* Escrito por Diana Hernández Gómez.
07.02.2023 /CimacNoticias.com/ .- En 2003, un grupo de mujeres en Liberia se volvió el centro de la mirada pública por haber logrado dar por terminado un periodo de conflictos armados que había dejado cerca de 200 mil personas muertas. Sus estrategias fueron desde una huelga de sexo hasta la toma un edificio de gobierno, todo para lograr la paz en un territorio donde incluso las infancias fueron llevadas al frente de la guerra.
La historia de estas mujeres, cuya organización recibió el nombre de Acción Masiva por la Paz de las Mujeres de Liberia, comenzó a sembrarse desde que el sargento militar Samuel Kanyon Doe tomó el poder en el país en la década de 1980. Si algo caracterizó a su gobierno fue la distinción étnica que favoreció a unos cuantos, mientras que a otros los dejó relegados e incluso provocó que fueran perseguidos y desplazados.
Precisamente, esta división étnica fue una de las razones por las que estalló una guerra civil en contra del gobierno de Kanyon. Durante dicho enfrentamiento, las mujeres ocultaron a los varones del hogar para evitar que fueran reclutados por las fuerzas armadas y, al mismo tiempo, se hicieron cargo de los trabajos de cuidado en medio de un conflicto donde el acceso a recursos vitales como el agua y el alimento estaba limitado. También sufrieron en carne propia los estragos de la violencia al ser víctimas de numerosas agresiones sexuales.
En 1989, el exguerrillero Charles Taylor entró a escena y —tras un golpe de Estado— le arrebató el poder a Samuel Kanyon Doe. Sin embargo, esto solo empeoró las cosas para la sociedad liberiana. Y es que el gobierno de Taylor siguió contribuyendo al conflicto territorial intercambiando armas por diamantes con el Frente Revolucionario Unido en la Sierra Leona. Además, arremetió con violencia en contra de los grupos de oposición.
Las mujeres, hartas de esta situación, comenzaron a organizarse en 2002 para intentar poner fin a este periodo. Así, bajo el liderazgo de la trabajadora social Leymah Gbowee y otras activistas, realizaron protestas pacíficas y otras acciones que culminaron en un acuerdo de paz y en la llegada de una mujer al gobierno.
La manifestación pacífica de las liberianas
Leymah Gbowee trabajó de cerca con los niños reclutados por los grupos armados durante el gobierno de Charles Taylor. Además de estar expuestos a altos grados de violencia, muchos de estos niños también fueron orillados a consumir drogas porque sus superiores creían que así podían ser más útiles en el campo de batalla.
Quizás fue esto, junto con la situación insostenible que enfrentaban las mujeres desde el periodo de Samuel Kanyon, fue lo que orilló a Gbowee a organizar a más compañeras para exigir paz en el territorio. Así nació el movimiento de Acción Masiva por la Paz de las Mujeres de Liberia en 2002.
Dicho movimiento llegó a congregar a cerca de 2 mil mujeres, quienes de lunes a domingo, todas vestidas de blanco, se reunían alrededor de un mercado de pescados ubicado cerca de la casa de Charles Taylor. Ahí bailaban, cantaban y se manifestaban a favor de la llegada de la paz.
Estas mujeres también ocupaban otros espacios públicos, se manifestaban con carteles y se presentaban en programas de radio para invitar a más personas a sumarse a su lucha. Además de esto, las mujeres iniciaron con una huelga de sexo a manera de Lisístrata, de Aristófanes. Conscientes de que los hombres estaban detrás de los conflictos armados, decidieron negarse a tener relaciones con ellos hasta que dejaran a un lado la violencia.
En una autobiografía, Leymah Gbowee reconoce que fue esta huelga la que llamó la atención del mundo acerca de lo que estaba pasando en Liberia. No obstante, desde su punto de vista, no fue esta acción la que trajo el triunfo de su movimiento sino la unión de cada una de sus iniciativas, así como de mujeres que tenían diferencias entre sí.
Aquí vale la pena destacar algo muy importante de este movimiento: el hecho de que en estas acciones participaron mujeres de diferentes religiones. Cristianas luteranas y musulmanas se unieron con un fin único que no conocía de diferencias ideológicas.
La Acción Masiva por la Paz de las Mujeres de Liberia alcanzó tal relevancia que, en abril de 2003, el presidente Charles Taylor aceptó reunirse con sus integrantes. En dicho encuentro, Leymah Gbowee le entregó una declaración de paz que el presidente aceptó asumir. Posteriormente, esta misma declaración fue entregada a los grupos armados que mantenían el territorio liberiano en conflicto, entre los que se encontraban Liberianos Unidos por la Reconciliación y la Democracia (LURD) y el Movimiento por la Democracia en Liberia (MODEL).
Ambos grupos se reunieron con el presidente Taylor en Accra, Ghana, para llegar a un acuerdo. Al ver que las negociaciones no avanzaban, cerca de 200 mujeres rodearon el Palacio Presidencial y no dejaron salir a ningún hombre para llegar a un consenso. Así se logró el fin de un periodo donde el conflicto armado dejó una huella profunda en la sociedad.
Dos años después, en 2005, la Acción Masiva por la Paz de las Mujeres de Liberia también logró que una mujer llegara a la cabeza del gobierno por primera vez en la historia: Ellen Johnson-Sirleaf, quien hizo de los derechos de las mujeres su prioridad en la agenda. Durante su mandato logró colocar a más mujeres en los puestos de la toma de decisiones y también creó un Caucus legislativo integrado por mujeres, entre otras acciones a favor de las liberianas.
Por su parte, Leymah Gbowee recibió el Premio Nobel de La Paz en el 2011. Aunque actualmente reconoce que aún falta mucho por hacer en su país para mejorar la situación de las mujeres, el movimiento que lideró dejó un antecedente importante para la transformación política de Liberia. También demostró el poder de la organización de las mujeres en la exigencia de un mundo libre de guerras.