/Héctor Calderón Hallal /
Arribamos al tiempo de las definiciones e, indefectiblemente, ante los recientes como oprobiosos hechos, es menester bordar opinión en un primer intento de conceptualización de lo que es este grupo político, que llegó al poder en la coyuntura del ‘voto de castigo’ a las opciones tradicionales.
En nuestro país se ha querido imponer una “ideocracia”, sostenida por jacobinos ardientes y chauvinistas placeros, que arribaron a los más altos cargos de las burocracias –muchos de ellos- sin haber tenido una idea exacta de lo que significa la responsabilidad de administrar la autoridad con responsabilidad y seriedad, pues el que desempeñan, es el primer empleo formal que tienen a lo largo de toda su existencia.
Bueno, el segundo, en el caso del presidente de la República, quien estuvo al frente de la administración del entonces Distrito Federal, por un lapso de poco más de cuatro años.
El más reciente ‘affaire’ protagonizado por uno de los principales aduladores de López Obrador, el gobernador morenista de Veracruz, Cuitláhuac García, ha encendido las alarmas de lo que no debe suceder en un país, cuyo Estado (representado por su población y su Gobierno) han batallado a ‘sangre y fuego’ por construir y preservar instituciones, que son basamento de su progreso y de su estabilidad social.
Una de estas es el Estado de derecho, garantizado por el aparato de justicia.
Los gobernantes neopopulistas –burdamente- en los últimos días han tratado de imponer sus personales como ‘torcidas’ ideas de lo que es la justicia… y la propia gobernanza del país.
En una reedición de aquel radicalismo acelerado de aquella primera gran revolución social –como la francesa-, poniendo en el centro de la discusión nacional al concepto ‘pueblo’ y propugnando por un centralismo implacable, pretenden imponer a velocidad vertiginosa –para garantizar el nuevo régimen- a como dé lugar… a ‘sangre y fuego’.
Efectivamente, tal y como en su tiempo los miembros del partido Jacobino durante la época ‘del Terror’, que en realidad fue un club de sanguinarios ideólogos de la Revolución Francesa, que se reunían en el Monasterio de los Dominicos Jacobinos de San Honorio; club o partido que fue impulsado por el principal Jacobino de la historia, Maximillien de Robespierre, quien también se autonombraba ‘El Incorruptible’… una mañita no tan ‘nueva’ la de los nuevos jacobinos, como se ve, que se autonombran ‘con atributos’ que el pueblo aun no les asigna, como lo hacía Robespierre: la ‘cuarta transformación histórica del país’… grandilocuencia vil.
Es tal la enajenación de algunos miembros del ala dura o radical de la llamada ‘Cuarta Transformación’ por impulsar un proceso de transformación así como el de la Francia del siglo 18, rápido y definitivo, a sangre y fuego, que han impulsado desde el primer día del gobierno un proceso parecido al del ‘Terror’ pero en términos ideológicos, los cuales al salirse de control en algunos momentos, han maniobrado con rudeza y han dejado expuesta a la vista la guillotina de su ‘cambio verdadero’… vergonzosamente para ellos.
Es el caso de Veracruz y su sistema de justicia penal en los últimos días.
Y como se han impuesto al susurrarle al oído a AMLO en la toma de decisiones estos miembros del ala radical de la 4 T, sobreponiéndose a los muy pocos profesionales de la política que llegaron acompañando a López Obrador a finales de 2018 en su aventura de gobernar este país, pues es el caso que hoy tenemos ya revelado el verdadero rostro de este siniestro movimiento que de original no tiene nada… es un ‘orgasmo de revolución’, impulsado por los duros… desafortunadamente los más rabiosos, los no profesionales, los que vienen del activismo, de la protesta callejera… los ardientes chauvinistas (chovinistas) defensores a ultranza de lo endógeno, que han prostituído sin misericordia los conceptos ‘soberanía popular’, ‘soberanía nacional, la ‘indivisibilidad de la República’, la autodeterminación y otros más de sobra conocidos… la tradicional política ‘chicharronera’ mexicana, el discurso placero y su consabido ocio retórico.
Comparten ideas moderadas el senador Ricardo Monreal Ávila, líder de la bancada morenista en el Senado y el propio canciller Marcelo Ebrard Casaubón, quien ha reconocido sin regateos ya, la integridad y la calidad humana del líder de la mayoría de Morena en el Senado, Ricardo Monreal , por acudir este 24 de diciembre al penal estatal veracruzano donde se encuentra sorpresiva e ilegalmente detenido José María del Río Virgen, secretario técnico de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), quien no abandona en los momentos más duros a un ser humano, como cuando es sujeto de la privación de la libertad y tratándose sobre todo, de un compañero de trabajo… y de un amigo, como lo es Del Río Virgen de Monreal.
De hecho, horas después de la visita al penal veracruzano, donde estuvo acompañado por el senador Dante Delgado Rannauro, exgobernador de Veracruz por cierto, visita que les fue negada majaderamente por autoridades del penal, Monreal tuiteó: “Estamos en Veracruz, para cerrar filas con quienes sufren, con las personas inocentes que padecen persecución y con sus familias”.
Ya días antes, a gestión del propio senador Ricardo Monreal, habrían sido liberados del penal de Pacho Viejo, Coatepec, Veracruz, los jóvenes José Leonardo, Manuel Alejandro, Luis Francisco, Brian Alberto, Juvencio y Lorenzo, que desde el pasado mes de septiembre, se encontraban bajo la figura de la prisión ‘de oficio’, sin sentencia condenatoria aún y por el probable delito de ‘ultrajes a la autoridad’.
Pero además se sabe de por lo menos seis casos más de personas detenidas bajo figuras tan poco convincentes para el foro jurídico nacional, como la que representa el ‘ultraje a la autoridad’. En realidad, es por todos conocidos en el estado de Veracruz, que esas otras personas se encuentran en calidad de verdaderos “presos políticos”, por ser de extracción partidista a al actual Gobierno o provenir de administraciones anteriores a la de Cuitláhuac García, de signos partidistas diferentes a Morena.
Y es que así actúan… esos son los muy escasos cuadros profesionales y moderados de la política en Morena, que van definitivamente perdiendo su influencia desde el primer día de la administración, ante el Jefe del Ejecutivo que no los oye y prefiere ‘enyerbarse el alma’ con los complejos de Cuitláhuac Gutiérrez, de Manuel Bartlett, Ignacio Mier… de Paco Ignacio Taibó II quizá o hasta de Sanjuana Martínez, o de un Fernández Noroña, el ala dura ‘tetratransformadora’ del partido en el poder.
Aunque AMLO es igual que estos últimos; por eso se siente más identificado con ellos; así se explica el gran desastre que se tiene actualmente de administración. Por eso pues, desoye y subestima a los profesionales que trae en su equipo de colaboradores.
El mandatario veracruzano es uno de esos personajes del ala dura morenista que ‘ni en su vida’ se imaginó con gobernar sendo estado como lo es Veracruz, es el exactivista callejero, (que sí tiene estudios profesionales, aunque no lo aparente… y posgraduado en Alemania, con beca obviamente), es el ingeniero civil Cuitláhuac Gutiérrez, que tiene convertido al otrora estado productor de presidentes de la República y de políticos de primer nivel, en un franco ‘tiradero’.
Con ideas propias del más oscuro régimen de la historia humana, ha dado este gobernador, como muchos de los exponentes de la 4 –T, incluído el presidente de la República, en clasificar a conveniencia conceptos ya establecidos, para justificar sus actos de gobierno ante la población: así entonces hay ‘ciencia neoliberal’, ‘estadísticas neoliberales’… ‘justicia neoliberal’.
Y a estas actitudes de ‘ligereza’ o de irresponsabilidad como entes de autoridad que son, AMLO y Cuitláhuac Gutiérrez, por ejemplo, le siguen los afanes de establecer silogismos durante sus improvisados y muy básicos discursos mañaneros, que maliciosa o mañosamente los conduce a su vez a construir ideas sobre sus propias mentiras… una y otra vez:
Ya podemos decir que vivimos un régimen construido a base de mentiras.
Este es el régimen más ‘ideocrático’ de todos, mientras que un régimen de sinceridad es tolerante y liberal.
Hablarle a la sociedad con la verdad, por dura y amarga que sea, constituye el mejor régimen, que combate a todo sistema que nos esclaviza como pueblo a vivir de las idiosincracias, que al igual que las ‘ideocracias’, son fórmulas filosóficas sin cuerpo, sin espíritu.
Absurdos que han llevado a la humanidad en otros lapsos de la historia a la esclavitud y a la tiranía.
Porque bajo el régimen de la mentira, las ideas por sí mismas son objeto de persecución.
Un gobierno que es ajeno a la ‘ideocracia’ de la mentira, fomenta la pluralidad de las ideas, la diversidad del pensamiento, la crítica y hasta la oposición ideológica, sin perseguir al adversario… sin encarcelarlo bajo argumentos legaloides forjados al calor del criterio interpretativo del gobernante en turno.
Además, un gobierno que se dice liberal, moderno y ‘de izquierda’, según la concepción de los últimos tiempos, no actúa sujeto sólo a sus propias e indivisibles ideas, ensanchadas entre sí por el cemento fraguado con su degradante tiranía.
El gobierno de López Obrador nos ha mentido ya:
Cuando dijo que su gobierno no se endeudaría en el exterior… y ya lo ha hecho.
Cuando nos dijo que no permitiría la inflación ni la carestía de los precios… y eso ya es un asunto insalvable con una inflación superior al 7% y un encarecimiento de los básicos, que es rampante.
Cuando nos prometió que el precio de la gasolina no subiría; también mintió.
Cuando nos dijo que por ser un gobierno de izquierda el suyo, daría preferencia en sus esfuerzos a abatir el desempleo y a combatir la pobreza con medidas de largo aliento y orientadas al plano productivo. En sólo 3 años, tenemos más de 14 millones de nuevos pobres y más de 7 millones de desempleados. Eso sí, los programas clientelares, panaceas para el soporte del problema, crecen exitosamente… en tanto no se acabe la bolsa de los fondos públicos por alguna contingencia global que repercuta en las finanzas del gobierno.
Nos mintió cuando nos dijo que por medio de sui estrategia de ‘abrazos y no balazos’ se acabaría en poco tiempo el índice de violencia extrema que vivía el país y se lograría la pacificación del país.
Nos mintió cuando nos dijo, previo a la pandemia del coronavirus, saliéramos deliberadamente a la calle, a consumir alimentos a los negocios establecidos sinnigún miramiento… que nos ‘abrazáramos’.. que no usáramos el cubrebocas, pues lo que implicaba el Covid-19 “era una simple gripita”. Hoy, oficial (aunque regateadamente), nos acercamos al medio millón de mexicanos muertos por la pandemia… aunque hay voces calificadas que aseveran que también en este rubro nos ha mentido el gobierno de López Obrador, pues podríamos estar cerca del millón de fallecidos, dada la impericia –involuntaria o no planificada, como sea- de las instancias de gobierno para hacer un conteo masivo exacto.
También nos mintió cuando nos dijo que era para él algo urgentemente necesario, el hecho de descentralizar por temas la atención de los rubros del quehacer gubernamental, constitucionalmente establecidos y así, enviar a toda la plantilla laboral de la secretarías de Estado y organismos públicos descentralizados y desconcentrados, a diversas poblaciones.
Nos mintió López Obrador, vamos, cuando dijo que como un ‘asunto de estado’, vendería el avión presidencial… y es hora que no sólo no lo ha vendido, pese a asegurarle al pueblo reiteradamente que sería un asunto que se resolvería en “tres patadas”; después trató de ‘rifarlo’ a través de un sorteo especial de la Lotería Nacional y tampoco logró tener el éxito que muy optimistamente planeaba… el sorteo no sólo no tuvo éxito, sino que los premios que prometió a los ganadores –que por supuesto no fue el avión presidencial- no los ha entregado a cabalidad aún, a más de un año de consumado el ‘magno sorteo’.
Una mentira tras otra y esta es sólo una muiy sintética lista de una que seguramente ya es una muy abultada, de promesas y acciones en que el actual Gobierno ha mentido a la sociedad… y ha incumplido en su responsabilidad.
Como en toda ‘ideocracia’ fincada en la mentira, la tiranía se impone y la sociedad no es capaz de derrocarla, si no se organiza ni visualiza los agravios.
Toda tiranía sustentada en la ideocracia es maniquea, no conoce los términos medios. La población no distingue con el paso de los meses de instaurado el régimen, elorigen de las buenas y de las malas ideas. No hay bandidos ni inocentes, todos los individuos se revuelven y se pierden en una masa amorfa, acrítica, donde el valor de la individualidad y de la disidencia, de la contraposición, se persigue, se combate.
Como refiere el propio Miguel de Unamuno en su ensayo sobre la Ideocracia, en aquella España del autor se creía en jesuitas y masones, en brujas y trasgos, en amuletos y fórmulas, en azares y exorcismos.
Así también podemos decir que en este México actual, debemos sólo creer en los portadores del “cambio verdadero’ o en la inmunda “reacción” conservadora; porque para el presidente, los buenos están con él…. Y los malos , los enemigos del país, están con la “reacción conservadora”… no hay términos medios, no hay razonamiento que quepa fuera de ese molde.
Vivimos decididamente, en una ideocracia, que marcha aceleradamente hacia una tiranía.
Una tiranía que se nos pretende personificar todas las mañanas, de cura o pastor que nos alecciona con fervorines y jaculatorias moralinas, que pretenden sólo volvernos masa amorfa en el vaivén etiquetador que arrincona, amenaza y segrega.
Como dijo otro gigante del modernismo español, Ramón María Del Valle Inclán: “No quiero a mi lado ni cura discreto, ni fraile humilde, ni jesuita sabiondo”… Hay que preferir siempre a un compañero sincero que nos hable siempre con la verdad, por el camino de las atrocidades que dejan las tiranías de la mentira.
Autor: Héctor Calderón Hallal
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