Extrabajadoras liquidadas del Inmujeres denuncian error en su declaración ante el SAT: «Es impagable».

*Escrito por Arantza Díaz .

15.04.2025 /CimacNoticias.com/ Ciudad de México.- El 31 de diciembre, un aproximado de 206 personas fueron liquidadas del Instituto de las Mujeres en aras de consolidar la nueva Secretaría de las Mujeres. A 4 meses de este suceso, las y los trabajadores denuncian negligencia, esto luego de descubrir un «error de timbrado» cuando intentaron realizar su declaración anual ante el SAT; un error cometido por el -ahora extinto- Inmujeres y que les exige un pago que asciende las cinco cifras, lo cual califican como «impagable».

«Estos meses han sido difíciles, no es nada fácil encontrar trabajo» dice Teresa, una de las extrabajadoras del Inmujeres y quien, a cuatro meses de su despido, no ha logrado posicionarse nuevamente dentro del mercado laboral; su fuente primaria de ingresos es la liquidación que recibió por el Instituto, misma, que está por debajo de lo esperado, sin embargo, no hubo otra opción que aceptar el monto fijado y perder irremediablemente su empleo.

«Lo que nos ofrecieron no era [proporcional] a lo que nosotras hacíamos. No hay oportunidades porque entre más alto tu perfil, menos posibilidades que tienes (…) está muy precarizado el mercado»

Y en medio de esta precarización laboral y una gestión extraordinaria para hacer rendir su liquidación durante todos estos meses, Teresa leyó en el chat de extrabajadores un mensaje que la alertó; un compañero tuvo problemas en su declaración anual ante el SAT y como una epidemia, todas sus excompañeras denunciaron estar atravesadas por la misma situación: Un saldo en contra a causa de un error.

El problema esencial no es el hecho de pagar un saldo a favor del SAT, pues Teresa reconoce que esto le puede pasar a cualquier persona según su percepción de ingresos, más bien, la lucha nace ante la indolencia del área de recursos humanos de la ahora Secretaría de las Mujeres para resolverles el error o en su defecto, establecer alguna comunicación con las personas que dedicaron su vida al Inmujeres.

«Un compañero nos advirtió que se había podido comunicar con el área de recursos humanos y le dijeron que sí, que hubo un error, pero esa fue toda la comunicación que tenemos. Oficialmente, no nos han dicho nada, yo personalmente les he mandado correos hasta a la titular de administración y finanzas, pero nunca me respondieron», refiere Teresa.

Al igual que ella, muchas de sus compañeras se han visto en la necesidad de mandar correos y marcar de forma incisiva a los distintos departamentos de la Secretaría a fin de que puedan darles razón sobre qué sucede con este error de timbrado, pues además, nadie sabe exactamente de qué se trata, pues el SAT no hace ninguna mención específica sobre cuál es el problema y en añadidura, al tratarse de un problema externo al SAT, la declaración anual no puede frenarse; Hacienda no esperará a que las extrabajadoras del Inmujeres resuelvan el asunto y el tiempo corre en su contra.

Un error de timbrado ante el SAT puede producirse por motivos diversos, sin embargo, la forma más sencilla de entenderlo es cuando no se cumplieron los requisitos suficientes para timbrar una factura electrónica; «timbrar» es un proceso que valida y certifica todos los comprobantes fiscales ante el SAT y tiene por causa última una correcta contabilización de nómina y deducción de impuestos. Estos errores de timbrado pueden ser, por ejemplo, un problema en los datos o información caduca y/o errónea.

«Puede ser que no hayan declarado algo, que se equivocaron en una cifra, no lo sé, porque mi contador me dijo que no venía a detalle y hacer la aclaración del SAT tampoco sirve porque no es su problema, es problema de la institución y como no nos dicen nada pues parece malévolo, mínimo deberían decir: Avísale a esta gente que no pague eso porque está mal, pero no han tenido la decencia de avisar. Hemos estado mandando correos para que nos informen y nada», repara Teresa.

Según ha documentado Teresa en conjunto con su contador personal, este error de timbrado no se había presentado nunca sino hasta diciembre, mes en que recibieron su liquidación; un error que, para la extrabajadora pareció incluso una «doble tirada» en contra de quienes laboraron en el Inmujeres y se resistieron a su despido. Así, el revuelo entre las y los trabajadores se mantiene vigente, pues algunas personas, ante la urgencia de realizar su declaración anual se han visto en la necesidad de pagar estas cifras aún, cuando dice Teresa, es una injusticia.

Paralelamente, sabe bien que tampoco puede tardar más tiempo en cubrir este gasto que, en su caso, oscila entre los 20 y 30 mil pesos (cifra reservada por seguridad*). Aunque cuenta con una asesoría financiera con su contador y ha dedicado los últimos días a mandar correos para obtener una respuesta, Teresa sabe bien que su declaración no puede esperar y aunque desea terminar con todo este ciclo de violencia institucional que, a la fecha la persigue, la realidad es que no hay recurso suficiente para cubrir esta cifra.

«Sin trabajo, yo no puedo pagar esa cantidad, el problema es que tenemos un mes para pagarlo y tengo compañeras que les urge hacerla. No sólo perdimos el trabajo bajo las condiciones, ahora nos amuelan con esto, eso sí es tener muy poca sensibilidad. Yo no pienso pagarlo porque no tengo para hacerlo, lo que recibí de mi liquidación es con lo que vivo día a día (…) lo que me dieron fue para mis gastos, es con lo que vivo ahora, es lo que yo lo trabajé [la liquidación] porque tampoco me regalaron nada, son mis derechos laborales básicos y no pienso dárselos», refiere la extrabajadora.

El segundo apunte que preocupa es que, como es sabido, muchas instituciones consideran -al momento de la contratación- que la persona tenga una buena relación con el SAT y que las diligencias tributarias estén al día. Por ello, para Teresa es indispensable que todo salga bien y que la Secretaría de las Mujeres pueda resolver su caso y el del resto de sus compañeras; la búsqueda de trabajo es un andar diario para Teresa y una falla ante el SAT podría implicar toda la diferencia entre unirse al mercado laboral, o aplazar el estado de desempleo que la atraviesa.

«Insistiré a la Secretaría [de las Mujeres] muchas queremos arreglarlo porque los trabajos te piden estar al corriente con tu declaración anual, y por un error de este tipo que ni siquiera es nuestro es muy injusto (…) Ya estamos fuera del mercado laboral, nos dejaron sin oportunidades, ¿y ahora que nos hagan esto? Vamos a seguir insistiendo para que nos den una respuesta oficial donde nos expliquen cual es el error, qué está pasando».

¿Y si no logran obtener una respuesta oficial?: Estamos tratando de que la gente de recursos humanos nos diga algo, lo que sea. Pero si no, entonces, [vamos a] pasar a una exigencia pública para que resuelvan esto porque yo no pienso pagar un error, sólo daré lo justo y lo que corresponde; no pienso darles más.

Despidos y liquidaciones

Al 31 de diciembre 206 personas funcionarias dejaron el Instituto Nacional de las Mujeres y optaron por la liquidación al no ser reconocidas en sus perfiles y no obtener ninguna oferta laboral al interior de la Nueva Secretaría de las Mujeres.

Cimacnoticias conversó con Pamela, quien se desempeñaba en el instituto y advirtió la falta de personal especializado en esta nueva etapa institucional, así como el recorte de recursos y la evidente inclinación partidista en los nombramientos que han generado entre las y los trabajadores dudas sobre la capacidad de la Semujeres para cumplir con los objetivos prometidos.

Además de esta advertencia, los programas más representativos del Inmujeres (ahora Secretaría) presentaron serios recortes en el Presupuesto Federal de Egresos de la Federación (PPEF) 2025, por ejemplo, para el Programa Fortalecimiento a la Transversalidad de la Perspectiva de Género se proponen 420 millones de pesos, lo cual representa una reducción de 8% respecto del presupuesto aprobado en 2024.

Este programa era vital para la incorporación de la perspectiva de género en el marco normativo, los instrumentos de planeación, programáticos y acciones gubernamentales y tiene alcance municipal y estatal; ahora, las y los trabajadores denuncian desconocer quiénes ocuparán sus plazas y si, acaso, son personas con el perfil profesional suficiente para comenzar a presidir la secretaría más poderosa en materia de derechos humanos de las mujeres.

Lo mismo sucede con el Programa de Fortalecimiento de la Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres, para el que el PPEF 2025 propone asignar 526 millones de pesos, una reducción de 9% con respecto de los 579 millones del PEF 2024.

El 29 de octubre la titular de Administración y Finanzas, Elizabeth Medina Martínez, envió el oficio 0588/2024 que señalaba que al personal que decidiera no continuar en la Secretaría no se les podrían autorizar vacaciones, ni incidencias, además de que se les otorgaría su baja el 15 de diciembre.

Previo a esta información hubo tres reuniones sobre este proceso. La actual titular, Citlalli Hernández solo acudió a una –historia repetida al interior de la CONAVIM-, donde prometió que los derechos de las y los trabajadores serían respetados y nadie sería despedido o relegado a posiciones de menor rango, según denunció Pamela en entrevista con Cimacnoticias, sin embargo, los cargos más altos de la Secretaría de las Mujeres fueron ocupados y los pocos enlaces que se lograron hacer para algunas personas ofrecían empleos con pagos menores a los que recibían en el Inmujeres.

“Los cargos directivos han sido ocupados por personas afines a Morena, partido de la nueva titular. Este movimiento ha sido señalado por los trabajadores como un acto de favoritismo partidista que pone en entredicho la capacidad técnica de la nueva estructura. Fueron pocas las áreas a las que se les dijo cómo estaría el organigrama, pero en realidad, no se tiene claridad de cómo van a operar los programas, ni la continuidad de éstos. Además se nos informó que, quien decidiera su liquidación no podría ser contratado en el gobierno federal, no habiendo ninguna normativa explícita sobre ello” (Pamela, extrabajadora del Instituto Nacional de las Mujeres)

Entre otras cosas, una de las trabajadoras del Inmujeres denuncia que, si bien la Semujeres le ofreció un enlace, se le informó que su cargo iba a desaparecer y aunque cuestionó qué criterios estaban utilizando para realizar las ofertas laborales, las autoridades de la Semujeres sólo ejercían omisiones; nunca tuvo acceso a esa información y mucho menos, al organigrama para comprender cómo funcionaría su nuevo espacio de trabajo y con quiénes laboraría.

De camino al 18 de diciembre, un aproximado de 206 trabajadoras y trabajadores del, -entonces-, Inmujeres, firmaron un convenio con el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral para ser liquidados, no porque decidieran rescindir realmente su contrato, sino porque representaba la única oportunidad para recibir, al menos, algún tipo de recurso que no les dejase en vulnerabilidad.

“Me dijeron que no permanecería en mi puesto, porque iba a desaparecer, pero no me dieron una oferta, de hecho, pues tuvimos que decidir así. Yo tenía una jefatura y me dijeron que ya estaba la persona que me iba a reemplazar, yo vine a hablar con la secretaria [Citlalli Hernández] porque nos dijo que podíamos escribirle, pero no me recibió; me recibió su personal que me prometió que habría oportunidad de colocarme en otro lado, pero nunca pasó hasta el día de hoy que firmé, supe que a otros compañeros sí los escucharon pero tampoco les cumplieron lo que pidieron”, compartió uno de los trabajadores quien prefirió mantenerse en anonimato.

Hoy, Inmujeres cumple 4 meses de cerrar sus puertas a la par de que la maquinaria de la Secretaría de las Mujeres ha comenzado a operar con mayor fuerza con una consolidación más sólida. Sin embargo, resulta evidente que los estragos de estos atropellos institucionales como los despidos y las liquidaciones como único camino para más de 200 trabajadoras y trabajadores, continúan pasando factura, particularmente, a las mujeres –quienes ocupaban la mayor parte de la plantilla laboral del Inmujeres-; mujeres que son madres autónomas, que cuidan, que costeaban solas las rentas de su familia y que hoy, como han referido los testimonios recabados por Cimacnoticias, continúan sin poder incluirse en el mercado laboral, especialmente, aquellas con mayores grados de estudio y experiencia.

Uno de los pensamientos colectivos sobre esta materia, es considerar que las mujeres ganan lo mismo que sus congéneres, pues ya se les puede ver con mayor incidencia en el mercado laboral, y es que, es verdad: El 40% está ocupado por mujeres y su fuerza laboral, según la última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), sin embargo, pesar de que las mujeres tengan una mayor participación laboral, el detrimento de sus derechos es una realidad que les atraviesa en todas las esferas; desde las mujeres que se desempeñan como jornaleras, hasta aquellas que cuentan con estudios de maestría.

Según recopila el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), a mayor grado de estudios, mayor es la brecha salarial, así como la incapacidad de acceder a mejores oportunidades en el mercado laboral, fenómeno que se replica en el actual desempleo de las mujeres que se desempeñaban en cargos especializados o gerenciales al interior del Inmujeres.

  • Las mujeres profesionales o con posgrado ganan 7 mil pesos; los hombres 11 mil 421 – Brecha salarial: 4 mil 416.7 pesos
  • Las mujeres con educación media superior perciben 4 mil 887.4; los hombres 7 mil 964 – Brecha salarial: 3 mil 76 pesos
  • Las mujeres con educación básica perciben 3 mil 789; los hombres 6 mil 392 – Brecha salarial: 2 mil 602 pesos
  • Las mujeres que no cuentan con estudios -o sólo preescolar- perciben mil 957 pesos; los hombres 3 mil 857 – Brecha Salarial mil 899 pesos (el doble)