Heridas invisibles, la salud mental de las mujeres en contextos bélicos.

  • Escrito por Wendy Rayón Garay

10.06.2025 /Cimac Noticias.com/ Ciudad de México.- La guerra tiene un impacto devastador en las mujeres, no solo en términos físicos, sino también psicológicos y estructurales. De acuerdo con la ONU Mujeres, millones de mujeres en zonas de conflicto (Afganistán, Gaza, Georgia y Ucrania), están enfrentando secuelas graves como estrés postraumático, traumas, ansiedad y depresión sin poder acceder a atención o apoyo.

Datos de la organización señalan que la proporción de mujeres que fueron asesinadas en conflictos armados se duplicó en los últimos años, alcanzando el 40% del total de muertes de la población civil. Además, se estima que más de 600 millones de mujeres y niñas viven en territorios afectados por conflictos, lo que representa un aumento del 50% desde el 2017. Esta situación las expone de forma constante a diversas formas de violencia que pernea en su salud mental.

Entre las principales formas de violencia que enfrentan destacan la tortura, desapariciones forzadas, desplazamientos, pérdida de bienes, pobreza, terrorismo, violencia sexual, amenazas, reclutamiento forzado, ejecuciones arbitrarias, matrimonios forzados, o su asesinato. Muchas de estas agresiones están relacionadas directamente con su género, buscando ejercer el control sobre sus cuerpos y decisiones utilizando la violencia cómo herramienta de dominación patriarcal.

Casi todas las personas afectadas por una crisis humanitaria experimentan angustia psicológica, por ejemplo, 1 de cada 5 personas desarrollan enfermedades mentales a largo plazo, pero solo el 2% recibe atención psicológica. Esto se agrava al considerar que no solo influye el factor del conflicto, sino también el financiamiento destinado a la salud a escala mundial, el cual está entre el 1% y 2% cuando los problemas de salud mental representan el 20% de los problemas reportados en situaciones de emergencia, según reportó ONU Mujeres.

De la misma manera, el acceso a servicios de salud mental también supone un problema. En países de ingreso alto hay 70 profesionales de salud mental por cada 100 mil habitantes; sin embargo, en países de bajo ingreso, la cifra es inferior a 1. Otras barreras a las que se enfrentan son culturales, sociales y económicas que les impide buscar un tratamiento digno.

“El cuidado de la salud mental debe ser una parte esencial de toda respuesta humanitaria, desde el asesoramiento para abordar el trauma o los servicios comunitarios hasta los espacios seguros donde las mujeres y niñas puedan empezar a sanar” -ONU Mujeres

¿A qué se enfrentan las mujeres en territorios en guerra?


Las mujeres en Afganistán enfrentan el regreso de los talibanes al poner, un grupo islamista radical, provocando graves violaciones a sus derechos humanos y su sentido de identidad, libertad personal, educación, trabajo y movilidad. De acuerdo con ONU Mujeres, la autonomía de las niñas y mujeres ha quedado “destruida”, además de que han sido excluidas sistemáticamente de la vida pública.

Datos de ONU Mujeres señalan que el 98% de las mujeres afganas afirman tener una influencia limitada o nula en las decisiones que se toman dentro de sus comunidades. “Hace tres años, una mujer afgana podía técnicamente decidir presentar su candidatura a la presidencia. Ahora, puede que ni siquiera sea capaz de decidir cuándo ir a comprar comida” mencionó Alison Davidian, representante de la organización en el Afganistán,

Por otro lado, el 68% describe que el estado de su salud mental es “mala” o “muy mala” y el 8% señaló conocer a otra mujer que estuvo a punto de suicidarse. Sin embargo, debido al contexto de violencia que enfrentan y las restricciones contra ellas, no pueden hablar de su salud mental sin meterse en problemas.

En Gaza, las mujeres están atrapadas viviendo bajo asedio y una amanezca constante de violencia. Su territorio ha sido bombardeado por Israel desde noviembre de 2023 provocando desplazamientos, privaciones y muertes. La guerra entre ambas naciones es uno de los conflictos bélicos más prolongados y complejos del mundo. La principal disputa es la ocupación del territorio con una extensión de 365 kilómetros, en el cual persisten tres religiones: católica, musulmana y judía.

De acuerdo con el último informe de ONU Mujeres, publicado en abril de 2024, desde el comienzo del conflicto bélico, niñas y mujeres no han podido atender sus necesidades básicas como comer, beber agua, ir al baño, usar toallas sanitarias, ducharse o cambiarse de ropa. A este panorama se suma que algunas se están enfermando, deben hacer el trabajo de cuidados y han quedado en estado de viudez.

Bajo este contexto, las mujeres de Gaza han desarrollado miedo, trauma y agotamiento. Según apuntó ONU Mujeres, el 75% padece de depresión, 62% no puede dormir y el 65% tiene pesadillas y ansiedad, aunque por la limitación de acceso a cuidados, la mayoría de ellas deben enfrentarlo solas al mismo tiempo que cuidan de otras personas como familiares o sus hijas e hijos.

La salud mental de las mujeres está al límite en Gaza. Las mujeres embarazadas, las madres y las niñas son especialmente vulnerables. La carga emocional de mantener las familias a flote recae en gran medida sobre las mujeres. La guerra contra la salud de las mujeres en Gaza no es únicamente física: es mental, emocional e implacable.

Desde Geogia, las mujeres han vivido por años en desplazamiento y conflictos donde alrededor de 200 mil personas se movilizaron internamente y casi el 40% vive en refugios con condiciones de vida deficientes, alto nivel de desempleo y servicios limitados. En consecuencia, el 23% de las mujeres sufren estrés postraumático, 10% depresión y el 9% ansiedad.

Sin embargo, solo un tercio de ellas ha tenido acceso a atención sanitaria. Muchas de estas personas no reconocen sus síntomas o se enfrentan a obstáculos como el costo, el estigma o la falta de servicios.  Un estudio descubrió que el TEPT, la depresión, la ansiedad y las afecciones comórbidas contribuían a aumentos de la discapacidad de hasta el 16% en las mujeres y las infancias afectadas por conflictos.

Finalmente, en Ucrania, que atraviesa una guerra contra Rusia, se ha reportado el incremento de violencia doméstica y depresión en las mujeres. ONU Mujeres apuntan que la violencia de género ha aumentado un 36% desde 2022, las mujeres soportan una mayor carga de trabajo de cuidados no remunerado —hasta 56 horas semanales solo en el cuidado de niñas y niños— y el desempleo se ha disparado. Todo ello está afectando al bienestar de las mujeres.

En la actualidad, el 42% corre riesgo de sufrir depresión y el 23% afirma que alguien de su hogar o ella misma necesita asesoramiento. Las personas refugiadas desplazadas, que en su mayoría son mujeres, sufren algunos de los peores efectos en la salud mental. Los sistemas de apoyo suelen estar fuera de su alcance, ya que huyen de las zonas rurales o del frente. Una encuesta de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) constató que el 53% de las personas desplazadas internas en Ucrania sufrían depresión. Pero, además, quienes buscan ayuda suelen encontrar poco apoyo disponible.

Las mujeres de grupos marginados, incluidas las romaníes, las personas LGBTQI+ y las mujeres con discapacidad, se enfrentan a capas añadidas de trauma y a opciones de apoyo aún más escasas. Los roles tradicionales de género agudizan la presión, ya que las mujeres soportan el peso emocional de mantener a las familias durante la guerra, la inestabilidad y los desplazamientos.

La violencia de género contra las mujeres ucranianas en hogares aumenta tras la guerra – cimacnoticias.com.mx

«La guerra no termina cuando cesan los tiroteos. Sus horrores perduran en las mentes de quienes la han padecido. Para las mujeres y niñas que viven en zonas de conflicto, el apoyo a la salud mental no es un lujo”, apuntó ONU Mujeres. Son ellas quienes mayormente cargan con las secuelas invisibles de la guerra. Por ello, por años se ha insistido en el papel de las mujeres para lograr La Paz y seguridad, siendo este clave para romper los ciclos de violencia y desigualdad.