La finalidad del Paro Nacional.

Karen Quiroga

La sociedad civil organizada está convocando el próximo 9 de marzo a un Paro Nacional de Mujeres como protesta por la indiferencia de las autoridades ante el aumento de la violencia hacia nosotras, la impunidad en los casos de violaciones, feminicidios, violencia familiar, discriminación, violencia política y otras conductas que nos lastiman.

Esto en el marco del 8 de marzo, fecha que desde 1975 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó como el Día Internacional de la Mujer, con el fin de que la comunidad internacional no olvide que las mujeres tenemos que luchar por el reconocimiento y ejercicio efectivo de nuestros derechos, y vaya que ese propósito está vigente hoy más que nunca.

De acuerdo con cifras del Secretariado Nacional del Sistema de Seguridad Pública, el año pasado se registraron 976 feminicidios, y en los primeros 48 días del año van 246, situación a la que las menores de 14 años no escapan, prueba de ello es el caso de la niña Fátima que todavía hoy no está resuelto. Este año tenemos conocimiento de al menos cinco casos más que nos han conmocionado por el grado de violencia que se observa en sus muertes: Ingrid Escamilla, Minerva, María del Pilar González, Janet Rubí e Isabel Cabanillas.

Los cinco estados con más violencia hacia la mujer, de acuerdo con la misma fuente, son: Veracruz, con 157 casos; Estado de México, con 122; Ciudad de México, con 68; Nuevo León, 67; y Puebla, 57.

El Paro Nacional convocado pretende que ese día los hombres hagan sus actividades cotidianas, pero sin mujeres para que se sienta nuestra ausencia, que todos los espacios en los que estamos presentes hoy se haga evidente nuestra ausencia.

Que extrañen a las madres, abuelas, suegras, hermanas, esposas; que las autoridades estudiantiles nos extrañen, que no estemos en los medios de transporte ni de comunicación, que extrañen a las cocineras, niñeras, maestras, ingenieras, doctoras, abogadas, periodistas, politólogas, defensoras de derechos humanos, enfermeras, políticas, vendedoras, químicas, peritos, costureras, secretarias.

Las mujeres, ese día, no saldremos a la calle, ni al súper, ni a los cines, ni centros comerciales, ni bancos, no contestaremos celulares, desde luego no estaremos tentadas a lavar los platos (como desatinadamente dijo la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval), será como si no existiéramos, ello, como protesta a nombre de nuestras congéneres muertas o desaparecidas, quienes nunca más podrán hacer sus actividades y cuyos hijos, padres, hermanos y amigos, no acceden a la justicia por la displicencia de las autoridades.

Gracias a todos los hombres que quieren apoyarnos, se sugiere que ese día muestren su solidaridad y se vistan con una prenda o distintivo morado, que ayuden con las tareas de las mujeres que tienen que llevar a los hijos a las escuelas o a realizar compras, que realicen sus actividades cotidianas, de lo contrario, será un día de asueto más, un fin de semana largo, en donde las mujeres deberán cubrir su rol familiar, diluyéndose con ello, el carácter de protesta, pero sobre todo los pedimos que se informen y combatan su machismo internalizado.

Porque esta crisis humanitaria no sólo se solucionará sentenciando y castigando a los culpables, es necesario reconocer que la perspectiva de género es un tema transversal que debe tratarse en todos los ámbitos.

Juntos debemos encontrar la manera de parar las muertes de mujeres en razón de odio por género, por eso decimos sí al Paro Nacional de Mujeres, sí a un día sin nosotras.