HORA LIBRE.
Álvaro Belin Andrade.
El que se haya saldado la deuda histórica del gobierno de Veracruz con la Universidad Veracruzana no sólo es una buena noticia para la casa de estudios, y tampoco lo es sólo para el Servicio de Administración Tributaria (SAT), que ha logrado captar una buena cauda de recursos en los primeros meses del año que no había considerado. En realidad lo es para todos los veracruzanos.
No hace falta sino recordar las multitudinarias manifestaciones que protagonizamos en marzo de 2016 decenas de miles de universitarios, alumnos, egresados, profesores e investigadores de la UV, junto con comunidades estudiantiles y magisteriales de otras instituciones de educación superior locales y nacionales, y veracruzanos de bien que estaban molestos por lo que todos considerábamos un robo en despoblado por parte del hoy reo Javier Duarte de Ochoa.
Egresado de una universidad privada, Javier Duarte de Ochoa no calibró la profunda raíz que la UV había extendido en todos los sectores sociales, económicos y políticos de Veracruz.
Y es que la casa de estudios no solo ha dado, en casi 80 años de existencia, posibilidad de ascenso social a miles de jóvenes que, de otra manera, habrían perdido la oportunidad de estudiar una licenciatura y mejorar las historias de sus familias.
También ha socializado sus conocimientos y capacidades en las comunidades rurales y urbanas, ha difundido las expresiones artísticas y ha fortalecido la cultura estatal.
Debieron pasar más de seis años desde que el gobierno estatal dejó de transferir recursos etiquetados e, incluso, descontados del personal universitario para el pago de las obligaciones fiscales.
En ese lapso, nadie saldó el adeudo acumulado y creciente; no lo resolvió quien lo generó, Javier Duarte, pese a declaraciones fraguadas al calor de la necesidad política, y tampoco quien lo sucedió en el cargo, un demagogo del tamaño de Miguel Ángel Yunes Linares que, por cierto, se valió del tema para obtener el apoyo de miles de universitarios para llegar al poder.
Gobierno de Cuitláhuac sí cumplió su promesa con la UV
Pese a las duras críticas que he hecho en este espacio en contra del gobernador Cuitláhuac García Jiménez y de su gabinete mayoritariamente inepto, hoy debo reconocer que su administración ha logrado saldar una deuda histórica con la universidad en cuyas aulas buena parte de los veracruzanos estudiamos.
Este martes, con un cuarto y último pago parcial, la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan), que dirige el economista José Luis Lima Franco, egresado de la UV por cierto, saldó una deuda cuyo monto se cifraba en 1 mil 982 millones de pesos con el SAT.
José Luis Lima Franco ya había asegurado que el rescate de la UV iba en serio y se ha cumplido la promesa. Gracias a negociaciones con el SAT, la Sefiplan logró una disminución cercana a los 300 millones de pesos, por lo que solo se cubrió un monto total de 1 mil 685 millones 697 mil 944 pesos. Esta primera etapa de pagos corresponde a los ejercicios junio 2015–noviembre 2016 y que inició a cubrirse a partir del 24 de enero pasado.
A través de un comunicado, la rectora Sara Ladrón de Guevara expresó su reconocimiento al gobernador Cuitláhuac García Jiménez, por haber realizado el cuarto pago para cubrir el adeudo que tenía la UV con el SAT.
García Jiménez, señaló, también se ha comprometido a pagar el adeudo correspondiente al periodo agosto 2014–mayo 2015, por lo que el monto se encuentra en gestión y análisis por parte de la Sefiplan y el SAT.
¿Cómo ha logrado la Sefiplan no solo cubrir este monto adeudado a la UV sino también los adeudos de diversos organismos autónomos con el Instituto de Pensiones del Estado?
¿Cómo se puede pensar que logre pronto, mediante esquemas de financiamiento privado como factoraje, los adeudos históricos con empresarios y prestadores de servicios, a quienes desde Duarte también, se les dejó al borde de la quiebra?
Es fácil explicarlo por un manejo ordenado de las finanzas públicas, la aplicación de las medidas de austeridad (que en gobiernos anteriores solo fueron vil propaganda política), y el trabajo de un genio de las finanzas públicas que se ha centrado en dar buenos resultados al gobierno para el que presta sus servicios, sin caer (como otros secretarios) en la tentación de meterse a protagonista político.
Se han perdido cientos de miles de empleos; Veracruz ha contribuido
Mientras el gobierno federal se ha dedicado, desde su inicio, al despido masivo de sus trabajadores, que incluyen a los del sector Salud que hoy quieren recuperar ante la epidemia de Covid-19 y a los del INEGI que estaban encargados del Censo, este miércoles la secretaria del Trabajo federal, Luisa María Alcalde, puso el ojo fiscalizador y crítico en las empresas de más de 50 empleados que han despedido a miles de sus trabajadores.
La joven funcionaria, hija de Bertha Elena Luján Uranga, exsecretaria general del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), dijo que desde que se detectó en México el primer caso de Covid-19, el 13 de marzo, México ha perdido 346 mil 878 empleos, principalmente en Quintana Roo, Nuevo León, Jalisco, Estado de México, Ciudad de México y Tamaulipas, que concentran más de la mitad de los despidos.
Lo grave es que la tendencia se ha vuelto más cruda: mientras que del 13 al 31 de diciembre se perdieron 198 mil (poco más de 10 mil diarios), del 1 al 6 de abril la suma es de 148 mil 845, es decir, casi 25 mil desempleados por día.
Pero Veracruz no canta mal las rancheras. Aunque su economía no permite pensar en cifras millonarias de empleos (existentes o perdidos), como por ejemplo Quintana Roo, donde se concentra la más importante industria turística del país y América Latina, también está viviendo la pérdida de empleos, cuya tendencia se mantendrá al menos en los siguientes seis meses.
Según los datos de la STPS, Veracruz ha perdido 10 mil 448 empleos formales desde el inicio de la pandemia, entre el 13 de marzo y el 6 de abril. ¿Cuántas posibilidades tendrán los empresarios mexicanos para mantener la planta productiva? Realmente muy pocas, por lo que la situación de las familias veracruzanas será cada vez más grave.
Frases sin disfraces
“El populismo oprime a los pobres y explota la fe”. Papa Francisco
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