Por Yamiri Rodríguez Madrid
Aunque no ha hecho un trabajo del todo malo, dadas las condiciones en que recibió el ayuntamiento, a la presidenta municipal de Xico, Gloria Galván Orduña, la comienzan a ver con malos ojos parte de la población debido a que todo lo que hace va en caminado a un solo fin: proyectar a su hija Carolina Galván a un cargo de elección popular. Como dice el dicho popular, la priista no da paso sin huarache.
Le van dos claros ejemplos que han denunciado. Una muy buena parte de su trabajo la ha destinado a concluir las obras de pavimentación que su antecesor dejó proyectadas, las cuales por cierto, han ido sumamente lentas, pues acusan que les retrasa el pago a las constructoras. Otra parte del presupuesto la he enfocado a la mejora de capillas e iglesias del Pueblo Mágico pues, aprovechando la devoción de la gente, pensó que eso generaba muy buenos votos.
En el pasado proceso electoral del 2018, le metió una buena cantidad de recursos a la iglesia ubicada en la comunidad de Plan de las Hayas; sin embargo, al darse a conocerse los resultados electorales y comprobar que ahí había arrasado el morenista Andrés Manuel López Obrador rumbo a la Presidencia de la República, unos días después mandó a quitar las luminarias que les había puesto y las cuales, dicho sea de paso, estaban conectadas con diablito, por lo que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) intentó multar al Patronato de la Iglesia por las cochinadas del ayuntamiento.
Ahora, con la misma fe, la alcaldesa construye una capilla para los devotos de la Virgen de Juquila, allá por los terrenos donde están las antenas de Telcel, pero por estar en desnivel, al ayuntamiento les cuesta 50 mil pesos diarios por retiro de la tierra, dinero que bien podría irse a obras que les urgen más a la gente de Xico, pues aún presenta niveles de rezago importantes.
Sin embargo, como en muchos otros ayuntamientos, las obras no se proyectan para que tengan un beneficio social, sino como trampolín de familiares y amigos.
@YamiriRodriguez
