Fiscal Jorge LLavén Abarca, deja libre a juniors que intentaron violar a una joven #Chiapas

*Además presionan mediante amenazas para que se desista de la acusación a los hijos de influyentes padres que quieren ocultar la agresión a la víctima.

/Redacción/

Ciudad de Villaflores, Chiapas, 15 de agosto (Afd).- Villaflores no escapa de la violencia feminicida  que está siendo alimentada por la impunidad por casos como este que narra Cuadalupe Ruiz Coutiño, de la organización Políticamente Incorrectas

La narración, es una más del sistema de justicia en este país y que en Chiapas se favorece a los agresores. ¿ Tienen que esperar a que nos maten? le dice la joven víctima al Ministerio Público que alega que el intento de violación y agresión no es un delito grave, luego de que los padres de sus agresores la intentaron sobornar para que se desista de su denuncia y la amenazan con hacerle lo mismo que buscaron hacer sus juniors.

Citlali Marina fue víctima de abuso sexual y, en el “violentómetro” avalado internacionalmente, sostiene que el abuso es un paso que le antecede a la violación, tortura y feminicidio.

“Afortunadamente, no es el caso de Citlali, pero sí el de muchas, si no hacemos algo para que se detenga y se erradique la violencia sistemática y estructural contra las mujeres. Además, ella fue hostigada y revictimizada al momento que padres de los agresores quisieron comprar su silencio. Pero no lo van a lograr” señala la activista.

y Advierten: “Le recordamos al Fiscal y a los impartidores de justicia en Chiapas que agresor no sólo es aquél que lo hace físicamente, sino quien avala la impunidad. Si se meten con una #SeMetenConTodas”.

Aquí el testimonio completo y valiente de la víctima:

Amigos; con tristeza, impotencia, coraje y muchos más sentimientos, que tengo guardados de tantas ganas de gritar, antes de escribir lo que a continuación les contaré, créanme que le di mil vueltas en mi cabeza.

No he dormido estos días por pensar en todo lo que me pasó o me pudo haber pasado (me siento con pena, vergüenza de lo que me sucedió) y, en verdad, agradezco a Dios que pueda contarlo y a las personas que noblemente me auxiliaron en ese momento, pero no me quedaré callada. Además de que muchas personas me alentaron a narrar lo que me pasó para que no le pase a alguien más. Hoy fui yo; mañana puede ser tu mamá, tu hermana o tu hija.

Soy estudiante de medicina; quiero contarles lo que sufrí el día once de agosto del año dos mil veinte. Saben muy bien que yo soy una persona que vende muchas mercancías para poder pagar mis estudios en la Universidad, los cuales promuevo en el Facebook, motivo por lo cual me encontraba en Villa Flores, Chiapas, ya que tenía que hacer unas entregas ropa. Fue así que donde me estaba quedando a dormir, salí a tirar basura a los contenedores; para esto, ya era media noche (Los contenedores se encuentran como a cinco metros de la casa donde me quedaba).

Cuando estaba poniendo la basura en el contenedor, se paró frente a mí un vehículo Pointer color negro. Pude ver que el chofer del Pointer sacó la mano izquierda y me tomó de la playera en la parte de mi busto y me jaló hacia la esquina, mientras que el carro iba en reversa.

Llegando en la esquina se paró en el carro y descendió otra persona (el copiloto) y otra persona de atrás del vehículo. Se me acercaron el copiloto y la persona de atrás, y entre los dos comenzaron a jalar de la playera y del brazo, y forcejeamos, con todas mis fuerzas, y con una maleta que tenía en la mano izquierda le pegué al copiloto.

Para esto se percataron de que una señora de en frente abrió su puerta y, como venía un carro, ellos me soltaron y yo aproveché para correr hacia atrás y me escondí atrás de un carro que estaba estacionado, pero en ese momento decidí pararme y darme la vuelta y al caminar, gracias a Dios, me topé a una patrulla de la policía municipal; les pedí ayuda a los agentes gritando, desesperada por lo que estaba pasando, y diciéndoles que había un Pointer color negro que me venía siguiendo y que me querían llevar, porque me habían arrinconado en la esquina.

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En ese momento, la policía me dijo que me acompañaba a la esquina para dejarme en mi casa. Me preguntó quiénes eran los hombres y que estaba pasando. Yo estaba llorando porque me querían levantar. El Pointer trato de huir, pero lo bueno que aún existen personas buenas y una camioneta Avalanche, color de vino, le cerró el paso; la patrulla retrocedió y le cerró el paso por delante.

Yo aproveché la oportunidad y salí corriendo a la casa donde me estaba quedando. Salieron todas las personas que estaban adentro, al escuchar los gritos que daba y lo que estaba sucediendo Me auxiliaron y regresé con ellos hacia donde se encontraba el Pointer. Ahí estaban los sujetos, encerrados adentro, y no querían bajar del vehículo.

La policía les pidió que se bajaran del carro. No querían. Decían que no. Ahí estuvieron como 5 minutos y después bajaron,

Los detuvo la policía y me pidieron que fuera a denunciar ante el Ministerio Público.

Esto lo puede corroborar Luis Armando Pérez Gurgúa, Elba Gurgúa Teco, así como todos los vecinos que se encontraban en ese momento, ya que me manifestaron que ellos declararían los hechos que habían sucedido.

Si no es por los policías municipales, hubieran linchado a mis agresores, ya que se estaban juntado todos los vecinos para apoyarme, pero la policía se los llevo a la fiscalía.

Esto fue lo que narré esa noche, ya que para esto fui a declarar a esas horas y, aún seguía en shock de lo que estas personas me hicieron. Por obvias razones no pude desahogarme por completo, cómo estos sujetos me tocaron con fuerza mis partes íntimas de mi busto y de la parte de mi vulva y de mis glúteos.

Los sujetos quisieron secuestrarme y llevarme por la fuerza, Ellos me decían que me iban hacer de todo; que tenía que estar con ellos, porque me deseaban; que dejara de forcejear o lo lamentaría. Éstas y muchas más palabras, que hasta me penetran mi ser; que ahora me dan vuelta en mi cabeza cada que me acuesto a dormir, pensando que me hubieran secuestrado y quién sabe que me hubieran hecho estas personas. Por eso no me canso de dar gracias a Dios de poder protegerme y a las personas que me ayudaron a que no me secuestraran y violaran.

Aclaro que a estos sujetos jamás en la vida los había visto, pero, ¿saben, amigos, que es lo que más coraje me da. Que confié en la Fiscalía; confié en que me ayudaría; confié ciegamente en ellos; pensé que esta situación no quedaría impune y que se haría justicia…. (lo cual nunca sucedió.)

El mismo día once de agosto del año en curso, cuando me encontraba en la Fiscalía, antes y después de declarar, se acercó una persona del sexo masculino, de aproximadamente 45 años de edad, que dijo ser el papá de unos de los detenidos, y me manifestó que le contara que había pasado, que él no sabía nada de lo que había hecho su hijo, pero que lo arreglara armoniosamente con dinero, para que ya no pasara a mayores, a lo cual no hice caso y me retiré inmediatamente: después de mi declaración, la persona volvió a acercárseme, junto con otro papa del otro detenido, y ambos me ofrecieron la cantidad de $40,000.00 (cuarenta mil pesos 00/100 M.M.), para que yo me retractara de todo lo que había declarado y que esto había sido una confusión, a lo que yo le contesté que no me vendía por dinero, y que lo único que quería era que fueran castigados por la Ley. Los papas de los detenidos, muy molestos, me dijeron que no había problema; que conocían al Fiscal y que le ofrecerían más dinero en conjunto para que sus hijos fueran liberados inmediatamente, y que me cuidara, ya que, cuando salieran, ahora sí iban a cumplir lo que habían iniciado, para que se me quitara andar denunciando a sus hijos. Fue por ello que decidí rápidamente refugiarme en otra parte de lugar por temor.

Quiero agregar que, primeramente, confié cuando el Ministerio Publico me tomó mi declaración y me dijo que no me preocupara; que esto no quedara impune, “Te quisieron secuestrar y violarte. Los delitos por los cuales investigaremos son abuso sexual agravado, porque eran más de dos personas y, además, porque habían empleado violencia para poder lograrlo. También se estaba estableciendo la asociación delictuosa, ya que eran tres personas y habían actuado de noche para cometer los delitos castigados por la Ley. Que no me preocupara; que estas personas se irían a la cárcel; no saldrían y ya no me harían daño.

Mi sorpresa fue que el día doce en la tarde me marco el Fiscal del Ministerio Publico, el cual se llama Wilson Zavaleta Serrano, para preguntarme que dónde me encontraba, porque necesitaba hablar urgentemente conmigo. Por tal motivo me dirigí, en compañía del C. Luis Armando Pérez Gurgúa y Gabriel de Jesús Camacho Toledo, a la Fiscalía de Villaflores. Cuando estaba con el Ministerio, Éste me dijo que mi Carpeta de Investigación no procedería, ya que el delito no era considerado como grave y que no tenía ninguna relevancia para que se siguiera el procedimiento. Además, que era mejor llegar a un arreglo con los detenidos, para que estos ya no me molestaran y se comprometieran a no agredirme, y que yo únicamente iba a firmar el desistimiento, a lo cual le contesté que no estaba de acuerdo con todo lo que me decía, ya que era algo delicado, preguntándole que si me tenían que matar para que fuera grave.

El Fiscal, muy enojado, me contestó que hiciera lo que quisiera; que ya no me iban apoyar en ningún momento y que mi asunto lo remitirían a otro lado para que le dieran seguimiento, y que lo más seguro era que se fuera al archivo.

Ante tal situación y con mucha impotencia, le dije al fiscal que iría a hablar con sus jefes para denunciar lo que estaba diciendo. Ante esto, el Ministerio Publico me contestó que no había problema, ya que su Jefe y hasta el Fiscal General tenían conocimiento de todo y que yo no podría hacer nada, por lo cual decidimos retirarnos del lugar.

Al siguiente el día, 13, fuimos temprano a la Fiscalía, en compañía de mi familia, a darle seguimiento a mi demanda. La sorpresa que me llevé fue que los detenidos ya habían sido liberados. Al preguntar a una persona, quien dijo ser Ministerio Publico, que no dijo su nombre y, con gran nerviosismo, sólo nos contestó que ya estaban libres, y que no podían hacer nada, ya que era instrucción del Fiscal General y que ellos no podían hacer nada. Por tal motivo, mis papas se enojaron y se retiraron llorando de impotencia ante tal situación.

Quiero también denunciar cómo, radicalmente, las autoridades cambiaron todo a favor de los detenidos. Como ellos ya no me defendían, ahora yo era la que tenía que echarme para atrás. Cómo como había cambiado el trato hacia mi persona…. Por eso quiero decir lo siguiente:

Primeramente, nunca estuve acompañada de un asesor jurídico, de un trabajador social, mucho menos de una psicóloga, en mi declaración antes o después, para que me orientaran. Fue hasta al final que me mandaron a hacer dictámenes victimológicos y sicológicos, dónde tengo afectación, y en donde les dejé la foto para que vieran la verdad.

Dictamen médico practicado hacia mi persona, donde presento las lesiones que me hicieron esos sujetos; donde, de igual forma, les dejo fotos para comprobar.

En el mismo informe de la policía que detuvo a mis agresores, se manifiesta: que se percatan que una persona del sexo femenino, quien vestía blusa roja y pans color gris, estaba siendo sujetada por tres personas del sexo masculino, quien la persona del sexo femenino nos gritó que la auxiliáramos, por lo que de inmediato descendieron de la unidad.

Ahora bien, según las autoridades, los dejaron en libertad por no ser delito grave, y que no había peligro de sustracción, cuando en su mismo informe o acuerdo de libertad dicen que ellos (inculpados) proporcionaron otros domicilios y que además son comisionados, ya que trabajan para la Comisión Federal de Electricidad.

Qué contrariedad con los motivos que por los dejaron en libertad, ya que, si pueden sustraerse de la Justicia, además que ya no integraron los demás delitos; ya no recabaron las testimoniales; únicamente los apoyaron a ellos; únicamente les dieron prioridad a ellos… Qué injusticia.

Es por ello que hago responsable al Fiscal General de Justicia del Estado, Jorge LLavén Abarca, de lo que me pueda pasar a mi persona, mi familia, así como mis bienes porque, según sus empleados, él tenía conocimiento. ¿Acaso él protege este tipo de personas???

Mis preguntas, amigos: ¿Acaso tengo que ser hija de un funcionario político para que pueda tener Justicia? O ¿acaso tengo qué dar dinero como lo dieron los sujetos que quedaron en libertad para tener justicia? Me tuvieron que haber secuestrado? ¿Tuvieron que haberme asesinado? O ¿Tuvieron que violarme? ¿Todo esto para que tuviera Justicia? O ¿acceso a una ley libre sin violencia a las mujeres? O ¿a lo que más se pregona en el Estado para la seguridad para las mujeres? ¿Dónde esta es mi pregunta!!!!!

Por favor, les pido su ayuda y esto no quede impune. Que el trato sea igual para todas las mujeres, así como a todos los ciudadanos. Además, que si pueden orientarme sobre qué hacer; les agradecería mucho; no tengo los recursos para contratar abogados y, por ello, ¡pido me ayuden!  Además, que no le pase a otra mujer. Agradezco mucho el tiempo que se tomaron en leer esta publicación y que Dios nos cuide a todos, ya que no hay Seguridad, mucho menos Justicia en el Estado.

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