La educación, en boca de todos luego de un año y medio olvidada

Autor: Mónica Marquina

Es lógico y alentador que en campaña los candidatos reconozcan en sus acciones la importancia de la educación, uno de los temas críticos luego de un año y medio sin clases, aun cuando no hay precisiones de la real magnitud de lo que ya se conoce como una catástrofe educativa. Pero la elaboración de propuestas para resolver los problemas de la educación no puede hacerse en el mes y medio de campaña.

El problema educativo requiere un trabajo de fondo: reconocer los problemas previos a la pandemia; el impacto de la misma; cómo atender los daños urgentes y cómo pensar la educación para el largo plazo, en el marco de un modelo de desarrollo. Esto requiere, además, conocer y poner en valor el recorrido ya realizado.

Ya desde julio 2020, en un trabajo articulado con el Congreso, trabajamos desde la Fundación Alem en una propuesta concreta. El documento Volver a las Aulas de agosto, en el que sugeríamos 15 puntos para el retorno a clases, se presentó casi de manera simultánea con el Proyecto de Ley de Emergencia Educativa presentado por la UCR, con el fin de coordinar una propuesta legislativa concreta basada en un estudio fundamentado.

Ese Proyecto nunca pudo tratarse por decisión del oficialismo. Faltaron más diputados y diputadas en el Congreso con interés y formación en los temas educativos para priorizar y enriquecer un debate que lamentablemente no existió.

En el camino se fueron sumando más actores. Los padres y madres, los docentes que veían con preocupación la inacción gubernamental. Se transformó en un recorrido de todos más allá de una pertenencia partidaria específica. Ese movimiento luego se visibilizó en la calle, sobre todo a partir de la red de padres organizados, un ejemplo de activismo social digno de ser estudiado y que no debería opacarse con una silla en una mesa formal de acuerdos.

Mientras tanto, en el Congreso se siguió pensando hacia adelante. El Proyecto de Ley de Pacto Educativo Intergeneracional, presentado hace menos de un mes por la diputada Brenda Austin con el acompañamiento de muchos diputados y diputadas de Juntos por el Cambio, vuelve a declarar la Emergencia Educativa, reconociendo a la educación como actividad esencial, con el fin de contrarrestar el impacto producido por la pandemia y las medidas tomadas de restricción de la presencialidad.

El Proyecto plantea el incremento adicional de la inversión de un 1% del PBI en la educación inicial, primaria y secundaria entre 2022 y 2030, incremento que deberá ir exclusivamente al cumplimiento de las metas previstas.

Allí se identifican los aspectos urgentes que deben ser atendidos para recuperar un piso mínimo de recuperación.

Entre ellos, la inclusión del 100% de los estudiantes desvinculados; el incremento de días de clase en el calendario escolar; la incorporación de al menos el 50% de los estudiantes de primaria en escuelas de jornada extendida; condiciones de infraestructura en las escuelas públicas radicadas en sectores sociales y zonas geográficas desfavorecidas; implementación de la Cédula Escolar Nacional, dispuesta por la ley 27.489, a fin de detectar, fortalecer y acompañar las trayectorias educativas discontinuas; formación de jóvenes y adultos en competencias necesarias, en particular técnicas y profesionales, para acceder al empleo, el trabajo y el emprendimiento; incremento del monto y el número de becas disponibles para acompañar la inclusión de jóvenes en la finalización de la escuela secundaria; la formación docente y equipos de apoyo para la innovación, inclusión digital pensando la inclusión de la tecnología en el aula; acciones específicas de inclusión educativa a las personas con discapacidad.

Cada una de estas acciones se plantean con metas, prioridades, monitoreo y evaluación, a partir del seguimiento de una comisión bicameral con información transparente en el marco de la Ley de Acceso a la Información Pública.

La propuesta está. Hay mucho transitado por los actores sociales y políticos que estuvimos este año y medio ocupados y preocupados por la educación. Hay un trabajo que puede ser revisado, mejorado, pero siempre reconocido. Las soluciones fundacionales pueden terminar siendo superficiales cuando se hacen con apuro. Comprometámonos a hablar de la educación ahora, hoy y, de acá en adelante, siempre.

Publicado en Clarín Agosto 2021

Link https://www.clarin.com/opinion/educacion-boca-luego-ano-medio-olvidada_0_WcWkuhCpO.html

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