Erradicar la violencia contra las mujeres, meta y objetivo: Marcela Lagarde.

Crítica al gobierno que disminuye recursos a los refugios como si fuera de derecha

 * Habló a la Primera generación del Diplomado de Política Feminista

Elda Montiel

SemMéxico, Cd. de México, 9 diciembre 2019.- Erradicar la violencia contra las mujeres es una meta, un objetivo de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y de las Alertas de Género, afirmó Marcela Lagarde y de los Ríos quien dejó en claro que no es lo mismo trabajar para erradicar esa violencia que simplemente para disminuirla, en una crítica al comportamiento de las autoridades.

La feminista, antropóloga, ex legisladora, académica, artífice de la palabra feminicidio en la academia e impulsora de la Ley de Acceso se opuso a negociar los presupuestos para eliminar la violencia de género, como es el caso del presupuesto para Los Refugios, cosa que se explicaría para un gobierno de derecha, pero no para un gobierno con mayoría de izquierdas.

Dijo no entender que se lastime de esa manera un trabajo de erradicación de la violencia, ya que los refugios que dan la atención inmediata a mujeres en riesgo de perder la vida a niñas, niños y familia, son indispensables.

Al analizar los efectos de la Ley que ya tiene más de 12 años, propuso crear un solo consejo para que el funcionariado trabaje por la igualdad y la erradicación de la violencia a un tiempo.

En larga intervención ante un grupo de mujeres que terminaron un diplomado, llamó a las feministas a conseguir la desaparición de la violencia, a empoderarse para lograrlo. Les dejó en claro que de eso se trata, de quitar de raíz, eliminar, erradicar la violencia contra las mujeres y reconoció que “es una palabra que tiene mucha fuerza”.

Propuso articular las leyes como la Ley de Igualdad entre Mujeres y Hombres, porque no puede ser que existan un consejo nacional para cada Ley, consejos integrados por los titulares de las 43 dependencias del gobierno, que dicen tienen mucho trabajo y nunca van y mandan representantes y entonces ¿Quién toma decisiones?

Reiteró, como lo hace en sus presentaciones que las feministas estamos presentes cada vez más, haciendo visible la violencia de género, por lo urgió a las militantes a establecer una agenda de acciones, entre otras cosas para lograr que los recursos sean para todas, tanto, como los derechos a la libertad de tránsito, de trabajo, de pensamiento.

“No podemos conformarnos con que sólo sean para unas cuantas” y puso como ejemplo el derecho a decidir “sólo en la Ciudad de México y Oaxaca.

Marcela Lagarde, amadrinó a más de cien mujeres que constituyen la Primera Generación de un diplomado que lleva su nombre, “Diplomado de Formación Política Feminista”, primera acción de la Escuela de Formación Política Feminista Hermila Galindo Acosta, del grupo Hermilas Feministas, realizado en colaboración con el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana, la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco y la Campaña Trabajo Digno Mujeres.

Hablando a las feministas, Lagarde y de los Ríos destacó que no estamos cambiando cualquier cosa, estamos cambiado el modo de vida de las personas, como antropóloga, dijo que el modo de vida constituye a las personas. Luego afirmó que hay mucha oposición, incluso de quienes estamos de acuerdo porque nos resistimos al cambio

También se refirió al orgullo que significa para las feministas el por establecer cimientos para una nueva gobernanza democrática para las mujeres, aun cuando están siendo violentadas, pero también para las mujeres que no viven violencias, al referirse a los alcances de la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

Impulsora de la Ley, cuando fue diputada federal (2003-2006), señaló que este fue un logro de los movimientos feministas, pero como los periodos legislativos son finitos, señaló que ya no pudo seguir y las generaciones que la precedieron han hecho lo que han podido.  

Destacó que, no obstante, las resistencias institucionales hoy como nunca antes ha habido tanto despliegue a favor de una Ley transformadora de la realidad por todo lo que ha generado, las Alertas de Violencia de Género contra las Mujeres, los Centros de Justicia, los refugios.  

Cuando hicimos la Ley federal incluimos que tenía que haber un presupuesto, éstos no se tienen que estar negociando, por lo que se dijo muy sorprendida cuando se pretendió quitar el recurso a los refugios.

Expresó que lo esperaría de un gobierno de derecha, pero no de un gobierno mayoritariamente de izquierda, de un gobierno democrático que lastime de esa manera un trabajo de erradicación de la violencia, a través de la atención inmediata de la violencia que pone en riesgo la vida de mujeres, niñas, niños y familia, eso es lo que son los refugios un espacio para salvar la vida, un espacio para que no haya feminicidios.

A las feministas del diplomado les pidió que se empoderen que “no se achicopalen” que el esfuerzo vale la pena y está empezando a mostrar resultados.  

“He vivido las últimas décadas de mi vida dedicadas a esto, por esas niñas, esas jóvenes, esas mujeres mayores, porque la opresión existe, tanto como la explotación económica, sexual, eso es lo que queremos terminar. Por lo que las mujeres tenemos que hacer un triple esfuerzo al vivir en una sociedad misógina, tenemos que caminar juntas. 

Hijas de la Convención Do Pará

Enseguida dio su clase antropológica. “Somos hijas de la Convención Belén Do Para, que se estableció específicamente para erradicar la violencia en 1994 que es la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer.

Primero fue la CEDAW, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer , el tratado internacional de las Naciones Unidas firmado en 1979, que reconoce expresamente la discriminación de la mujer por el hecho de serlo  para eliminar la violencia, después quedo claro al cuerpo de  funcionalidad apoyar esta práctica de las feminista por erradicar, pensar medidas a  corto y a largo plazo, como  están pensadas en la Ley de Acceso para generar cambios institucionales

Acerca de los movimientos feministas en México, dijo, siempre ha habido, a veces languidecen por uno o dos años, pero luego reverdecen, reorganizándonos como fue el hecho para trabajar por los derechos reproductivos de las mujeres. La generación a la que pertenezco luchó por la por el derecho a la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), feministas, diputadas y diputados, finalmente después de 40 años se logró el derecho a la interrupción del embarazo a las 12 semanas de gestación. Ahora nos toca impulsar los derechos humanos de las mujeres.

La historia nos enseña a identificar qué queremos y qué no queremos

En mi generación fuimos autodidactas, no tuvimos maestras directas, nuestras maestras estaban en los libros y estaban en la calle; conocer de las acciones que tuvieron que tomar en la historia, por eso es importante la historia, requerimos de esa historia para poder identificar qué queremos y que no queremos.

Recordó a generaciones significadas por mujeres excepcionales como la pintora María Izquierdo, Frida Kahlo y Rosario Castellanos.

Frida Kahlo formo parte del movimiento feminista de los años 50 que buscaban el voto para poder participar como ciudadanas. La conocimos por su obra artística pero casi nadie nos la presentó como comunista y feminista. Formó parte de un gran frente nacional de 50 mil mujeres y tuvieron gran incidencia en el presidente Lázaro Cárdenas quien como Ejecutivo presentó una iniciativa para otorgar el voto a las mujeres y fue derrotado con argumentos tan retrógrados, como el de que las mujeres si votaban serían mandadas por los curas, como si las mujeres fuéramos marionetas. Esta situación no fue exclusiva de nuestro país, igual sucedía en otros países como en Italia. 

Otra distinguida feminista fue Rosario Castellanos, la introductora del pensamiento de Simone de Beauvoir en México, el mejor análisis de “El segundo sexo” que he leído es el de Castellanos. Fue la primera mujer mexicana que en un escrito relató que tuvo un aborto.

Lagarde recomendó leer los tres tomos sumarios de la obra de Rosario Castellanos, escritos de una mujer muy ligada al partido en el poder, con textos con los que nos podemos identificar todas las mujeres, era una feminista progresista. Escribió un gran poema acerca del 2 de octubre y luego se fue de embajadora a Israel donde murió accidentalmente.

Como un regalo a las recién egresadas del diplomado les habló sobre la sororidad. Les dijo que a través del tiempo se ha gestado en el feminismo una dimensión de la política que busca la confluencia y la sintonía entre las mujeres. Se trata de la sororidad, la alianza feminista entre las mujeres para cambiar la vida y el mundo con un sentido justo y libertario.

La sororidad la pensé desde hace 40 años, dijo, y les recomendó a las presentes, dejar de pasar la voz patriarcal cuando decimos a nuestras hijas o hijos “voy a hablar con tu papá para que te dé permiso de salir”.  

La mujer de alas desplegadas, sello de sororidad

Explicó que el prendedor que lleva puesto es una mujer de plata, art Nouveau, que encontró hace años en el mercado de pulgas de París y se convirtió en el símbolo de los Talleres Casandra y luego del primer diplomado feminista que creo con la Fundación Guatemala.

Sus amigas de la vida lo convirtieron en símbolo de sororidad. Al levantar sus brazos la mujer extiende sus faldas. La mujer levanta sus faldas y evoca para Lagarde a la mujer de alas desplegadas de Alejandra Kolontay. También recomendó leer los textos de esta rusa comunista y feminista, quien estuvo en México en los años 20, Alejandra Kolontay.

Por ser feministas hemos podido enfrentar avatares de la vida con creatividad. Hemos aprendido a vivir a favor de nosotras mismas y de la vida. Por la vida y la libertad de las mujeres, remató.