Niñas, niños y adolescentes son los actuales “desechables” del crimen organizado en #México

  • Más de 300 mil menores de edad reclutados por la delincuencia organizada, ante la falta de políticas públicas para combatir su reclutamiento.
  • La narcocultura tiene efectos en la mente de los niños.

14/10/2021/ México.-  La crisis de violencia en México afecta a toda la sociedad. Sin embargo, niñas, niños y adolescentes conforman un grupo vulnerable que resiente aún más el fenómeno, al verse inmersos en prácticas que transgreden sus derechos humanos e imposibilitan que se desarrollen física y psicológicamente de manera adecuada y acorde a su edad.

Durante la presentación del estudio “Niñas, niños y adolescentes reclutados por la delincuencia organizada”, Saskia Niño de Rivera, cofundadora de la organización civil Reinserta, reveló dramáticas cifras que exhiben el abandono en que se encuentra la infancia mexicana.

En su participación la senadora Josefina Vázquez Vota, presidenta de la comisión de derechos de la niñez y de la adolescencia en el Senado, definió que la problemática se ha exacerbado en la pandemia por la deserción escolar de cinco millones de menores edad y por el hecho de que 90 % de los crímenes contra niños ocurren en internet.

“Hoy niños, niñas y adolescentes son, lo digo con profundo terror y dolor, los desechables del crimen organizado”, manifestó.

Mayoría de NNyA renuncian a estudios antes de ser reclutados a la delincuencia organizada,  en su mayoría son expulsados por consumo de drogas o por comisión de delitos. Edad promedio de involucramiento de 12 a 15 años, siendo el grado máximo de estudios la primaria.

“El cártel del noreste trae puro chaval, puro morro menor. Pura gente que es como quien dice, como plato desechable, nos utilizan y luego pa´ la basura” señaló un menor rescatado.

En las últimas décadas, en todo el territorio nacional, se ha recrudecido la violencia contra la niñez. Según datos de Redim (2019), del año 2000 al cierre de 2019, alrededor de 21,000 niñas, niños y adolescentes han sido víctimas de homicidio doloso, mientras que hay más de 7,000 casos de desaparición en este sector.

De acuerdo al análisis de la Organización Reinserta La violencia generalizada se entrelaza con una de las problemáticas más complejas en materia de seguridad pública: la delincuencia organizada.

La investigación arroja que los cárteles que se localizan al norte del país llegan a pagar sueldos a los infantes, que van de los 25 mil pesos a los 35 mil pesos al mes. El reclutamiento se da principalmente por incitación por parte de amigos y por “iniciativa propia”. Mientras que el reclutamiento forzado es la modalidad con menor frecuencia en las 3 zonas del país.

“Existe una relación de admiración y lazos afectivos muy fuertes con las figuras de autoridad de la delincuencia organizada. Niñas y niños fungen como reclutadores de otras niñas, niños y adolescentes”, indicó la presentadora.

Mientras que Mercedes Castañeda, integrante de Reinserta, abundó que el consumo de drogas, el entorno de violencia y la llamada “narcocultura” son factores que no ayuda a que los menores de edad no accedan a este tipo de ofertas.

“¿Las series y las películas de los narcos guapísimos y llenos de mujeres tienen un efecto en nuestros niños y niñas? La respuesta es sí, la narcocultura tiene efectos en la ideología”, reconoció.

El combate a esta y todas sus repercusiones hacen que el panorama se dificulte, pues la estructura y coordinación de la que dispone este tipo de criminalidad provee grandes recursos para cometer actividades ilícitas y favorece las condiciones para hacerlo en completa impunidad.

Aunado a esto, el reclutamiento forzoso de niñas, niños y adolescentes en grupos criminales organizados ha ido en aumento. La falta de políticas públicas para combatir el reclutamiento provoca que la práctica se lleve a cabo de manera sistemática y sin consecuencias reales para los grupos delictivos, lo que deja a niñas, niños y adolescentes
sufriendo las secuelas, que van desde la privación de la libertad hasta la muerte.

Derivado de ello, en años pasados el Comité de Derechos del niño y la niña de la ONU instó al Estado mexicano a tomar acciones para contrarrestar el reclutamiento de niñas, niños y adolescentes en las filas de la delincuencia organizada, haciendo hincapié en las consecuencias que ello trae para la niñez mexicana y en la urgencia de desplegar estrategias de seguridad que les protejan (Redim, 2019).

No existe una cifra exacta del número de niñas, niños y adolescentes que han sido cooptados por la delincuencia organizada, pero se estima que 30,000 han sido incorporados a sus filas (Redim, 2019).

Siguiendo la misma línea, resulta lógico pensar quelas cifras arriba citadas de homicidios y desapariciones también estén relacionadas con estas redes delictivas, especialmente en regiones del interior de la república, donde este tipo de criminalidad ha tomado el mando y se desarrolla en total impunidad, pues es sabido que la delincuencia organizada suele enfilar a la niñez en zonas alejadas y excluidas donde esta población se encuentra en situaciones de vulnerabilidad más severas (Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 2015).