**Prosa aprisa .
/ Arturo Reyes Isidoro /
Formalmente aun no inicia el proceso para renovar la gubernatura, pero en Morena la lucha por el poder llegó ya y traspasó una línea que viola las normas elementales de una conducta ética a la que deben sujetarse los protagonistas, más tratándose de compañeros –se supone– del mismo partido.
En el partido guinda el dedo o la línea del presidente Andrés Manuel López Obrador es imponer como candidata a la señora Rocío Nahle, así como pretende imponer como candidata presidencial a Claudia Sheinbaum. Eso lo saben muy bien del gobernador Cuitláhuac García Jiménez para abajo todos los funcionarios de su gobierno.
Así, todos pretenden estar en la gracia de la zacatecana, o más bien dicho todos pretendían estarlo hasta el momento en que la ambición política le ganó al secretario de Gobierno Eric Cisneros, quien de aliado e inicial operador político de ella terminó convirtiéndose en su contrincante y enemigo político y quizá hasta personal.
Al tomar por su propio rumbo Cisneros, dejó un espacio en el equipo de Rocío que presto tomó y llenó el diputado local Juan Javier Gómez Cazarín, coordinador de la bancada mayoritaria en el Congreso local y también presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), el verdadero titular del Poder Legislativo, porque la presidenta de la Mesa Directiva es solo para cubrir la forma.
Con Juan Javier hicieron equipo entonces el secretario de Educación Zenyazen Escobar García y el de Finanzas José Luis Lima Franco, quienes también eran aspirantes a la candidatura, hasta que se disciplinaron y se alinearon con la secretaria de Energía, así como el subsecretario de Finanzas Eleazar Guerrero Pérez, todos del círculo cercano del gobernador.
Cisneros no se lo perdona a Gómez Cazarín, como tampoco le perdona que no se haya alineado con él y no se haya sumado a su proyecto. Entonces una relación que solo estaba sostenida por alfileres se vino abajo y quedaron abiertos dos frentes en la administración cuitlahuista, que puede llegar a mayores si las cosas siguen como van.
En realidad, el celo y la disputa no son recientes. Por ejemplo, en 2021, enfureció a Cisneros que las diputadas locales Lidia Irma Mezhua Campos y Perla Eufemia Romero Rodríguez, de Zongolica y Papantla, respectivamente, quienes habían ganado la curul por el PRD, se pasaran a Morena, pero a invitación y por convencimiento de Juan Javier, y no se le hubieran unido a él.
Entonces las llamó a las dos y las amenazó. Como ellas se justificaron que lo habían hecho atendiendo indicaciones de familiares suyos, también dedicados a la política, dijo que entonces iban a pagar las consecuencias, y los citó en el palacio de gobierno, donde, igual, los amenazó.
A falta de argumentos se meten en la vida personal de Gómez Cazarín
Hoy el enfrentamiento está a todo lo que da, aunque los campos están bien definidos. Juan Javier está aliado con Nahle y Eric con casi todos los alcaldes de Morena y de otros partidos, quienes trabajan para su proyecto personal. Y ahí se habían venido guerreando en declaraciones a la prensa y en publicaciones en las redes sociales, hasta que alguien, que Radio Bemba apunta al equipo de Cisneros (no faltan quienes dicen que fue él mismo) lanzó la semana pasada un ataque en las redes sociales contra el de Hueyapan, pero ahora se metió en su vida personal, involucrando a terceros, una menor de edad de por medio.
La guerra, pues, escaló a un terreno escabroso, que solo Gómez Cazarín puede evitar que se convierta en un salpicadero de lodo y estiércol si mantiene la cordura y no cae en el juego sucio y sin ética de su adversario, porque cuánto no podría y tendría que decir si se decidiera, pues cuánto no ha de saber de la vida y milagros de quien lo agrede y de quien lo permite y lo tolera. Si sacara los trapos sucios al sol provocaría un verdadero escándalo y abriría una guerra interna de grandes consecuencias.
Incluso la situación podría ir más allá si Nahle decide combatir desde ya a Cisneros pidiéndole a su ahora aliado en el Congreso que suelte toda la sopa para desacreditar la vida personal del secretario de Gobierno y con ello disminuirlo ante la opinión pública y el electorado, lo que, quiérase o no, terminaría por salpicar al propio gobernador, quien no mete orden porque no puede o no quiere, o por las dos cosas.
Envilecen la vida democrática de Veracruz
A qué grado se llegó en el gobierno que era diferente, el de “nosotros no somos iguales”. No, ciertamente. Son peores. Y en lugar de engrandecer la vida democrática de Veracruz, de adecentarla, los principales responsables, por acción directa o por omisión, la denigran, la envilecen.
Cuando como arma para agredir al adversario, al enemigo político, se llega a la bajeza de meterse en su vida personal, que es y debe ser sagrada, a involucrar a víctimas inocentes, entonces es que estamos ante lo más despreciable del ser humano, que no debiera tener cabida en ningún lado. Ya se ve que no tienen límites, ni siquiera los más elementales a los que obliga la conducta y el comportamiento humanos.
Lo verdaderamente preocupante es que todos los veracruzanos estamos expuestos a este tipo de ataques para desacreditarnos, pues si lo hacen con sus propios compañeros de partido y de gobierno, qué no podemos esperar todos los demás. Autoridad que meta orden, se sigue viendo, no la hay. Pobre de nuestro querido Veracruz. No se lo merece.
Para Arturo Herviz, justicia y gracia; para Franco, la ley a secas
A Juárez se le atribuye la frase: “A los amigos, justicia y gracia; a los enemigos, la ley a secas”.
El gobierno de Cuitláhuac García Jiménez le acaba de dar vigencia en la persona de Arturo Herviz Reyes, un viejo político supuestamente de izquierda, a quien detuvo en forma sorpresiva la tarde del viernes pasado, pero horas después lo dejó libre para que siga en libertad un proceso que se le inició.
¿Qué pasó? ¿Por qué a él no le hicieron lo mismo que a otros militantes de la oposición a quienes, igual, detuvieron en forma sorpresiva y en cuestión de horas les dictaron uno o dos años de prisión preventiva? ¿Por qué él sí y, por ejemplo, a Rogelio Franco o a Tito Delfín Cano no?
Por una simple y sencilla razón. Porque es aliado del secretario de Gobierno Eric Cisneros, con quien jala desde poco después de que inició la administración.
Si es aliado, se preguntará, ¿entonces por qué echarle el guante encima? No hay que darle vueltas. Lo acalambró su propio aliado para recordarle que no se puede ni se debe salir del huacal apoyando a sus enemigos personales.
Porque el día de los hechos a Herviz se le olvidó que Rogelio Franco estaba preso por venganza política de Cisneros y viajaba de la región de los Tuxtlas a Xalapa para esperarlo afuera del penal, porque iba a ser puesto en libertad.
Se lo impidió su “amigo”. Lo hizo detener y hacerle efectiva una orden de aprehensión por los delitos de ejercicio indebido del servicio público y uso de documento falso (con facturas falsas quiso acreditar la realización de una obra) cuando fue alcalde de Cabada en 2019.
Herviz, supuestamente de izquierda, siempre ha sido aliado del gobierno en turno. En este espacio publiqué que siendo yo reportero, en el gobierno de Chirinos me tocó escuchar una plática telefónica entre el entonces secretario general de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares, y el líder cañero del PRD, supuestamente radical.
El 20 de agosto de 2018 publiqué en “Prosa aprisa” que: “Tan bien se entendían que ambos armaban de común acuerdo las manifestaciones de protesta contra el gobierno, uno en su calidad de líder izquierdoso. Ya realizadas, vía telefónica las comentaban y se carcajeaban. La gente creía que eran en serio y la prensa de entonces también”.
No se dude que de paso Cisneros lo apretó para que no jale con su paisano (de la misma región) Juan Javier Gómez Cazarín y de refilón con Rocío Nahle y en cambio lo apoye en su proyecto personal.
osa aprisa
La guerra sucia en el cuitlahuismo llega a su límite… y lo rebasa
Arturo Reyes Isidoro
Formalmente aun no inicia el proceso para renovar la gubernatura, pero en Morena la lucha por el poder llegó ya y traspasó una línea que viola las normas elementales de una conducta ética a la que deben sujetarse los protagonistas, más tratándose de compañeros –se supone– del mismo partido.
En el partido guinda el dedo o la línea del presidente Andrés Manuel López Obrador es imponer como candidata a la señora Rocío Nahle, así como pretende imponer como candidata presidencial a Claudia Sheinbaum. Eso lo saben muy bien del gobernador Cuitláhuac García Jiménez para abajo todos los funcionarios de su gobierno.
Así, todos pretenden estar en la gracia de la zacatecana, o más bien dicho todos pretendían estarlo hasta el momento en que la ambición política le ganó al secretario de Gobierno Eric Cisneros, quien de aliado e inicial operador político de ella terminó convirtiéndose en su contrincante y enemigo político y quizá hasta personal.
Al tomar por su propio rumbo Cisneros, dejó un espacio en el equipo de Rocío que presto tomó y llenó el diputado local Juan Javier Gómez Cazarín, coordinador de la bancada mayoritaria en el Congreso local y también presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), el verdadero titular del Poder Legislativo, porque la presidenta de la Mesa Directiva es solo para cubrir la forma.
Con Juan Javier hicieron equipo entonces el secretario de Educación Zenyazen Escobar García y el de Finanzas José Luis Lima Franco, quienes también eran aspirantes a la candidatura, hasta que se disciplinaron y se alinearon con la secretaria de Energía, así como el subsecretario de Finanzas Eleazar Guerrero Pérez, todos del círculo cercano del gobernador.
Cisneros no se lo perdona a Gómez Cazarín, como tampoco le perdona que no se haya alineado con él y no se haya sumado a su proyecto. Entonces una relación que solo estaba sostenida por alfileres se vino abajo y quedaron abiertos dos frentes en la administración cuitlahuista, que puede llegar a mayores si las cosas siguen como van.
En realidad, el celo y la disputa no son recientes. Por ejemplo, en 2021, enfureció a Cisneros que las diputadas locales Lidia Irma Mezhua Campos y Perla Eufemia Romero Rodríguez, de Zongolica y Papantla, respectivamente, quienes habían ganado la curul por el PRD, se pasaran a Morena, pero a invitación y por convencimiento de Juan Javier, y no se le hubieran unido a él.
Entonces las llamó a las dos y las amenazó. Como ellas se justificaron que lo habían hecho atendiendo indicaciones de familiares suyos, también dedicados a la política, dijo que entonces iban a pagar las consecuencias, y los citó en el palacio de gobierno, donde, igual, los amenazó.
A falta de argumentos se meten en la vida personal de Gómez Cazarín
Hoy el enfrentamiento está a todo lo que da, aunque los campos están bien definidos. Juan Javier está aliado con Nahle y Eric con casi todos los alcaldes de Morena y de otros partidos, quienes trabajan para su proyecto personal. Y ahí se habían venido guerreando en declaraciones a la prensa y en publicaciones en las redes sociales, hasta que alguien, que Radio Bemba apunta al equipo de Cisneros (no faltan quienes dicen que fue él mismo) lanzó la semana pasada un ataque en las redes sociales contra el de Hueyapan, pero ahora se metió en su vida personal, involucrando a terceros, una menor de edad de por medio.
La guerra, pues, escaló a un terreno escabroso, que solo Gómez Cazarín puede evitar que se convierta en un salpicadero de lodo y estiércol si mantiene la cordura y no cae en el juego sucio y sin ética de su adversario, porque cuánto no podría y tendría que decir si se decidiera, pues cuánto no ha de saber de la vida y milagros de quien lo agrede y de quien lo permite y lo tolera. Si sacara los trapos sucios al sol provocaría un verdadero escándalo y abriría una guerra interna de grandes consecuencias.
Incluso la situación podría ir más allá si Nahle decide combatir desde ya a Cisneros pidiéndole a su ahora aliado en el Congreso que suelte toda la sopa para desacreditar la vida personal del secretario de Gobierno y con ello disminuirlo ante la opinión pública y el electorado, lo que, quiérase o no, terminaría por salpicar al propio gobernador, quien no mete orden porque no puede o no quiere, o por las dos cosas.
Envilecen la vida democrática de Veracruz
A qué grado se llegó en el gobierno que era diferente, el de “nosotros no somos iguales”. No, ciertamente. Son peores. Y en lugar de engrandecer la vida democrática de Veracruz, de adecentarla, los principales responsables, por acción directa o por omisión, la denigran, la envilecen.
Cuando como arma para agredir al adversario, al enemigo político, se llega a la bajeza de meterse en su vida personal, que es y debe ser sagrada, a involucrar a víctimas inocentes, entonces es que estamos ante lo más despreciable del ser humano, que no debiera tener cabida en ningún lado. Ya se ve que no tienen límites, ni siquiera los más elementales a los que obliga la conducta y el comportamiento humanos.
Lo verdaderamente preocupante es que todos los veracruzanos estamos expuestos a este tipo de ataques para desacreditarnos, pues si lo hacen con sus propios compañeros de partido y de gobierno, qué no podemos esperar todos los demás. Autoridad que meta orden, se sigue viendo, no la hay. Pobre de nuestro querido Veracruz. No se lo merece.
Para Arturo Herviz, justicia y gracia; para Franco, la ley a secas
A Juárez se le atribuye la frase: “A los amigos, justicia y gracia; a los enemigos, la ley a secas”.
El gobierno de Cuitláhuac García Jiménez le acaba de dar vigencia en la persona de Arturo Herviz Reyes, un viejo político supuestamente de izquierda, a quien detuvo en forma sorpresiva la tarde del viernes pasado, pero horas después lo dejó libre para que siga en libertad un proceso que se le inició.
¿Qué pasó? ¿Por qué a él no le hicieron lo mismo que a otros militantes de la oposición a quienes, igual, detuvieron en forma sorpresiva y en cuestión de horas les dictaron uno o dos años de prisión preventiva? ¿Por qué él sí y, por ejemplo, a Rogelio Franco o a Tito Delfín Cano no?
Por una simple y sencilla razón. Porque es aliado del secretario de Gobierno Eric Cisneros, con quien jala desde poco después de que inició la administración.
Si es aliado, se preguntará, ¿entonces por qué echarle el guante encima? No hay que darle vueltas. Lo acalambró su propio aliado para recordarle que no se puede ni se debe salir del huacal apoyando a sus enemigos personales.
Porque el día de los hechos a Herviz se le olvidó que Rogelio Franco estaba preso por venganza política de Cisneros y viajaba de la región de los Tuxtlas a Xalapa para esperarlo afuera del penal, porque iba a ser puesto en libertad.
Se lo impidió su “amigo”. Lo hizo detener y hacerle efectiva una orden de aprehensión por los delitos de ejercicio indebido del servicio público y uso de documento falso (con facturas falsas quiso acreditar la realización de una obra) cuando fue alcalde de Cabada en 2019.
Herviz, supuestamente de izquierda, siempre ha sido aliado del gobierno en turno. En este espacio publiqué que siendo yo reportero, en el gobierno de Chirinos me tocó escuchar una plática telefónica entre el entonces secretario general de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares, y el líder cañero del PRD, supuestamente radical.
El 20 de agosto de 2018 publiqué en “Prosa aprisa” que: “Tan bien se entendían que ambos armaban de común acuerdo las manifestaciones de protesta contra el gobierno, uno en su calidad de líder izquierdoso. Ya realizadas, vía telefónica las comentaban y se carcajeaban. La gente creía que eran en serio y la prensa de entonces también”.
No se dude que de paso Cisneros lo apretó para que no jale con su paisano (de la misma región) Juan Javier Gómez Cazarín y de refilón con Rocío Nahle y en cambio lo apoye en su proyecto personal.
Mujeres del Verde, unidas
Unidas se vio el sábado a mujeres representativas del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en un desayuno en Xalapa, de la agrupación “Por Ella por Todas”, organización que proclama: “¡Queremos un país donde las mujeres podamos vivir libres de violencia! ¡Queremos un país donde haya igualdad en todos los aspectos de la vida!”
Ahí, la exalcaldesa de Pánuco y expresidenta de la Mesa Directiva del Congreso local, Octavia Ortega, hizo un pronunciamiento a favor de las mujeres a partir de su propia experiencia como cuando quisieron obligarla a no participar en actividades políticas en su municipio arrojando una mano humana frente a su domicilio.
Hoy ella es uno de los más valiosos activos del PVEM en el estado.