*Lamentables y desafortunadas las renuncias de mujeres encargardas de victimas de violencias, discriminación y área de salud Dip. Villavicencio.
/Redacción/
Cdmx.19 junio 2020.- La diputada Lorena Villaviciencio fijó su postura en un pronunciamiento público donde lamenta que estas se den en el marco de la creciente violencia de género y discriminación por la pandemia global que enfrenta México.
“Demeritar y socavar a estas instituciones en estos momentos de emergencia sanitaria, económica y social, es dejar en estado de indefensión a la sociedad mexicana”, sentenció la legisladora.
La congresista reorochó el desmantelamiento de las instituciones dedicadas a defender y proteger los derechos humenos
“Desmantelar las instituciones producto de la lucha social de muchas y muchos activistas y organizaciones de la sociedad civil, para la defensa de la inclusión social y la reparación del daño a las víctimas, nos parece un mal augurio en materia de defensa y protección de los derechos humanos”.
Hizo un llamado a sus compañeros y compañeras de Morena y a ciudadanos sin partido, a respaldar el mantenimiento de estas instituciones fundamentales para garantizar la inclusión social de quienes cruzan por todas las discriminaciones en este país, así como para las mujeres, niñas, niños y jóvenes víctimas, directas o indirectas, de violencia y violencia feminicida.
“He apoyado sin reserva la política de austeridad republicana, pero no puedo aceptar que se afecten instituciones que contribuyen a erradicar el gran flagelo de este país, la desigualdad y la violencia”, concluyó.
PRONUNCIAMIENTO:
Ayer 18 de junio de 2020, tres destacadas servidoras públicas, Mara Gómez Pérez, Mónica Maccise Duayhe y Asa Cristina Laurell, renunciaron a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación y a la Subsecretaría de Integración y Desarrollo del Sistema de Salud, respectivamente.
Estas lamentables renuncias se presentan en un mal momento para México, en donde hay una crisis derivada de la contingencia sanitaria, la cual ha acrecentado la violencia de género, así como la discriminación hacia el personal médico y las personas diagnosticadas con COVID-19.
Por ello, no podemos, ni debemos darle la espalda a quienes defienden a las minorías y grupos vulnerables que son los mayormente discriminados, ni tampoco a las víctimas de la violencia.
Si desaparece el CONAPRED y la CEAV, quién resarcirá el daño infligido a las mujeres, niñas y niños víctimas de la violencia, a las minorías discriminadas, por raza, condición social y económica, orientación sexual, capacidades distintas o discapacidades, por edad, religión o pensar distinto, y hoy en día, a las personas con COVID-19 y al personal de salud que es atacado por ignorancia y temor infundado.
Demeritar y socavar a estas instituciones en estos momentos de emergencia sanitaria, económica y social, es dejar en estado de indefensión a la sociedad mexicana.
Desmantelar las instituciones producto de la lucha social de muchas y muchos activistas y organizaciones de la sociedad civil, para la defensa de la inclusión social y la reparación del daño a las víctimas, nos parece un mal augurio en materia de defensa y protección de los derechos humanos.
Lo anterior se agrava con una Comisión Nacional de los Derechos Humanos que ha estado ausente y no ha acreditado su autonomía e independencia frente a los poderes del Estado.
¿Dónde quedaron esos principios y valores que dieron sentido y causa a nuestra lucha desde la izquierda y que nos permitieron ser gobierno y contar con una mayoría parlamentaria?
Hago un llamado a mis compañeros y compañeras de Morena y a ciudadanos sin partido a respaldar el mantenimiento de estas instituciones fundamentales para garantizar la inclusión social de quienes cruzan por todas las discriminaciones en este país, así como para las mujeres, niñas, niños y jóvenes víctimas, directas o indirectas, de violencia y violencia feminicida.
No podemos permitir que los derechos humanos queden al margen de nuestras prioridades.
Exijo también una postura clara de la Comisión de Derechos Humanos, al tratarse de dos instituciones que garantizan el cumplimiento de derechos constitucionales inherentes a nuestra condición humana.
Dejo de manifiesto mi postura en contra de que desaparezcan dos instituciones que validan nuestro triunfo en las urnas, al garantizar que los más pobres, los más marginados, los más discriminados, los excluidos y las más violentadas por razones de género queden en estado de indefensión.
He apoyado sin reserva la política de austeridad republicana, pero no puedo aceptar que se afecten instituciones que contribuyen a erradicar el gran flagelo de este país, la desigualdad y la violencia.