Yamiri Rodríguez Madrid
Seguramente muchos veracruzanos nunca han escuchado sobre el municipio de Coahuitlán, ni dónde se ubica. Allá en el norte, en el Totonacapan, solo tiene poco más de 8 mil habitantes, la gran mayoría de ellos con altos niveles de pobreza, pues se trata de un municipio casi cien por ciento indígena, totonaca.
Para este 2019, de acuerdo con datos que la propia autoridad proporcionó al Sistema de Información Municipal (SIMVER), disponible en la página del Órgano de Fiscalización Superior (Orfis), el lugar de árboles, como significa su nombre en náhuatl, solo tiene un presupuesto de 29 millones 917 mil pesos, para las 22 obras y acciones proyectadas.
Dadas sus necesidades, 26.6 por ciento del total de su presupuesto es para Drenaje, mientras que 21.4 por ciento es para Electrificación y 19.4 por ciento para Agua Potable. Les sigue en importancia Equipamiento Urbano con casi 10 por ciento; Urbanización Municipal con 8.6 por ciento y Seguridad Pública Municipal con 4.6 por ciento.
Como en todos los ayuntamientos, hay rubros en cero, aunque en este caso son muchos, como los de Infraestructura Productiva Rural, el de Prevención Presupuestaria, Deuda Pública, Educación, Bienes Inmuebles, Planeación Municipal, Protección y Preservación Ecológica, Estímulos a la Educación, Acciones Sociales Básicas, Gastos Indirectos y Vivienda.
Así, el trabajo que se realiza en solo dos localidades Macedonio Alonso y Progreso de Zaragoza, así como en la cabecera municipal, consiste en rehabilitación del drenaje, mejoramiento de la red eléctrica y del sistema de agua, aunque la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales se canceló. Las otras poblaciones son tan pequeñas –de hasta 60 habitantes-, que no son contempladas presupuestalmente.
Con un municipio como Coahuitlán con tantas necesidades, pero con tan pocos recursos, difícil es que se pueda cambiar su situación si no se les da fortaleza financiera, si se les condena al olvido, a pesar de su riqueza natural y cultural.
@YamiriRodriguez
