INFORME GLOBAL.
Por: Jorge López-Portillo Basave.
Más de 56 mil de médicos y científicos del mundo han firmado una declaración llamada “Great Barrington Declaration” que critica la metodología seguida por casi todos los países del mundo para combatir el COVID-19. Se indica que los efectos sicológicos y físicos de los “encierros” serán muy dañinos e incluso irreversibles en algunos casos, abundando que esas medidas tampoco han sido la solución para combatir exitosamente al COVID-19, siendo además insostenibles en la espera de una vacuna.
Esta propuesta recuerda que la gripe es mucho más peligrosa para la niños y jóvenes que el COVID-19, pero que esta población está siendo afectada por otras enfermedades, abusos e incluso adicciones que se han disparado por los “encierros”, mientras que la población vulnerable como ancianos podría ser protegida y atendida por personal que ya haya adquirido inmunidad o con mucho más equipo disponible si este se focaliza en lugar de dispersarse en población abierta.
La población en edad productiva está siendo afectada en su salud física y mental por los efectos económicos y sociales de las medidas lo que tendría como las adicciones, efectos permanentes.
SUECIA “SE VE COMO EL MUNDO QUE PERDIMOS”…
Con un grado de tranquilidad y algo de tristeza se escucha la voz de Bill Neely reportero en jefe de noticias globales de la cadena NBC NEWS, que desde Estocolmo describe cómo el mundo se detuvo a sufrir la pandemia que está degenerando en crisis mental y económica global, mientras que ese país se negó a seguir al resto del mundo.
Restaurantes, tiendas, cines y demás negocios abiertos, con una política de salud que “respeta las responsabilidades individuales y las libertades de tomar riesgos”. Suecia dejó sus escuelas abiertas, pidió sana distancia pero no impuso la mayoría de restricciones que otros países por no decir el mundo. Mientras que en Europa, en EUA y en México corre el miedo por la “segunda ola” y se amenaza con nuevos encierros, Suecia propone seguir el mismo modelo que hasta el momento les costó vidas por el Covid-19, pero no aumento en otras mortalidades como depresión, drogadicción suicidio, cáncer y otras que se agravaron por la falta de actividad social y física durante los encierros. Incluso podríamos decir que en dicho país del norte de Europa, los números de muertes por esta pandemia, son muy parecidas a las que otros países han sufrido con todo y la aplicación de medidas extremas.
En verano los hospitales en Estocolmo estaban saturados, hoy están casi vacíos y las casas de ancianos, reabren poco a poco las visitas a familiares y amigos que sí limitaron durante el inicio de la pandemia. De hecho en Suecia la mitad de todas las muertes por esta enfermedad se dieron en esas instalaciones y en Nueva York son la causa de casi el 70% de las muertes. En un principio, la falta de protección adecuada a los ciudadanos de la tercera edad en Suecia es su único gran error, mismo que comparten con casi todo el mundo, pero en general lo demás fue exitoso. Nos guste o no sus ciudades se ven casi normales.
Suecia básicamente aisló a los vulnerables y pidió que la gente fuese auto responsable de su higiene, sin forzar máscaras y mucho menos encierros generalizados que al parecer en Nueva York causaron los más altos índices de mortalidad a nivel mundial.
Naturalmente no todos están contentos con el enfoque que tiene ese gobierno, algunos ciudadanos dicen que la gente no está tomando esto de manera seria, pero irónicamente esos que se quejan también están por la calle sin mascara y caminando siguiendo con su vida diaria como era en el 2019. Allá ha habido pocas protestas por el manejo de la pandemia, parece que sólo algunos quieren que los encierren pidiendo que les prohíban trabajar, convivir y divertirse, pero esto podría cambiar si una fuerte ola de invierno aumenta el contagio por la convivencia en lugares cerrados. Los turistas y la gente camina por las calles, el transporte público está en uso como siempre y esto parece una ventana al mundo en el que vivimos y que parece perdimos entre enero y marzo del 2020.
En Suecia se permiten eventos, centros de entretenimiento y demás convivios hasta con 500 personas, los restaurantes tienen sus mesas a 1 metro de distancia y se pidió aumentar la higiene personal pero hasta ahí. De hecho estas medidas se impulsaron hasta verano cuando los hospitales estaban muy llenos por el fenómeno de las casas de ancianos en donde se dieron gran parte de los fallecidos.
Lo anterior me lleva a pensar que si el contagio más grande se da en lugares cerrados, ¿por qué estamos encerrando a la gente joven y asintomática con la vulnerable por meses, disminuyendo la ventilación al forzarlos a convivir más horas a todos en un mini departamento?
Suecia sigue con su vida casi normal, España, Italia, Francia, Inglaterra y otros se preparan para nuevos encierros bajo la lógica que esto evitará contagios y muertes masivas en una segunda ola decembrina del COVID-19, mientras que el Gobierno de Florida en los EUA decide romper con la política de encierro y abre al 100% sus negocios incluso los estadios de futbol americano, en comparación con NY que da marcha atrás en su mediana reapertura e incluso amenazó con encarcelar a rabinos de templos judíos que se atrevan a realizar eventos en la calle con motivo del “Sucot” o fiesta de “Las Cabañas” de dicha religión durante el mes de Octubre.
Con 10 millones de habitantes Suecia ha tenido 97,532 infectados y 5,892 fallecimientos relacionados al COVID19, lo que indica una tasa de infección de 9,641 por millar de habitantes y una mortandad de 592 por millón de habitantes. En comparación con Alemania la cantidad de infectados y fallecidos por millón de habitantes es de 3,756 y de 115 respectivamente. Pero hay países y ciudades que cerraron y aun así tienen muchísimos más infectados y muertos que los que hubo en Suecia.
Como vemos, el porcentaje de fallecimientos en Alemania es mucho menor, pero en Italia, España, Francia y México en donde hemos vivido encierros muy severos ese porcentaje es igual o superior al de Suecia.
¿SIRVIÓ EL ENCIERRO?
Veamos Francia tiene una taza de 10,595 enfermos por millón de habitantes con 499 muertos por millón de habitantes casi los mismos que Suecia. Italia tiene una taza de 5,688 enfermos por millón de habitantes con 597 muertos por millón de habitantes. España tiene una taza de 19, 041 enfermos por millón de habitantes con 704 muertos por millón de habitantes. México tiene una taza de 6,222 enfermos por millón de habitantes con 644 muertos por millón de habitantes. Todos estos países y decenas más, decidieron cerrar sus economías y tienen los mismos o más muertos e infectados que Suecia, si uno visita las páginas de información de la OMS sobre estos asuntos francamente se enoja uno. Como podemos ver el número de positivos no es indicativo del de muertos, hay países como Francia que tienen más contagios pero menos muertes por infectados. Esto sólo se puede traducir por mal manejo de la epidemia como en el caso de los asilos de ancianos o por falta de detecciones de los enfermos reales.
EUA tiene una taza de 23,718 enfermos por millón de habitantes con 658 muertos por millón de habitantes. Pero en las localidades de ese país hay grandes diferencias tanto en el porcentaje de enfermos como en el enfoque que se da a la pandemia, ya que cada entidad federativa es casi independiente en la mayoría de sus decisiones en contra de lo que vemos en otros países del mundo incluido el nuestro. Por ejemplo NY tiene un porcentaje de infección de 26,042 con mortandad de 1,715, California 21,405 infectados y 416 fallecimientos por millón de habitantes respectivamente, ambos estados son gobernados por el partido Demócrata, Florida Estado gobernado por los Republicanos tiene 33,938 infecciones y 707 muertes por millón de habitantes, ese estado ha decidido seguir el modelo de Suecia por lo que ya abrió todo su aspecto social y económico lo que seguro traerá grandes críticas y efectos pero puede generar una tendencia de rompimiento con respecto a la conducta de la mayoría de las entidades de ese país y tal vez de los países del mundo.
EL FRÍO Y EL COVID-19
En comparación con México, Canadá es un país frio todo el año, tiene 4,697 infectados y 253 fallecimientos por cada millón de habitantes respectivamente. Esto lo digo para que no pensemos que en invierno nos irá peor o mejor en verano como se había pensado. Nos irá peor sino usamos el cerebro y nuestras autoridades médicas usan la política en lugar de la ciencia para aplicar medidas de control y prevención. Podemos decir que Canadá no es México, pero Alaska que esta en el país con más muertos del mundo y que gobierna el partido Republicano que es el mismo que Trump, tiene 12,310 infecciones y 82 muertes por cada millón de habitantes. Esto es cientos menos que México e incluso 30% por debajo del alabado Alemania.
En comparación el caluroso Estado de Tabasco tiene 13,625 infectados y 1,210 fallecimientos por cada millón de habitantes, es decir casi el doble de muertes y de infecciones por millón que en Suecia. Jalisco mucho menos caluroso tiene 3,512 infectados y 424 fallecimientos por cada millón de habitantes, ligeramente por debajo de Suecia.
Cada país es responsable de sus políticas, pero durante Diciembre y Enero EUA estaba muy ocupado enjuiciando a Trump y de Marzo en delante muy distraídos y divididos por sus elecciones. Lo anterior sofocó la posibilidad de tener una información más abierta y modelo alternativo al que aplicaban en Europa y en Asia. A pesar de que hay otras medidas parece que los grandes países de occidente están decididos a terminar con su clase media y con su propia capacidad productiva. El cuidado para disminuir el contagio no es sinónimo de que no habrá más COVID-19 y durante los meses de encierro parece que no se preparó una estrategia de apertura que permita a la gente común trabajar salvo vía internet o como afanadores de supermercados.
EL ESTADO COMO DUEÑO Y RESPONSABLE DE TODO
Si los ciudadanos se sienten sin esperanza y acorralados el Estado se convierte en el dueño de sus destinos sustituyendo la iniciativa y la responsabilidad individual, esa es la conclusión y rechazo al que llegaron los que siguen el modelo sueco, en el que se buscó un equilibrio entre las restricciones, las obligaciones y responsabilidades individuales. En Suecia que existe un Estado de protección social muy amplio considerado casi socialista, no se aplicaron las medidas tan drásticas como en las demás democracias que se asemejaron más a las dictaduras.