¡JUSTICIA PARA JOSÉ EDUARDO!

/Jorge Meléndez Preciado/

El 22 de julio, José Eduardo Ravelo Echevarría fue detenido en Mérida, Yucatán. Cuatro policías lo aprehendieron supuestamente por faltas administrativas, que se dicen van desde que tiró una piedra hasta que agredió a una persona. Vamos a dar por buena, no obstante que hay una investigación en curso, alguna de esas cuestiones.

Luego de subirlo a una patrulla, llegó a una delegación con lesiones múltiples, entre ellas un brazo dañado, golpes en varias partes y dolores en el ano.

Fue trasladado, posteriormente, a un sitio donde hay pacientes de Covid- 19, enfermedad que contrajo, algo que resulta una nueva tontería y arbitrariedad- por decir lo menos- y el 3 de agosto falleció.

Su madre María Ravelo tuvo que ir con el féretro del muchacho al Palacio de Gobierno de Yucatán para que le hicieran caso. Las autoridades municipales y estatales, el alcalde René Barrera Concha y el gobernador, Mauricio Vila, respectivamente, dieron los mismos clásicos discursos que hemos oído desde antes de 1968: nuestras condolencias, haremos una investigación a fondo e imparcial, encontraremos, si hay, a los responsables y un etcétera más largo que este tiempo de pandemia.

Y es que un juez de control había dejado libre al cuarteto mencionado que, según videos diversos y la madre del occiso, habían actuado con prepotencia, alevosía, ventaja e impunidad.

Tuvo que trasladarse doña María a la Ciudad de México para hablar con el presidente López Obrador y pedirle su intervención, con el fin de que se haga justicia.

Ello porque el alcalde Renán Barrera había dicho que no había que prejuzgar la actitud de sus subordinados por agredir a un muchacho de 23 años que había nacido en Veracruz y que los gendarmes eran gente a tomar muy en cuenta porque asimismo tenían familias. ¡Vaya argumentos de un servidor público que supuestamente está para proteger a la población y obligar a quienes deben respetar la ley que la cumplan plenamente!

Andrés Manuel ordenó que, si la Fiscalía Estatal no hacía nada, algo que es notorio hasta el momento, interviniera la Fiscalía General de la República: ¡es su hora, señor Gertz Manero! Y que llevara el caso, también, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.

La ex ministra ya recibió a la madre de José Eduardo y dijo que se auxiliará con el Comité Ejecutivo de Atención a Víctimas (CEAV) y con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).

Ante esas medidas, hay un silencio absoluto del gobernador Vila, quien al principio señaló que no habría ninguna consideración con los azules sin eran culpables. Mientras que el alcalde Barrera Concha, al parecer ya no le acomoda también su segundo apellido, ya que ha intentado hacer declaraciones más frecuentes con tal de salir del bache en que se metió.

En un país donde a los jóvenes los detienen por cualquier falta, aparente o real, y los humillan gravemente, aparte de sacarles dinero (la clásica mordida), resulta indispensable poner un ejemplo que no se les puede maltratar como hace decenios sin que los culpables paguen.

Allí está el caso del momificado Luis Echeverría, quien luego de menos de dos años en prisión domiciliaria, sus parientes lo exhibieron en una vacunación anticovid en Ciudad Universitaria, caso aberrante.

Si como dicen medios y vecinos meridenses, a través de filmaciones y datos muy precisos, a José Eduardo Ravelo Echevarría los cuatro patanes que utilizan a su favor la ley lo golpearon, sometieron y abusaron de él físicamente, hay que encarcelarlos.

Y al juez que tan alegremente no vio cómo fue sobajado un muchacho y dejó libres a los delincuentes, también sancionarlo estrictamente.

La señora María Ravelo merece justicia y la reivindicación de su hijo.

PD. Un abrazo para doña Rosario Ibarra de Piedra.

jamelendez44@gmail.com

@jamelendez44

Columna Publicada en Relevante.,x