La marcha del 8M .

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/ Clara Scherer /

Este año pensamos que saldrán a las calles más mujeres que en otras ocasiones. Estamos en campaña y las dos mujeres que podrían ser presidenta han afirmado ser feministas. Si así fuera, seguro que pedirán sororidad, nada de guerra sucia y mucho menos, ataques a las que defiendan una u otra posición.

Pero sabemos, muchas siguen bajo el embrujo de los machines más machines de esta ciudad. Y esperamos que esta ocasión, aunque sea sólo por ésta, dejen de acatar esas “sugerencias”. Aunque pensándolo bien y conociendo las prácticas de los porros, seguro intentarán financiar grupos, quizá de hombres y mujeres, a quienes pagarán para que generen violencia.

Urge que quienes asistamos a la marcha, tomemos precauciones. Primero, evitar caer en provocaciones. Las expertas recomiendan tener una red de monitoreo (una persona fuera de la marcha que acompañe a la distancia), crear un grupo de al menos tres personas presentes que puedan cuidarse, llevar identificación, ropa y calzado cómodo, y lentes de seguridad, pañoleta para cubrir el rostro, alimentos dulces, agua y un botiquín de primeros auxilios.

En Instagram hay videos de colectivas que hablan sobre las medidas necesarias en una marcha que pudiera derivar en acciones violentas. (luchadoras.mx, https://www.nacion321.com/ciudadanos/8m-2022-medidas-de-seguridad-para-i…). Ojalá, las autoridades hayan estudiado los manuales que se han publicado sobre cómo actuar en una marcha, qué hacer y qué, de ninguna manera deben hacer.

Increíble que una marcha como la del próximo 8M, que siempre ha sido pacífica y que lo único que pretende es llamar la atención hacía la grave situación del ejercicio de los derechos de las mujeres, ahora sea motivo de preocupación y se perciba un ambiente poco tranquilizador. Seguramente, el Palacio estará rodeado de vallas y los contingentes de mujeres Atenea, que vigilarán la marcha.

Dime de lo que presumes. Hace tiempo, vivía en esta ciudad, un tipo que jugaba mucho dinero en Las Vegas. Y no fue un solo día. Era cada fin de semana. Sí, era un ludópata, aunque seguro, tenía otras virtudes. Otro, del mismo barrio, corría una y otra vez, de la puerta de una oficina hacía su elegante automóvil, con una modesta bolsa de pepel de estraza llena a saber de qué, pero cuidaba que no se maltratara en la frenética carrera. Otro más, siempre traía ligas. Era fanático de este pequeño adminículo, jugaba con ellas y hasta sospechas hay de que su amor las requería constantemente, para peinar su indomable cola de caballo. Muy raros personajes, que no llamaron la atención ni de su jefe ni de sus colegas ni de sus amigos.

Quien con lobos anda, a aullar aprende. ¿Serán por eso los gritos destemplados que escuchamos cada mañana? Un fulanito que ocupa una silla en el Consejo del INE, a gritos intenta silenciar, y de manera muy discreta, un fulano recibe fajos de dinero, que guarda en sobres amarillos. Pero grita inocencia.

¿La superioridad moral permite la violación a las leyes? Definitivamente NO. Si alguien quiere “lavar su nombre” ante una calumnia, el camino es la ley, no la venganza propalando datos personales de quien, según su propia subjetividad, lo difamó. Queda claro que, cuando el poder se apropia de la justicia, inevitablemente la corrompe. Aquí, la situación es peor. Quien difundió los datos de una periodista, busca que otros la castiguen. Eso, además de corrupción, es cobardía. Y dicen que cuanto más tocado se siente quien tiene el poder en términos de crítica y análisis de gestión, tanto más cae en la tentación de la venganza. Ya nos lo han advertido, vienen tiempos muy convulsos.

Nos vemos el 8M, con las debidas precauciones y con la indignación por la imparable violación a nuestros derechos, transformada en alegría por sabernos actoras del cambio para mejorar esta sociedad.

 

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