Los créditos minis

Sin tacto.

Por Sergio González Levet.

A ver (gracias a todos los que escriben correctamente esta muletilla tan usada, y no la confunden con el auxiliar “haber”)… entonces: a ver, a ver, el Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció recientemente con bombos y platillos que su estrategia de apoyo a la población dañada económicamente por la pandemia y la cuarentena iba a consistir en ofrecer un millón de créditos a la palabra a un millón de empleadores mexicanos, propietarios de empresas micro y pequeñas, y en esas a algunas medianas.
Cada crédito sería de hasta 25 mil pesos, que les servirían a los patrones para mantener con vida su fuente de trabajo.
Hasta ahí suena bonito eso de que el Gobierno mexicano destine 25 mil millones de pesos en apoyo de la economía popular, y en un primer momento hace que AMLO se parezca a los mandatarios del Primer Mundo, que han lanzado verdaderos programas para salvar a sus empresas en riesgo y a sus ciudadanos inermes ante la falta de trabajo.
En Francia, en Canadá, en Alemania, los mandatarios correspondientes han echado a andar seguros de desempleo, apoyos directos a las empresas y todas las excepciones de pago posibles para que los ciudadanos sobrevivan a la crisis originada por esta detención obligada de las acciones económicas del mundo, que se ha tenido que hacer para salvar a la humanidad del enemigo más formidable que ha enfrentado, el coronavirus mutado que provoca el Covid-19, para el que no hay cura o vacuna aún.
Pero en México, con un gobierno que evita al máximo usar medidas neoliberales, la Cuarta Transformación salió con ese programa que a mi parecer no va a servir de nada. O más bien sí va a servir, pero para meter en una condición aún más difícil a los empresarios micros, chicos y medianos.
No va a haber para ellos excepción en el pago de impuestos o de cuotas patronales. Y a cambio les van a prestar 25 mil pesos, siempre y cuando cumplan algunas pequeñas condiciones.
Deben tener a sus empresas inscritas en el Seguro Social y estar al corriente en sus pagos ante el Instituto, y encima no deben haber despedido a ningún trabajador durante los meses transcurridos de este histórico 2020.
La cifra de las empresas inscritas en el IMSS que cumplen las condiciones exigidas no llega a 700 mil, y hay que descontar a las que por razones obvias de la crisis se retrasaron con sus cuotas y a las que se vieron en la necesidad de reducir su personal.
Es decir, si usted como empleador tuvo problemas económicos de enero a la fecha, entonces no es elegible para recibir un crédito. Y por definición, los que necesitan urgentemente la ayuda son los que caen en esta hipótesis.
¿De qué sirve, entonces un programa de apoyo si no va a ayudar a los que realmente están en apuros?
Y otra: ¿realmente les servirán para relanzar sus pequeñas empresas esos 25 mil pesos, que se les irán como humo en las primeras quincenas o en los pagos a proveedores?
¿Recuerdan aquel Secretario de Hacienda panista que llegó a decir que un mexicano medio podía vivir muy cómodamente con 6 mil pesos de sueldo al mes?
Pues no se quedan atrás los morenistas con su pretensión de que un negocio se salve y crezca con 25 mil pesos, en medio de esta tragedia económica sin precedente.
La verdad, no hay que ser…

¡Justicia para María Elena Ferral!

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