/ Por Norma Meraz /
Acapulco quedó en la tristeza y el dolor; en el silencio de la muerte.
Más de doce horas y el puerto de Acapulco embestido por el huracán OTIS, quedó incomunicado… aislado del mundo.
Nadie sabía cómo se encontraban los habitantes del estado de Guerrero, especialmente los asentados en Acapulco.
Sin contacto con el exterior, sólo reinaba la incertidumbre en el puerto y de este lado, en el país y el extranjero.
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, no emitía una sola palabra -como si no pasara nada-, no hubo oficina de comunicación porque el único vocero es el mismísimo presidente de la República quien, desde su púlpito, por la mañana decía que no había contacto con Acapulco pero que: “había saldo blanco”.
Ignoraba la situación real, sin embargo, aseguraba que “había saldo blanco”.
¡Qué maldita costumbre de hacer afirmaciones sin conocimiento!
El huracán OTIS, registrado por los expertos como el más grande y agresivo, ha enterrado vidas humanas, animales, bienes materiales y sobre todo, ha dejado en el desahucio a miles de personas que perdieron su techo, su comida, su ropa, su cama, sus zapatos y hoy caminan descalzos con sed y hambre, llorando lo perdido.
De información nada, transcurren las horas y el gobierno federal no emite ni un comunicado acerca de la visita del presidente López Obrador al Puerto de Acapulco.
A la hora de cierre de este texto, (22:00 hrs.), se ignora si el Ejecutivo que salió de su palacio esta mañana, en su camioneta negra, viajó a Guerrero o no.
Gracias a los medios de comunicación y las redes sociales, hemos tenido datos a través de celulares de reporteros y sociedad a cerca de lo poco que es posible conocer de la situación que guarda Acapulco.
En retazos informativos, conocemos que el ejército ha implementado el Plan DN3 para casos de desastre, como la limpia de calles y carreteras, reparto de agua y preparación de albergues y comida.
La CFE, aporta cálculos aproximados de los daños a consumidores de luz.
Ninguna información oficial completa para la población local, nacional o extranjera.
Y cómo iba a ser, si ya el presidente López Obrador se encargó de borrar de un plumazo, la Agencia de noticias del gobierno NOTIMEX.
Un desayuno. Con fondo político, sin duda.
Porqué y para que desaparecer las instituciones y organismos que se crearon con objetivos claros, como los que hoy nos ocupan: el FONDEN y NOTIMEX.
La avaricia del poder ha sepultado el canal, la vía de comunicación del gobierno NOTIMEX, para informar oficialmente del acontecer nacional, pero no solo eso, también López Obrador borró de un plumazo el FONDEN -Fondo Nacional para Desastres Naturales-.
Ese Fondo, que llegó a contar con recursos que alcanzaban la cifra de 300 mil millones de pesos, desapareció, ¿y a donde fueron a dar esos recursos surgidos de nuestros impuestos?
¡Nadie sabe, nadie supo!
Hoy, la naturaleza nos obliga voltear a ver, errores garrafales del presidente López Obrador y en cuya espalda cargará, cuando se vaya a su finca tabasqueña, los miles de cuerpos y almas mexicanas que ya no habitan este país y cuando digo almas, me refiero a las ilusiones y a los sueños arrebatados, como son sus puestos de trabajo, sus aspiraciones y pertenencias que se llevó el viento de la 4T.
Como es posible no contar el gobierno con teléfonos satelitales y mantener informada a la población; sobre todo cuando las Fuerzas Armadas disponen de enormes recursos para su adquisición, prefieren la sordera y el silencio, ante el desastre inconmensurable causado por el huracán OTIS al Puerto de Acapulco y zonas aledañas.
¡Ay, México de mis amores! ¡Si no fuera por la solidaridad que llevamos en la sangre los mexicanos, ya habríamos desaparecido como desaparecieron los mayas!
¡Digamos la Verdad!