*Fotos/ Cortesía Crédito: ECOZINE FILM FESTIVAL
/ Por Adela Mac Swiney/
Zaragoza, España, 8 de abril (Notistarz).- “Hermanos del mar (Urak Lawoi)”, dirigida por Manuel Coronado y Telmo Iragorri y “Las corrientes paralelas”, la ópera prima de Pablo Chavanel que ha tenido su estreno mundial en la 17ª edición de Ecozine Film Festival, abrieron la Sección Oficial de Largometrajes del certamen con una alerta sobre la invasión del territorio en sitios de Asia.
La principal invasión ahora de la tribu nómada Urak Lawoi en Tailandia es el turismo, mientras que en el segundo film, rodado en Camboya, queda constancia del daño que causa la proliferación de presas hidroeléctricas en el río Mekong.
Manuel Coronado y Pablo Chavanel estuvieron en Zaragoza para presentar en la Filmoteca de esta ciudad sus películas que compiten en la Sección Oficial de este certamen internacional y han coincidido en la necesidad de la protección de los territorios y en abrir espacios de esperanza ante las imposiciones de las autoridades de distintos lugares y la sociedad misma.
Manuel Coronado explicó que “Hermanos del mar (Urak Lawoi)”, es un documental sobre una etnia que está en Tailandia en una isla remota del sur del país, y cuenta la historia de tres generaciones, abuelo, hijo y nieto, que a través de su conocimiento sobre el mar “nos brindan las oportunidades de conocer las profundidades del mar de Andamán, de su cultura y religión y de porqué es tan importante la conservación y protección de lugares tan remotos como esta isla Koh Lipe”.
Resaltó que “nuestra película tiene una gran connotación de poder informar sobre la importancia de conservar territorios tan personales como este lugar en Koh Lipe”, y consideró que el territorio condiciona mucho la cultura de los pueblos. “En este caso, al ser un lugar que está completamente bañado por mar, el estilo de vida de esta etnia está totalmente condicionado, de tal forma que si no hay peces para pescar ellos prácticamente no comen, ellos no están acostumbrados a ir a supermercados y tomar comida occidental”, dijo.
Indicó que esto poco a poco va cambiando y por ello es importante rodar y presentar este tipo de documentales. “Yo he podido ver es que esas zonas están bastante mal debido a diversos factores como el turismo masivo, la contaminación, no solo de Tailandia sino de muchos países porque hay plásticos que provienen de diversos lugares del mundo, es un problema global”, agregó.
El cineasta anunció en el marco de su presentación en Ecozine Film Festival a partir de “Hermanos del mar (Urak Lawoi)” y junto con el también director Telmo Iragorri hay un proyecto de hacer una trilogía.
Las siguientes dos películas serán una sobre los Amazig en el desierto del Sahara, en Marruecos y otra sobre los Nénets en Siberia. “Después mi gran sueño es ir al Amazonas y poder estar ahí bastante más tiempo rodando, pero de momento quiero terminar este proyecto de trilogía de diferentes puntos cardinales del mundo, pero que todos tienen en común la conservación de culturas propias ya que es muy importante mantenerlas y diferenciarse los unos de los otros también”, apuntó.
Por otra parte, “Las corrientes paralelas”, ópera prima de Pablo Chavanel, tuvo su estreno mundial en el festival, con el apoyo del Instituto Francés de Zaragoza. El cineasta galo, quien ha vivido cinco años en Camboya, explicó que se trata de la historia de dos protagonistas, Samnang, líder de una comunidad indígena que se ve amenazada ante la proliferación de presas hidroeléctricas en el río Mekong y que está a punto de perder su territorio y también de Sothy, pintor y superviviente del genocidio de los jemeres rojos.
“Hay un diálogo, una relación entre estos dos personajes que son muy fuertes y tienen mucha esperanza para proponer una sociedad diferente y una manera de vivir distinta a lo que las autoridades y la sociedad quiere imponer, es un diálogo intelectual, virtual y creo que es una película con mucha esperanza”, afirmó.
Aseveró que se siente muy contento de haber conocido tanto a Samnang como a Sothy, quienes desde lugares diferentes intentan cambiar la sociedad.
“Los dos han vivido un exilio y esto nos muestra que hay una violencia repetida y que el tema del genocidio es una especie de tabú en Camboya, ahí hay muchas cosas que no se critican; a través de corrientes paralelas estas dos personas lo que han hecho es darme esperanza porque en 2017, cuando yo vivía ahí en Camboya, se produjeron problemas políticos y revueltas muy importantes, para mí ha sido un gran gusto y un gran placer poder grabarles, porque a través de ellos podemos ver que un mundo mejor es posible”, recalcó.
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