‘La Asistenta’, una historia de maltrato, pobreza y resiliencia

*Serie, basada en las memorias de Stephanie Land recogidas en su libro autobiográfico ‘Criada’

*Se vio en 67 millones de hogares en 4 semanas, la distribuye Netflix

/ Julia Cuesta del Hoyo /

SemMéxico/AmecoPress, Madrid, 15 de octubre, 2021.- ‘La Asistenta’, la miniserie de Molly Smith Metzler que ha revolucionado a la audiencia de Netflix y que en tan solo cuatro semanas ya había sido empezada a ver por más de 67 millones de hogares. Esta serie, basada en las memorias de Stephanie Land recogidas en su libro autobiográfico ‘Criada’, narra una historia de abandono institucional, maltrato psicológico, precariedad y monomarentalidad. Alex, la protagonista, trata de escapar de una relación abusiva junto a su hija Maddy, y a partir de ese momento deberá hacer frente a las numerosas trabas que supone ser una mujer pobre y sola tratando de sobrevivir al sistema.

Mediante trabajos mal pagados de limpiadora y contando con la insuficiente e ineficaz ayuda que proporciona el Estado, Alex tratará de encauzar su vida en una historia realista, cruda y con un fuerte componente social. Esta serie evoca a la película ‘Techo y comida’ de Juan Miguel del Castillo, pero a diferencia de esta, ‘La asistenta’ da un respiro. A pesar de lo dura que pueda ser la situación que envuelve a la protagonista -que para nada pretende presentarse de manera edulcorada-, ésta desprende cierto aire de optimismo y resiliencia que nos permite no caer en la lectura de la historia como la más absoluta tragedia.

A diferencia de otras muchas historias que pretenden presentar contextos similares, ‘La asistenta’ se aleja del mensaje meritocrático y falso de ‘trabaja duro y conseguirás lo que te propongas’. Aunque vemos como una mujer lucha fervientemente para intentar mejorar sus condiciones de vida, en todo momento somos conscientes de que el problema no es de ella sino del inexistente Estado del Bienestar estadounidense y del suelo pegajoso que supone la pobreza y falta de recursos.

Uno de los elementos narrativos más interesantes que ofrece esta miniserie es la forma de plasmar la relación de abuso psicológico que sufre la protagonista. A diferencia de las clásicas historias de maltrato que estamos acostumbrados a ver en la pantalla, en las que la víctima es una pobre mujer indefensa y el maltratador un hombre violento que llega a tal punto de deshumanización que se percibe como un monstruo, ‘La Asistenta’ ofrece un punto de vista más completo y humano. Tanto Sean, su marido, como Álex, la protagonista, encarnan una historia de abuso emocional y psicológico que, sin embargo, no deja de ser humana. Una historia con sus complejidades, en la que el asunto no va de buenos y malos sino de entornos hostiles, personas con circunstancias complejas y posiciones de poder dentro de las relaciones.

Esto no implica que la historia reste crudeza o responsabilidad a este conflicto. Sin exceso de gritos ni escenas demasiado violentas, ‘La Asistenta’ consigue transmitir de una forma mucho más realista qué supone para la protagonista encontrarse dentro de esa relación, así como el miedo que puede llegar a sufrir o la necesidad de huir de ahí.

Otra problemática social que esta miniserie abarca en su relato es la de la deficiente atención por parte de los servicios sociales y del Estado en sí mismo. A pesar de la necesidad de amparo y ayuda de la protagonista, a medida que avanza la historia vamos viendo el entramado de complicaciones y trámites burocráticos y administrativos que supone solicitar este apoyo institucional que, lejos de ofrecer soluciones reales, propone “parches” temporales para los problemas a los que la protagonista tiene que enfrentarse. Ante esta ineficiencia institucional queda reflejado también como la poca ayuda real que puede llegar a recibir viene más de personas con gran vocación que se entregan más en su trabajo de lo que les corresponde o de lo “estrictamente pagado”.

Por último, y haciendo referencia a la recomendación que hacían las compañeras de Afroféminas de esta serie, ‘La Asistenta’ ofrece un cambio de roles dentro del relato. Esta historia presenta a personajes racializados como los ricos y solidarios, a diferencia del relato tradicional en el que llevan años siendo relegados al papel de “ignorantes, pobres y violentos”.

Foto: Archivo AmecoPress.