal alemán Gerhard Müller, líder de este grupo, cuestionó la participación de los laicos. De manera pública ha dicho que participa en el evento con el propósito de “resistir”, a partir de sus propias posiciones, el cambio que llevaría “al fin de la Iglesia Católica”.

En 2021, inició la preparación de este sínodo en la Iglesia con reuniones de las iglesias locales en todas las regiones del mundo. Aquí se inició la redacción de informes con los temas a debatir, que son la materia prima de la discusión que ahora tiene lugar en Roma.

Una vez que concluya el sínodo, hacia finales del mes, los participantes regresarán a sus diócesis, para continuar las discusiones con los elementos que se llevan de Roma.

Después de esos debates en las iglesias locales volverán a reunirse en Roma, en octubre de 2024, para concluir el sínodo que habrá de terminar con la elaboración de un documento con propuestas de un real cambio en la Iglesia.

El papa tiene la autoridad para convenir si quiere, que lo dicho en el texto se vuelva de “obligado cumplimiento” para la Iglesia Universal.

Los vaticanólogos plantean que éste podría ser el último sínodo al que convoca el papa Francisco, y por lo mismo es su última gran oportunidad de introducir en la Iglesia los cambios que se ha propuesto.

En la apertura del sínodo, el papa pidió que la Iglesia vuelva a ser un lugar de acogida y de bendiciones, con “las puertas abiertas para todos”.

Yo confío, y es lo que corresponde, en el Espíritu Santo, recordemos que en la comunión de la Iglesia actúa. Esa es la promesa y lo que nos ha permitido salir adelante en el reto de los tiempos.

@RubenAguilar

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