Las claves de la captura de Rafael Caro Quintero.

*Contra corriente .

/ Anabel Hernández /


De las escarpadas y voluptuosas montañas del Triángulo Dorado que fueron su refugio en los nueve años que vivió en la clandestinidad, ahora Rafael Caro Quintero, líder del extinto Cartel de Guadalajara, está de nueva cuenta encerrado en la gélida celda de un penal de máxima seguridad en México, esperando que en las próximas semanas se defina su futuro: o se queda en México a terminar de purgar una condena de 12 años de prisión o es extraditado a Estados Unidos donde le espera una condena implacable. La moneda está en el aire.

El hombre de 70 años de edad, mejor conocido en sus años de gloria criminal como “El Príncipe” o “narco de narcos”, fue detenido en un operativo el 15 de julio pasado en un pequeño poblado de la Sierra Madre Occidental que fue su guarida durante sus 9 años de fugitivo (2013-2022). En ese periodo me reuní en cuatro ocasiones con él y fui la única periodista que lo entrevistó en dos oportunidades.

Las circunstancias de su arresto aún son poco claras. Para alimento de su negra leyenda flota la intervención de la agencia antidrogas DEA, que se adjudicó el éxito de la operación encabezada por la Secretaría de Marina, el misterioso desplome de un helicóptero en el que murieron al menos 14 marinos que participaron en la detención y las supuestas habilidades de un perro maravilla de la Marina, “Max”, quien habría sido quien encontró a Caro Quintero oculto entre unos matorrales.

Ante la casi imposibilidad de que Caro Quintero sea extraditado para ser juzgado por el homicidio de Camarena, desde abril de 2018 la Fiscalía de la Corte de Distrito Este de Nueva York, sigilosa y pacientemente, ha construido un plan implacable para llevarlo ante la justicia norteamericana.

En esta colaboración explico las claves de la captura de Caro Quintero, en qué consiste la estrategia del Departamento de Justicia, y explico los escenarios en los que puede concluir el caso.

De la época de oro a la desgracia
En la década de los ochenta, Caro Quintero y sus socios Ernesto Fonseca Carrillo y Miguel Ángel Felix Gallardo eran los todopoderosos líderes del Cartel de Guadalajara. En aquel tiempo eran ellos los reyes del tráfico de cocaína, marihuana y heroína a Estados Unidos. Contaban con la protección y complicidad de empresarios y autoridades mexicanas de todos los niveles de gobierno.

Dos ex policías de Jalisco, Jorge Godoy y Ramon Lira, que fueron escoltas de Fonseca Carrillo y que testificaron en distintos juicios en cortes de Estados Unidos para desmantelar la red criminal del Cartel de Guadalajara, me revelaron en entrevista en 2021 los nombres de los personajes del gobierno de México que desfilaban en fiestas y reuniones de trabajo con los líderes del Cartel de Sinaloa.

Afirman haber visto directamente a figuras como el expresidente de la República José López Portillo, el expresidente Miguel de la Madrid Hurtado y al entonces Secretario de Gobernación Manuel Bartlett Diaz- actual titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en el gobierno de AMLO y uno de sus hombres más cercanos. Según Lira, Bartlett habría recibido millones de dólares en sobornos que serían usados para la campaña presidencial en la que esperaba ser el candidato.

Revelan que también eran cómplices de Caro Quintero generales del ejército mexicano y los jefes policiacos locales y federales.

Pero ni eso impidió que cuando Caro Quintero, Fonseca Carrillo y Félix Gallardo secuestraron, torturaron y asesinaron en 1985 al agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena el mismo gobierno que los protegía se volteara en su contra y los arrestara para calmar la furia del gobierno de USA por la muerte de su agente.

Los primeros detenidos fueron Caro Quintero y Fonseca Carrillo en 1985 y años más tarde Félix Gallardo.

Tras un proceso judicial que duró 24 años, “El Príncipe” y Don Neto fueron sentenciados por el caso de Kiki Camarena y el homicidio de otros dos ciudadanos americanos hasta 2009 a una condena de 40 años de prisión. Milagrosamente, en 2013, un juez ordenó la libertad inmediata de Caro Quintero, al argumentar fallas irreparables en su proceso judicial. Y tras 28 años en la cárcel, a sus 60 años fue liberado.

Extradición imposible
Después de que en 2013 un juez pusiera en libertad a Caro Quintero, el gobierno de USA solicitó la extradición de Don Neto para juzgarlo por el homicidio de Camarena.

Según el expediente de la Secretaría de Relaciones Exteriores ASJ/230/1027/2013 al cual tuve acceso, el 27 de mayo de 2015 el propio titular de esa dependencia, José Antonio Meade, negó la extradición de Fonseca Carrillo. “No se concederá la extradición cuando el reclamado haya sido sometido a proceso o haya sido juzgado y condenado o absuelto por la parte requerida por el mismo delito en que se apoye la solicitud de extradición”, señala la resolución de la SRE. Por ley, el mismo criterio debería ser aplicado a favor de Caro Quintero.

Es por eso que, en estricto sentido, aunque el gobierno de México señala que la detención de Caro Quintero es con fines de extradición, sería escandaloso que concediera la entrega al gobierno de Estados Unidos para ser juzgado de nuevo por el caso Camarena. Pero sí podría concederla si es para enfrentar otros delitos.

“Ya no soy narco”
Durante los 9 años que Caro Quintero fue prófugo de la justicia me reuní con el en cuatro ocasiones, de 2016 a 2018. Dos de día y dos de noche, en cuatro ubicaciones diferentes en el corazón del Triángulo Dorado. Tuvimos diálogos y dos entrevistas a cámara en las que habló de su época criminal dorada, de la muerte de Camarena, de Dios, la familia, el amor y la muerte.

Originario de La Noria, un poblado en Badiraguato, Sinaloa, por nacimiento tenía derecho de refugiarse en la zona donde además muchos lugareños aún le guardan gratitud por su ‘generosidad cuando era el “narco de narcos”. Pero indudablemente estaba refugiado en esa zona porque los cabecillas del Cartel de Sinaloa se lo permitían. Es decir, Ismael “El Mayo” Zambada, “Los Chapitos” hijos de Joaquín Guzmán Loera y Aureliano Guzmán Loera, alias “El Guano”, hermano del “Chapo”. Las tres facciones se habían reunido con Caro Quintero cuando era fugitivo, según reconoció el propio Caro Quintero en los encuentros que tuve con él.

Fue peculiar la insistencia con la que Caro Quintero me dijo en todos los tonos y de todas las formas que no estaba ya activo en el narcotráfico. Sin duda es poco habitual que un capo arriesgue su vida para dar entrevistas en las que se auto exonere.

-Yo no pertenezco a ningún cartel. Como ya le dije una en una ocasión, yo no voy a volver al narcotráfico nunca- dijo en el último encuentro llevado a cabo en enero de 2018.

-¿Cuáles son sus actividades ahora? le insistí

-Ninguna- dijo molesto- apuro andar huyendo por algo que ya pagué.

-¿Qué hace para sobrevivir?

– A donde llego que me dan de comer, y batallándole mucho porque no traigo dinero.

Caro Quintero pagaba sobornos por protección
Contrario a los alegatos de Caro Quintero, el departamento de Justicia de Estados Unidos lo acusa de una operación continua de tráfico de drogas de 1980 a 2018, según el expediente criminal 15-cr-00208-FB radicado en la Corte de Distrito Este de Nueva York del cual tengo copia.

Quien lo acusa es la misma fiscalía que logró una condena de cadena perpetua contra su exempleado y amigo Joaquín Guzmán Loera en 2019, y que tiene al exsecretario de Seguridad Pública Federal Genaro García Luna tras las rejas, acusado de narcotráfico y de haber estado al servicio del Cartel de Sinaloa y sus socios.

La cacería del gobierno de Estados Unidos comenzó en 2016 cuando fue detenido Juan Nicholas Hindu Robles, un veterano conductor de camiones con residencia legal en California. Lo acusaron de traficar drogas. En 2017 firmó un acuerdo de culpabilidad, lo cual generalmente significa que comenzó a colaborar con la Fiscalía.

En 2017 fue detenido en México Sajid Emilio Quintero Navidad, primo de Caro Quintero, quien fue rápidamente extraditado a Estados Unidos acusado de narcotráfico y lavado de dinero. Su expediente criminal fue abierto en la Corte de Distrito Sur de California. En poco tiempo llegó a un acuerdo de culpabilidad y, según me indicaron en su momento fuentes del departamento de Justicia, Quintero Navidad habría dicho que su primo había regresado a las actividades de narcotráfico.

Para cerrar la pinza contra Caro Quintero en 2020, en un aparatoso operativo, la Secretaría de Marina detuvo a Ismael Quintero Arellanes, alias “Fierro”, cuya extradición ya fue solicitada por la Fiscalía de Nueva York.

En la tercera actualización de la nueva acusación criminal contra Caro Quintero se afirma que bajo el apodo “Don Rafa” y/o “The old man” lidera el “Cartel de Caro Quintero” con el cual trafica múltiples toneladas de heroína, metanfetaminas, marihuana y cocaína a Estados Unidos.

Anabel Hernández
Anabel Hernández.

En la actualización de la acusación criminal fechada el 7 de febrero de 2020 de 17 páginas, de la cual tengo copia, se afirma que la organización de Caro Quintero “usa la corrupción como principal método para alcanzar sus metas”. Es decir, le adjudican al menos hasta el 2020 el pago de sobornos a cambio de protección para él y sus negocios.

Se afirma que el “Cartel de Caro Quintero” cuenta con personal de seguridad, sicarios que cometen diversos actos de violencia como asesinatos, asaltos y secuestros; jefes de plaza que controlan diversos territorios- no se especifica cuales- y vehículos de transporte y tripulación de barcos, pilotos y choferes de camiones de carga quienes transportan la droga y las ganancias que genera su venta.

Y se enlistan cargamentos de droga a Estados Unidos adjudicados a Caro Quintero en el año 2015: el 21 de febrero, 25 de febrero, 5 de marzo, 15 de octubre y 24 de diciembre. Y cuatro cargamentos en 2016, realizados supuestamente el 11 de junio, en julio- sin especificar el día-, 6 de octubre y 2 de diciembre.

De ser extraditado, si Caro Quintero es encontrado culpable por un hecho así, pasaría el resto de su vida en prisión.

Los puentes de Caro Quintero con el gobierno de AMLO
Desde que se inició el gobierno de AMLO en diciembre de 2018, la política de “abrazos no balazos” emprendida por el presidente de México también benefició a Caro Quintero.

Familiares del narcotraficante, específicamente un sobrino de nombre Alex, y un hombre cercano a Caro Quintero mejor conocido como Ulises, en 2019 hablaban de los contactos que “El Príncipe” había logrado establecer con el gobierno de México, específicamente con el entonces subsecretario de gobernación Ricardo Peralta, de quien ya he hablado en otras colaboraciones como intermediario del gobierno con narcotraficantes y grupos del crimen organizado.

Si Peralta hablaba a nombre de algún mando superior o no, es algo que se desconoce. Lo cierto es que testigos directos de los hechos coincidieron en esta versión y me señalaron a otra persona ligada al llamado gobierno de la Cuarta Transformación: el abogado Sergio Ramírez, quien ha salido fotografiado varias veces con Ricardo Peralta y la entonces Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. También se le identifica como alguien muy cercano al ex diputado de MORENA Sergio Mayer y al actual Secretario de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres.

Según los reportes que llegaron al gobierno de EE.UU., con sus contactos Caro Quintero se sentía más cómodo, más confiado, e incluso se llegó a comentar que ya no solo pasaba tiempo en el Triángulo Dorado sino que llegaba a estar en Culiacán, la capital de Sinaloa.

Aunque el gobierno norteamericano seguía con el objetivo prioritario de capturar a Caro Quintero e incluso alzó la recompensa para quien ayudara a dar con su paradero a la cifra récord de 20 millones de dólares, en las oficinas de la embajada se hablaba del bloqueo del gobierno de México a la cooperación y eso incluía que ya no se estaban haciendo operativos para intentar recapturar a Caro Quintero.

Hasta que súbitamente ocurrió el arresto el 15 de julio pasado en el Triángulo Dorado, donde estuvo oculto estos 9 años. El gobierno de AMLO no ha transparentado la forma en que fue detenido, solo han dado a conocer la increíble historia de que un perro de la Marina, “Max”, fue quien lo encontró escondido entre unos matorrales.

El sueño dorado de Caro Quintero no es irse extraditado ni quedarse encerrado en la fría celda de una prisión de máxima seguridad en México, sino irse a prisión domiciliaria como su exsocio “Don Neto”.

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