Hace unos días vimos a Ceci Flores, fundadora y líder del Colectivo Madres Buscadoras de Sonora, tocar la puerta del Palacio Nacional para ser atendida por el Presidente. Dos veces se paró allí, la segunda vestida de beisbolista. La actitud de López Obrador se resumió en encontrar pretextos para no recibirla.
Y es que parece que no hemos entendido algo: López Obrador busca victimizarse, madres como Ceci Flores buscan a las víctimas. Mientras Ceci tocaba la puerta para pedir ayuda para buscar a sus dos hijos desaparecidos, el buscador de excusas encontró la manera de victimizarse al son de “[no] nos usen porque ya ven cómo son los conservadores”.
El buscador de justificaciones no ha encontrado a los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa tal como lo prometió el 3 de diciembre de 2018. Sí. Prácticamente su primer acto de gobierno fue firmar un decreto que creó la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia. A casi 6 años de aquel lunes, no hay verdad ni justicia en el caso Ayotzinapa. Lo que sí hay, son evasivas para justificar el incumplimiento del compromiso.
Apenas esta semana, el Presidente ha cargado nuevamente contra los abogados de los estudiantes. López Obrador no encontró la verdad, pero ha encontrado una narrativa en la que los únicos culpables de todo el desastre son –desde su falible punto de vista– los abogados que acompañan a las familias. Dado que no ha encontrado la forma de derribar el muro del muro levantado por el ejército para ocultar a los estudiantes, recurre a buscar y fabricar culpables que no sean, claro está, personajes como Omar García Harfuch o el propio Murillo Karam, del que sabemos está en prisión domiciliaria, pero del que no conocemos su grado de responsabilidad. Mientras las madres y padres de los estudiantes siguen en busca de la verdad, el buscador de escapatorias no se mete con la mafia del poder, se mete con los vulnerables
El buscador de subterfugios resultó ser muy bueno para la estadística. Pues buscó y encontró la forma de jugar con los números para asegurarnos que actualmente solo hay 99,729 personas desaparecidas. Que supuestamente ya encontraron a 20,734. Si no han podido encontrar a 43, ya parece que pudieron encontrar a 20 mil.
Así lo informó la secretaria de Pretextación, Luisa María Alcalde, la semana pasada. Esto, mientras los colectivos de madres buscan a sus hijos y a los de otras madres, mientras buscan la verdad y la justicia en las fiscalías.
Mientras las madres y familiares de desaparecidos están buscando la forma de que las carpetas de investigación avancen en las fiscalías, el buscador de excusas avanza muy rápido con sus investigaciones desde la tribuna presidencial. Por ejemplo, esta semana se le descarriló el tren –como lo había anticipado mi compañero Carlos Loret– pero el buscador de mentiras, en vez de empujar las investigaciones como las madres de los desaparecidos, ha asegurado que “está buscando para ver si fue algo intencional o fue un error de los responsables del manejo de las vías”. Buscando, ese gerundio que le gusta tanto para encontrar culpables
Mientras las familias de los desaparecidos recorren los cerros del país para desenterrar la mentira y el olvido, el buscador de salidas recorre el país para inaugurar obras inconclusas. Mientras las madres buscadoras marchan cada 10 de mayo para encontrar consuelo colectivo, el Presidente convoca mítines cada 1° de julio para buscar y encontrar en sí mismo un nuevo Benito (Juárez y Bodoque).
El sexenio del buscador de efugios concluirá su sexenio sin haber encontrado la manera de reconciliar a este país. Lo hará sin haber caminado junto a las víctimas el viacrucis para llegar a verdad. Él encontró caminos menos pantanosos, no como el de Acapulco cuando quedó atorado, al buscador de engaños no le gusta enlodarse con la verdad, prefiere caminar sobre la mentira.
@MaiteAzuela