Ella si representa la #Austeridad

Ningún político ha marcado el destino de Europa en la última década como la canciller alemana Angela Merkel quien, luego de dieciséis años en el poder, se retira tras las elecciones generales del próximo 26 de septiembre.

Será una separación difícil y una nueva era. Merkel se acerca al final de su mandato con los niveles de aprobación más altos de su país y hay muchos motivos.

En 16 años de poder, Angela Merkel no nombró a ninguno de sus familiares para un cargo estatal, ni los favoreció con contratos o algún otro privilegio.

Alemania se despide de su lideresa que no se dejó tentar por la moda o las luces y no compró inmuebles, coches, yates y jets privados y menos vivió en un palacio, patrimonio nacional.

Merkel también ha creado una barrera estricta entre su vida pública y privada y da una imagen de normalidad detrás de la figura poderosa que es. Está casada desde 1998 con Joachim Sauer, un químico cuántico que ha hecho todo a su alcance para mantener una rutina como la de cualquier otra persona, alejada de la pomposidad política.

No da entrevistas, a menos que sea sobre su trabajo; sólo se deja ver en contadas ocasiones —como en un festival anual de ópera de Wagner—. Y los dos viven en un departamento común y corriente en el centro de la ciudad, cerca de la Isla de los Museos, que custodia apenas un par de policías.

Nadie, a menos que lo sepa de antemano, se daría cuenta de que ahí es donde Merkel deja por momentos de ser la canciller para ser esposa, ama de casa y cocinera.

Desde su departamento, su oficina y desde las instituciones europeas, Angela se ha convertido en una figura imprescindible en el continente.

Lidera la economía principal de la Unión Europea, un proyecto en el que cree a profundidad, y es la jefa de gobierno más longeva del bloque. Su influencia es tanta que, como dijo Mark Rutte, el primer ministro de los Países Bajos, cuando ella empieza a hablar, los demás políticos dejan sus iPhones, ponen sus bolígrafos sobre la mesa y escuchan.

Los alemanes, se han acostumbrado al liderazgo sobrio de su canciller, si bien en los últimos años se ha notado cierto cansancio y un ánimo de renovación. Pero una y otra vez han premiado la estabilidad y la continuidad que ella ha ofrecido, sobre todo en épocas de crisis.

Y hay una generación completa que sólo conoce el liderazgo de esta inusual canciller que dejó el mundo monótono de la investigación científica en un país que ya no existe y terminó negociando con cuatro presidentes estadounidenses, cinco primeros ministros británicos, cuatro presidentes franceses y ocho primeros ministros de Italia, por sólo nombrar algunos.

Después de dieciséis años en lo más alto, ha rechazado cualquier nuevo puesto político y quiere, como dijo alguna vez, “encontrar el camino de vuelta hacia la vida normal”.

!Integrate al comercio electrónico¡ Estrategias en la Nube
!Integrate al comercio electrónico¡ Estrategias en la Nube
!Integrate al comercio electrónico¡ Estrategias en la Nube
!Integrate al comercio electrónico¡ Estrategias en la Nube