En documental del caso Debanhi, su familia aún se pregunta “¿Quién mató a nuestra hija?”

*Escrito por Arlette Monserrath Valencia Ángeles.

27.10.2025 /CimacNoticias.com/ Ciudad de México- La docuserie mexicana “Debanhi: ¿Quién mató a nuestra hija?”, producida por la plataforma de streaming HBO MAX, no solo recuenta la desaparición y feminicidio de joven de 18 años, Debanhi Escobar, en Apodaca, Nuevo León durante 2022 que conmocionó al país, sino que también denuncia la revictimización y el tratamiento mediático del caso, donde los medios de comunicación recurrieron al morbo, la especulación y el sensacionalismo para vender la nota.

Han pasado tres años desde que Debanhi desapareció el 8 de abril de 2022 en el kilómetro 15.5 de la carretera Federal 85 Monterrey- Nuevo Laredo y de su posterior hallazgo en el motel Nueva Castilla y el caso sigue sin justicia. En este sentido, su historia revela el funcionamiento de un sistema judicial roto, donde los feminicidios no solo se acumulan en cifras, sino que también se diluyen entre omisiones, encubrimientos y negligencias.

Caso Debahni, estancado. A 3 años del feminicidio, FGR sigue sin reconocer el delito – cimacnoticias.com.mx

A lo largo de cuatro episodios, Diego Enrique Osorno, director de la docuserie, presenta una narrativa que mezcla el periodismo de investigación con el retrato íntimo del duelo familiar. La serie se apoya principalmente de la voz de Dolia Guadalupe Bazaldúa y Mario Escobar, madre y padre de Debanhi para recrear los acontecimientos. Ambos se convierten en una figura central del relato y del reclamo de justicia.

Su búsqueda personal —marcada por el dolor, la rabia y el cansancio— contrasta con el desinterés institucional y las diferentes versiones que ofrecieron las autoridades para intentar explicar la muerte de la joven la cual desde el inicio estuvo rodeada de inconsistencias que hasta el día de hoy le impide a la familia vivir su duelo.

Así, el caso de Debanhi se convierte no solo en un símbolo de impunidad institucional, sino también en un espejo de la forma en que la tragedia femenina se convierte en espectáculo y beneficio político.

Las contradicciones del expediente del caso de Debanhi, donde la Fiscalía de Nuevo León determinó que se trató de un accidente, llevó a la familia a recurrir de expertos para destapar la negligencia con la que operaba la fiscalía desde hace años atrás, es decir, sin perspectiva de género para atender casos de feminicidio. Además, la docuserie termina por evidenciar cómo las autoridades manipularon la causa de muerte desde un inicio, así como pruebas vitales para dar con los responsables.

Otro punto angular es la atención mediática que rodeó el caso gracias a su viralización en redes sociales junto a la última fotografía y videos de cámaras de seguridad sobre el último día en que fue vista con vida, materiales que se reprodujeron en varios medios de comunicación sin el tratamiento informativo adecuado cayeron en la revictimización y sensacionalismo.

De acuerdo con la investigación «La cobertura de la violencia feminicida en la prensa mexicana: el caso de Debanhi Escobar», solo el 31.1% de los medios analizados hicieron referencia al caso como un feminicidio.

Asimismo, se encontró que una mayor cantidad de hombres reporteros revictimizaron a Debanhi en sus notas, ya que en doce ocasiones reportaron la cantidad de líquido alcohólico que tenía la joven en su cuerpo, como si fuera un hecho determinante en el caso. En cambio, el 96.6% de los textos periodísticos analizados no mencionaron información sobre el conductor de aplicación que la dejó en la carretera y en cinco ocasiones se describieron aspectos positivos sobre sus «acciones para llevarla a su casa».

La deuda pendiente de Nuevo León con las mujeres

Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) muestran que entre 2022 y 2025 se documentaron 3 mil 130 casos de feminicidio y Nuevo León ocupa el puesto vigésimo primero en donde mayormente ocurre este delito, aunque en 2024, ocupó el puesto número tres con 60 casos registrados a lo largo del año.

A esto se suma que el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) apunta que, de los 133 mil 769 personas desaparecidas con corte del 24 de octubre de 2025, 25 mil 103 casos (14 mil 898 hombres y 10 mil 205) se registraron en la entidad federativa, siendo la segunda entidad en México donde más desaparecen mujeres, después del estado de México.

Actualmente, Nuevo León cuenta con una Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) desde el 8 de noviembre de 2016 en los municipios de Apodaca (324 mil 951), Cadereyta Jiménez (59 mil 960), Guadalupe (324 mil 150), Juárez (233 mil 806) y Monterrey (578 mil 189) donde hay un millón 521 mil 712 de mujeres viviendo en estos territorios, de acuerdo con el Censo 2020 elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

La situación de feminicidios y desapariciones en el estado es relevante porque muchos asesinatos de mujeres motivados por su género comienzan con su desaparición. Desde una perspectiva feminista, este fenómeno ocurre bajo un contexto patriarcal en el que los cuerpos son considerados objetos de posesión por diferentes actores como la pareja, familia, institución, delincuencia organizada, masculinidades hegemónicas y el control social sobre los sectores vulnerables.

Desaparición de mujeres en Nuevo León, acontecen en municipios con Alerta por Violencia de Género – cimacnoticias.com.mx

En cuanto a desapariciones en la carretera Nuevo Laredo, en los años alrededor de la desaparición de Debanhi se registró un aumento debido a la disputa entre el Cartel del Noroeste y el Cartel del Golfo por esta zona geográfica Clave. La Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), pudo registrar que entre finales de 2020 y principios de julio de 2021 se registraron alrededor de 71 personas desaparecidas en esta vía; sin embargo, las colectivas de mujeres buscadoras han podido identificar más de 200 casos para finales del 2022.

El Equipo Mexicano de Antropología Forense (EMAF) ha podido identificar la interconexión entre los casos de desaparición forzada y feminicidio, con la trata de personas y como estos fenómenos suelen agudizarse en zonas geográficas donde ha permeado la violencia por la disputa de territorio entre el crimen organizado y como suele estar coludido con el gobierno, quienes se niegan a establecer líneas claras de investigación con perspectiva de género en cuanto a casos de feminicidio, desaparición y trata de mujeres, que permitan alcanzar la justicia.

El EMAF destaca la importancia de priorizar la búsqueda bajo líneas de vida.

En el documental de Debanhi, se evidencia cómo, durante los cateos y registros realizados tanto en la empresa de transportes aledaña a la zona de su desaparición como en el Motel Nueva Castilla, se omitieron elementos clave que pudieron haber permitido encontrarla con vida.

Esto resulta aún más grave considerando que existen indicios claros de que previo a su feminicidio, estuvo privada de su libertad por al menos ocho días.

La segunda autopsia, solicitada por sus padres, confirmó que fue víctima de violencia física y sexual, dejando en evidencia no solo la obligación de la fiscalía de reclasificar el caso para que sea investigado y juzgado como feminicidio, tal como lo buscan sus padres, sino también la profunda negligencia de un sistema que volvió irreversible lo que aún podía evitarse.

El documental es memoria viva de un caso que exige verdad y justicia.