No confundir, La viruela del Mono no está vinculada con la vacuna anticovid

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12/06/2022/ Con la reciente alerta sanitaria de la viruela del mono, que empezó con un caso reportado por Reino Unido el pasado 7 de mayo, los bulos no han tardado en llegar, y ya circulan en las redes sociales diversos mensajes que vinculan esta enfermedad con las vacunas contra la COVID-19.

Algunos mensajes afirman falsamente que se trata de un efecto secundario de las vacunas, otros que está relacionado con “el adenovirus de chimpancé de la vacuna de AstraZeneca” y hasta que “es causa del grafeno” que supuestamente se encuentra en las vacunas. Ninguna de estas afirmaciones es cierta. Lo explicamos.

La viruela del mono no está relacionada con las vacunas contra la COVID-19
“Las noticias lo llaman viruela del mono. Yo lo llamo efectos secundarios de las vacunas”, escribe un usuario a través de Facebook. Pero lo cierto es que esta enfermedad infecciosa no tiene nada que ver con las vacunas contra la COVID-19.

A diferencia de lo que pasó con la COVID-19, la viruela del mono no es una enfermedad nueva. Está provocada por un virus del género Orthopoxvirus, el mismo que el de la viruela que ya fue erradicada en 1980. La primera vez que se observó en humanos fue en 1970 y es frecuente en zonas de África occidental y central. Además, como apunta el Science Media Centre España, no es la primera vez que se encuentran casos fuera de África. En 2003 se produjo un brote que afectó a 47 personas en Estados Unidos, cuyo origen se encontró en perros de las praderas que se vendieron como mascotas. Es decir, la viruela del mono es una enfermedad que surgió mucho antes que la COVID-19 y que el desarrollo de las vacunas contra esta.

No es un efecto secundario de las vacunas contra la COVID-19
Sus síntomas tampoco coinciden con los efectos secundarios de las vacunas. Como ya informamos en Newtral.es, el síntoma más característico de la viruela del mono es la aparición de erupciones cutáneas con pus. Estas ronchas suelen aparecer en la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies, y son una vía importante de transmisión.

En los informes de farmacovigilancia de la vacunas contra la COVID-19 de Pfizer de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), que ha estado monitorizando los efectos secundarios tras su administración, aparecen las erupciones cutáneas por reacciones alérgicas como un efecto secundario de la vacuna de Pfizer “poco frecuente”. Sin embargo, Rafael Blasco, virólogo del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), cuyo laboratorio trabaja desde hace años con el virus que se usa como vacuna de la viruela, explica a Newtral.es que se tratan de características cutáneas muy distintas.

“Las erupciones cutáneas que producen los Poxvirus, como el virus de la viruela y la viruela del mono, tienen un desarrollo muy específico”, señala Blasco. Según el virólogo, estas pústulas “poseen una vesícula con líquido que luego se va desarrollando a costra”, algo que no ocurre en ningún caso con las vacunas contra la COVID-19.

La viruela del mono no tiene que ver con el adenovirus de la vacuna de AstraZeneca
Otros mensajes en redes sociales asocian la viruela del mono a la vacuna contra la COVID-19 de AstraZeneca. “Se acerca la viruela del mono. Si no me falla la memoria, la vacuna de AstraZeneca llevaba adenovirus de chimpancé. ¿Todos los efectos secundarios los van a disfrazar de enfermedades?”, escribe un usuario en su cuenta de Facebook. Pero la tecnología que se usó en la vacuna de AstraZeneca no tiene nada que ver con el virus de la viruela del mono.

Como ya explicamos en Newtral.es, la vacuna de Oxford y AstraZeneca utiliza como estructura un vector viral. Este vector es un adenovirus atenuado que normalmente causa el resfriado común en chimpancés, pero al que se le ha retirado su capacidad de replicarse. Es ahí donde se inserta una parte del material genético del coronavirus con las instrucciones necesarias para fabricar una proteína suelta del virus y la que activará la protección contra el coronavirus. Esta es una tecnología que ya se había usado para vacunas contra la gripe, el virus del zika y el MERS.

Además de estar atenuado, el virus del que se cogió la estructura para la vacuna de AstraZeneca es de una familia distinta al que produce la viruela del mono. El primero es de la familia Adenoviridae y provoca resfriado común, mientras que el de la viruela del mono es de la familia Poxviridae.

De hecho, el nombre de la viruela del mono puede ser engañoso. El nombre se debe a que se detectó por primera vez en macacos de laboratorio en 1958. Pero, en realidad, aunque puede transmitirse a través de simios, suele hacerlo a través de pequeños roedores.

Por tanto, no es posible que la vacuna contra la COVID-19 de AstraZeneca provoque la viruela del mono.

La viruela del mono no se produce por una supuesta presencia de grafeno en las vacunas
“Una vez más camuflan la sintomatología provocada por el grafeno de las vacunas por un nuevo virus denominado ahora la viruela del mono”, se lee en varios mensajes en Facebook y Twitter. Pero, como ya hemos verificado en Newtral.es, es falso que las vacunas contra la COVID-19 lleven grafeno.

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