Francisco Moreno Sánchez*
En las últimas seis semanas, el número de casos nuevos por Covid-19 reportados por la Secretaría de Salud ha ido en descenso, aunque hace dos meses con la llegada de las vacaciones se pronosticaba un nuevo repunte en la pandemia que tanto daño le ha hecho a nuestro país.
Desde el inicio de la epidemia en México, la falta de pruebas diagnósticas nos llevó a un escenario en donde nunca se pudo saber con claridad tanto el número de casos reales como el de fallecimientos por la infección. Las cifras oficiales están muy por debajo de la realidad.
La inmunidad adquirida por la altísima tasa de infecciones que se dio a finales del 2020 y en los dos primeros meses del 2021 debe de ser muy alta, principalmente en las zonas urbanas de nuestro país. Diferentes modelos matemáticos indican que al menos ha habido 500,000 muertes por el nuevo coronavirus en México y alrededor de 70 millones de individuos que han padecido la enfermedad y por lo tanto la inmunidad adquirida podría alcanzar el 60% de la población.
El tiempo de duración promedio de la inmunidad que ocasiona la enfermedad no se conoce, existen casos bien documentados de reinfección que han ocurrido a los cuatro meses de la primera infección, sin embargo, la mayoría de los afectados mantienen algún tipo de barrera por las defensas creadas en la primera exposición que los protege por al menos nueve meses. Mientras más nos acerquemos al momento en que se pierda esa memoria de inmunidad más posibilidades tendremos de presentar un nuevo repunte.
El costo en vidas de esos tres meses en donde el sistema de salud colapsó fue terrible, no había camas en los hospitales que cuentan con la tecnología para tratar esta enfermedad, no se podía conseguir ni siquiera oxígeno para los pacientes que permanecían en sus casas, lo que llevó a cientos de miles de fallecidos. Si algo “bueno” pudiera haberse logrado después de tal catástrofe es el desarrollo de una población altamente inmunizada.
La única manera de mantener esta protección adquirida por la enfermedad en niveles altos es la vacunación. Si durante este periodo posterior al repunte, el número de personas inmunizadas alcanzara el medio millón diario, la suma de personas con inmunidad por infección y por vacunas nos podría llevar a un escenario en donde el número de casos nuevos fuera muy bajo y entonces, sí, lograr lo tan anhelado; una baja circulación del virus en la población general, un número pequeño de nuevos casos y con ello evitar más muertes por SARS-CoV-2.
Desafortunadamente estamos perdiendo esa oportunidad al tener un número muy bajo de vacunas aplicadas en forma diaria. Se requiere del apoyo de todos los sectores de la población para lograr que en corto tiempo se vacune a la mayor cantidad de personas posible. Urge vacunar no solamente por edad, se requiere proteger a personas con diabetes, con obesidad o con hipertensión, factores que han contribuido al desastre de salud que padece nuestro país. Muchos de estos enfermos crónicos son menores de 50 años y continúan exponiéndose con el peligro de infectarse y morir.
No podemos cambiar lo que ya pasó, las muertes que hemos tenido por esta enfermedad en nuestro país pudieron prevenirse en un alto número. No perdamos la oportunidad que esa tragedia nos brinda en este momento. Es ahora cuando podemos modificar el futuro de la pandemia en nuestro país, pero esto solo se va a lograr si se permite a los diferentes sectores del país colaborar para lograr salir de esta pesadilla. Otros países lo están haciendo, hagámoslo nosotros también, es momento de cambiar el rumbo de la pandemia.
*El autor es Médico Internista e Infectólogo de México.