Emiten lineamientos para atención obstétrica. #Covid19

*Descartan contagios de madres a personas recién nacidas.

Elda Montiel.

SemMexico, Cd. de México, 14 de abril, 2020.- Toda embarazada, con sospecha o diagnóstico confirmado de COVID 19, debe tener acceso a atención médica de calidad, incluyendo atención obstétrica, neonatal, aborto seguro (en los marcos previstos por la ley), anticoncepción post evento obstétrico, prevención y atención de la violencia y apoyo psicosocial o en salud mental, según se requiera.

Lo anterior, de acuerdo al Lineamiento para la prevención y mitigación de COVID 19 en la atención del embarazo, parto, puerperio, y de la persona recién nacida, emitido por el gobierno federal con fecha 10 de abril.

De acuerdo a este documento, son las autoridades estatales, a través de las secretarías de Salud, las que deben establecer un “plan de respuesta” para garantizar la atención de la salud reproductiva de las mujeres embarazadas sanas, sospechosas o con diagnóstico confirmado.

Señala una serie de recomendaciones generales y específicas de operación, que van desde reforzar las medidas de prevención, como higiene y sana distancia, hasta articulación de reconversión hospitalaria y habilitación de espacios físicos como centros de salud, así como la incorporación de personal de enfermería obstétrica, partería profesional, partería tradicional y medicina general (con experiencia en atención obstétrica).

En tanto, las organizaciones de partería tradicional pidieron se les reconozca su labor, se establezcan acciones de coordinación y colaboración con los diferentes niveles de autoridades sanitarias y se les dote de insumos de prevención (mascarillas, gel de alcohol, jabón, guantes, etc.), así como de material para la atención del parto.

Ante todo, demandaron se respete el derecho de las mujeres de decidir con quién atenderse y el derecho de las parteras de seguir brindando atención y cuidado.

El Comité Promotor por una Maternidad Segura en México (CPMS), así como diversas organizaciones sociales y de parteras han señalado que si no se actúa rápido se repetirá la historia de 2009, en referencia a lo ocurrido durante la pandemia de influenza H1N1, cuando murieron al menos 300 mujeres antes, durante o después del parto.

David Meléndez Navarro, Secretario Técnico del CPMS, señaló que en México las clínicas y hospitales de ginecología y obstetricia se quedarán con menos del 35 por ciento del personal y no habrá camas para atender partos.

Atención obstétrica y COVID 19

En el documento Lineamiento se estima que, de abril a junio de este año, se atiendan por lo menos 260 mil eventos obstétricos, un aproximado de 235 mil nacimientos y cerca de 25 mil abortos.

Además, se proporcionarían alrededor de un millón 150 mil consultas de control prenatal y casi 200 mil consultas durante el puerperio. Lo anterior, de acuerdo a las estimaciones del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva.

Según se expone en el flujograma de Atención Obstétrica y COVID 19, la atención se dividiría en tres grandes grupos: Control Natal, Trabajo de parto/parto y Emergencia.

Señala, además, que los servicios de salud sexual y reproductiva y, de manera particular, durante el embarazo, parto y puerperio, y de la persona recién nacida, se clasifican como “servicios esenciales que deben mantenerse en apego a las medidas de prevención y mitigación de la transmisión de COVID-19.”

Se reconoce que se requiere un gran esfuerzo para garantizar la continuidad y calidad de la atención para las mujeres en edad fértil y durante el proceso reproductivo, dadas las características de la población, el comportamiento epidemiológico y las persistentes brechas de desigualdad en salud de la población mexicana.

Por lo que advierte que las estrategias de respuesta ante el coronavirus (SARS-CoV2), la selección de las prioridades depende de la carga local de enfermedades. Asimismo, el manejo de complicaciones y emergencias obstétricas requiere un balance entre tiempo y recursos para mantener la oportunidad en la atención.

Entre las recomendaciones generales destacan que los estados deben establecer planes a través de las secretarías de salud para dar continuidad a los embarazos tanto de las personas sanas como sospechosas y en casos confirmados de COVID-19.

Sin evidencia de contagio al recién nacido

Por otra parte, el documento menciona que las embarazadas no presentan un riesgo mayor que el resto de la población para desarrollar enfermedad grave, pero la presencia de comorbilidades sí es un factor que influye en la severidad, tanto en embarazadas como en la población en general.

De acuerdo a una investigación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 304,147 embarazadas, con 64 casos confirmados, 82 sospechosos y un caso que cursó infección asintomática.  Del total de confirmados, ocho por ciento tuvieron enfermedad grave y uno por ciento se reportó en estado crítico.

Asimismo, no hay datos de que la infección por COVID-19 aumente el riesgo de aborto en el primer o segundo trimestres, sin embargo, se sabe que entre 8 y 12 % de los embarazos considerados normales culminan en un aborto.

Se destaca también que no existe evidencia científica de transmisión del virus al recién nacido, sobre todo, por los casos publicados del Hospital Zhongnan de la Universidad de Wuhan, China, pero si se hace énfasis en las medidas de higiene y precauciones basadas en la transmisión deben asegurarse durante la atención del parto y después del nacimiento.

Tampoco existe evidencia de transmisión por leche materna ni contraindicación para la lactancia materna, si la condición de salud de la mujer lo permite. Aun en el caso de que la persona recién nacida amerita traslado y estancia en cuidados intermedios o intensivos neonatales, es posible extracción de leche materna, así como otorgar el apoyo para iniciar la lactancia posteriormente.

Planes estatales para atención de embarazadas

En las recomendaciones generales está el reforzar las medidas de prevención como las medidas de higiene; equipo de protección al personal de salud; establecer un filtro de supervisión para la identificación de personas con síntomas respiratorios al ingreso a todo establecimiento y la sana distancia.

Establecer los planes estatales para dar continuidad a los embarazos tanto de las personas sanas como sospechosas y en casos confirmados de COVID-19 y designar un equipo coordinador para la implementación de la respuesta, integrado por profesionales de salud con diferentes áreas de especialidad, incluyendo salubristas, ginecobstetras y pediatras.

Además del acceso a los servicios de salud, las embarazadas con diagnóstico o sospechosas de COVID 19 se les debe garantizar el acceso a la información clara y veraz para la toma de decisiones en el marco de los derechos sexuales y reproductivos.

Para la operatividad es necesaria la participación del primer nivel de atención, los hospitales designados para la atención materno-infantil, las jurisdicciones sanitarias y la Secretaría de Salud Estatal.

Así como identificar unidades del primer nivel de atención que cuenten con espacios para la atención prenatal y obstétrica o aquellas que puedan ser instaladas con mínimas adecuaciones. Planificar la instalación de establecimientos alternos y exclusivos para la atención materna y perinatal.

Agilizar la incorporación de personal de salud dedicado a la atención obstétrica, incluyendo la enfermería obstétrica y la partería profesional, que permitan asegurar la disponibilidad de recursos humanos para la atención.

Valorar la conformación de un equipo de atención obstétrica y neonatal (disponible por llamada) que pueda trasladarse para la atención de mujeres en estado crítico en hospitales de reconversión que no cuentan con equipos para la resolución del evento obstétrico.

Definir e implementar el mecanismo de notificación y vigilancia epidemiológica, de conformidad con el Lineamiento estandarizado para la vigilancia epidemiológica y por laboratorio de COVID-19, para seguimiento de las embarazadas sospechosas o confirmadas con COVID-19, así como de los resultados perinatales y condición de salud de la persona recién nacida.

En recomendaciones específicas en el escenario epidemiológico actual y para prevenir el contagio del SARS-CoV-2, es recomendable que las consultas de control prenatal se lleven a cabo en el primer nivel de atención, con medidas de prevención, como espaciar la frecuencia de las consultas y reducir el número de personas citadas por día.

En la atención del trabajo de parto, parto y de la persona recién nacida, el modo de nacimiento debe ser individualizado en función de las indicaciones obstétricas y con respeto de los derechos humanos, perspectiva de género e interculturalidad, así como apego al consentimiento informado.

En la atención en el puerperio, egreso hospitalario y lactancia, las principales recomendaciones son el egreso hospitalario temprano, si la condición de la mujer y de la persona recién nacida lo permiten, y el aislamiento preventivo en domicilio por 14 días.

El contacto persona a persona solo está permitido entre la mujer y su hija(o), y las visitas de familiares deberán suspenderse. Verificar se encuentren disponibles los insumos para lavado de manos, así como alcohol gel a concentración superior a 60 % para promover higiene de manos.

Para madres sospechosas o confirmadas con COVID-19 que se requieran hospitalización, hay dos escenarios posibles: Alojamiento conjunto; la madre y la persona recién nacida permanecen en la misma habitación, aisladas de otras pacientes. Y el otro escenario es la separación temporal, alentar a iniciar o continuar la lactancia materna, mediante extracción de leche y apoyo por personal de salud.

Parteras listas para actuar en 24 entidades del país

En México sólo los primeros 15 días de la contingencia de la 2ª. fase del COVID19, ya habrán nacido 86 mil 310 niños o niñas, por lo que las parteras tradicionales -incluso hay dos escuelas; una en Guerrero y otra en Michoacán- han señalado que son quienes pueden salvar a las parturientas de la pandemia del COVID19, y están listas para atenderlas bajo la premisa de que un parto o nacimiento en caso siempre será mejor.

La propuesta es que las mujeres sin complicaciones en el parto, no tienen que ir a los hospitales, pero en estos momentos evitar que sean infectadas por el COVID19, “realmente debería ser prioritario”.

El Movimiento de Parteras de Chiapas Nich Ixim, que está conformado por más de 500 parteras con unidades en 30 municipios, informa que, hoy más que nunca, “continuaremos activas atendiendo a las mujeres en el embarazo, parto y puerperio, pues nuestra tarea, desde hace décadas, ha sido la de ser las cuidadoras de la salud de las mujeres, las familias y las comunidades.

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