* Por Blanca Ivonne Olvera Lezama .
El año 2022 fue el más violento contra las mujeres, así se infiere de las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública que registró 270 mil 546 denuncias por violencia familiar, lo cual representó un aumento de 16 mil 568 más que en 2021.
Situación similar ocurrió con el delito de violación con 23 mil 102 denuncias, que representan 9% más que en 2021; de esta forma diariamente 741 mujeres vivieron violencia familiar y 63 mujeres sufrieron violación.
En el mismo contexto, a 3 mil 775 mujeres las privaron de la vida violentamente, pero sólo 968 casos se investigaron como feminicidio y los otros 2 mil 807, como homicidio doloso de mujer, lo que resulta en 11 mujeres asesinadas a diario en el país.
La tenue existencia de acciones institucionales en prevención y procuración de justicia trae como consecuencia la falta de capacitación en derecho penal y perspectiva de género de policías, peritos y ministerios públicos, esto sumado a los intereses mediáticos, así como actos de corrupción arraigados durante décadas en las instituciones de seguridad pública y fiscalías, lo que trae como resultado investigaciones y juicios ineficientes, como en el caso de Debanhi en el que se tuvieron que realizar tres necropsias.
Ahí está la investigación de Luz Raquel, en la que las autoridades dieron a conocer, mediante dictamen de grafoscopía, que ella misma escribió las amenazas de las que fue objeto en las paredes de la entrada a su departamento, incluso que ella misma se quemó viva. O el caso de Yrma Lydya, quien después de ser privada de la vida por arma de fuego en un restaurante, a su esposo y principal sospechoso no le fue aplicada en tiempo y forma la prueba de rodizonato de sodio que esclareciera si había residuos de pólvora en sus manos para saber si fue él quien disparó el arma de fuego. Está el caso de Abigail Hay Urrutia, víctima de una detención ilegal que derivó en una primera declaración pública de que ella misma se había suicidado en los separos que la autoridad le impuso, para que después se reconociera que fue privada de la vida, por lo que fue sancionado el elemento de la policía a cargo, por homicidio culposo, pero no por feminicidio. Las mismas ineficiencias ocurren con la reclasificación de delitos en contra de Mya Naomi, quien fue apuñalada 47 veces y abandonada en un lote baldío por su novio, por lo que el juez reclasificó este intento de feminicidio a lesiones graves y violencia familiar, dejando en libertad a su agresor.
Así las cosas, empezando este 2023, un sujeto consumó un doble feminicidio contra su esposa y la madre de ella en el interior de las instalaciones del ministerio público a la vista de todos los que trabajan en esa agencia y, el colmo, es que en el acto logra darse a la fuga, sin que nadie lo detuviera, cabe mencionar que ya fue capturado, pero ello no disminuye la impunidad con la que consumó flagrantemente este doble feminicidio.
Es por lo anterior que se requiere crear una estrategia eficaz mediante la suma de voluntades de instituciones de seguridad pública, sociedad civil, fiscalías y tribunales, dotándola del presupuesto que le permita prevenir y erradicar los delitos de violencia contra las mujeres.
Twitter: @ivonne_olez
