Morena pide a sus representantes contar votos de más

Salvador García Soto.

Como si a estas elecciones les faltara algo, en medio de la violencia del narco que asesina, secuestra y retira candidatos, con las mismas viejas prácticas de prometer y condicionar apoyos por votos y con las constantes intromisiones desde la Presidencia de la República en las campañas para intentar favorecer al partido gobernante, ahora desde el INE han prendido las alertas ante un “Manual de Capacitación” del partido Morena, en el que instruye a sus representantes de casilla a cometer dos delitos antes y durante las votaciones del próximo 6 de junio.

Primero, en el documento distribuido por Morena y con el que instruye a quienes serán sus representantes en las mesas de votación, el partido del presidente López Obrador les pide contar mal los votos que reciba su coalición “Juntos Haremos Historia” que forman con el PT y PVEM, pues en lugar de explicarles lo que dice la ley electoral sobre cómo se dividen y se reparten los votos en coaliciones y pedirles que se sujeten a ella, les pide que cada vez que crucen la boleta por los tres partidos, registren hasta tres votos en lugar de un solo voto al candidato y el resto como voto fraccionado, como indica la ley. Lo que le está pidiendo Morena a sus representantes es una práctica ilegal que alteraría completamente el resultado real de la votación por lo que puede representar un fraude, además de que metería ruido y confusión a la elección, incluso hasta volverse una causa de nulidad.
“¿Cómo debemos contar los votos de la coalición (Juntos Haremos Historia) en el cómputo de la elección?”, dice el material de capacitación distribuido por Morena entre sus representantes de casilla, en el apartado “Elección de Diputados Federales: Coalición de Morena y otros Partidos en tu distrito”. Y ahí mismo se instruye: “1. Cuando el elector marque en la boleta los tres recuadros que pertenecen a nuestra coalición, el conteo dará 1 voto para el candidato propuesto y 1 voto para cada uno de los partidos de la coalición”. Es decir, que el partido gobernante pide a sus representantes, registrar hasta tres o cuatro votos a su favor en donde, legalmente, solo hay un voto.

La Ley General de Instituciones y Procesos Electorales (LGIPE) dice claramente que los votos emitidos a favor de una coalición cuentan como un voto para la candidatura correspondiente, pero se dividen de forma proporcional entre los partidos que hayan sido tachados en la boleta. En el artículo 290, párrafo 2, señala: “Tratándose de partidos coaligados, si apareciere cruzado más de uno de los respectivos emblemas, se asignará el voto al candidato de la coalición, lo que deberá consignarse en el apartado respectivo del acta de escrutinio y cómputo correspondiente”. Mientras que, en otro artículo, el 311, dicen cómo deben repartirse los votos entre los partidos que hayan sido cruzados en la boleta: “En su caso se sumarán los votos que hayan sido emitidos a favor de dos o más partidos coaligados y que por esa causa hayan sido consignados por separado en el apartado correspondiente del acta de escrutinio y cómputo de casilla. La suma distrital de tales votos se distribuirá igualitariamente entre los partidos que integran la coalición. De existir fracción, los votos correspondientes se asignan al partido de más alta votación”.

Es decir, si el elector cruza un solo partido de una coalición, ese voto sólo cuenta como 1 para el candidato postulado y uno a favor del partido cuyo emblema se cruzó; si el votante cruza dos partidos, igual es solo un voto para el candidato común y un voto dividido entre los dos partidos que fueron cruzados; y si de plano el elector cruzó los tres partidos, aún sigue siendo solo un voto para el candidato y un solo voto dividido en tres partes de los partidos que cruzó. Y entonces, si la ley es más que clara sobre cómo contar y repartir los votos para las coaliciones, ¿por qué Morena está pidiendo a sus representantes el día de la elección que cuenten más votos de los que dice la ley?

El tema es grave y preocupa porque podría generar una enorme confusión en el conteo de los votos y metería mucho ruido a la hora de que se hagan los cómputos distritales, que son la parte oficial definitiva para saber cuántos votos y cargos ganó cada partido, incluidos los que van coaligados. Si en ese momento Morena impugna, con sus propias actas, los conteos del INE porque sus representantes contaron los votos como ellos se los pidieron y no como dice la ley ¿van a alegar un fraude y a decir que los consejeros electorales les quieren robar su derecho a tener una sobrerrepresentación real y a lograr una mayoría amplia en la Cámara de Diputados? Si esa es la estrategia es grave y anticipa problemas postelectorales.

Porque, además, el mismo “Manual de Capacitación” del partido gobernante, está pidiendo a sus representantes que vayan a visitar, antes de la elección, a los funcionarios de la Mesa Directiva de cada casilla, es decir, que busquen a los ciudadanos elegidos para realizar esa función y se reúnan con ellos antes de las votaciones, algo que también violenta totalmente la ley porque los representantes de partido no deben visitar a los funcionarios de las Mesas Directivas de Casilla. Los artículos 260 y 261 de la LGIPE establecen cuáles son las funciones de los representantes de los partidos, y éstas se limitan a vigilar y observar el proceso el día de la elección, por lo que no pueden reunirse antes con los funcionarios de casilla porque eso atentaría contra los principios de certeza, legalidad e imparcialidad, y podrían constituir un acto de presión o coacción contra los funcionarios electorales.

Así que, capacitar mal a sus representantes con información errónea y pedirles que cuenten mal los votos para su coalición, además de pedirles presionar o buscar a los funcionarios de las Mesas Directiva de Casilla, parece una estrategia deliberada de Morena para alterar los resultados de la próxima elección, con miras a descalificar no sólo el trabajo del INE y de los ciudadanos que organizan la elección, sino a tratar de obtener, por la fuerza una mayoría calificada en la Cámara de Diputados, algo que es la prioridad de López Obrador, y si el conteo de los votos en coalición no le alcanza para la sobrerrepresentación que quieren, entonces gritar el consabido discurso de “fraude” en su contra y pretender anular aquellos resultados electorales que no les convengan. ¿De verdad llegarán hasta algo así en su ambición de mantener el poder y la mayoría legislativa a como dé lugar y al costo que sea?