- Mensaje Directo.
/ Fabiola Guarneros Saavedra /
El Estado tiene una deuda con las familias de las y los desaparecidos, eso ya lo sabemos, pero no debiéramos ser indiferentes al dolor y desesperación de quienes los buscan. Tampoco acostumbramos a las noticias de nuevas desapariciones, asesinatos de buscadoras o hallazgos de fosas clandestinas. Callar nos hace cómplices de la omisión de las autoridades y de la impunidad que se fomenta con la inacción, descalificación y soberbia de los gobernantes que minimizan la crisis.
En nuestro país hay más de 100 grupos de búsqueda de desaparecidos y 60 colectivos están integrados en el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México. Permanecen unidos para encontrarlos, exigir su búsqueda y hacer efectivas la ley de desaparición y los derechos de las víctimas.
Ceci Flores Armenta no está sola. Es fundadora del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, que ha logrado encontrar a más de mil 500 personas en fosas clandestinas, mientras busca a sus dos hijos.
La “madre huérfana”, así se refiere a sí misma, perdió a su hijo Alejandro en octubre de 2015. Él tenía 21 años cuando sujetos armados se lo llevaron. Esperó cuatro años sin obtener respuestas claras de la policía y entonces emprendió la búsqueda.
En 2019, sus otros dos hijos Marco Antonio, de 32 años y Jesús Adrián, de 15, fueron secuestrados. Un 10 de mayo, Ceci recuperó sólo a Jesús, porque los hombres armados lo devolvieron días después de haberlo raptado.
Marco Antonio aún sigue desaparecido. Desde entonces, se ha aliado con más de dos mil personas para encontrar a quienes dejaron a sus familias contra su voluntad y cuyos nombres son recordados por las Madres Buscadoras de Sonora. Fue una de las 100 mujeres más influyentes de la revista Forbes durante 2022.
Su labor ha reunido a familias, pero ella debe seguir buscando a sus hijos. El Presidente de la República no la recibió cuando ella fue a Palacio Nacional a entregarle la “pala de mando”, con la que excava la tierra para encontrar fosas clandestinas en el México que él gobierna.
“Vine a tocar las puertas de Palacio para entregarle la pala con la que busco a mis hijos. Esta pala nunca debió estar en mis manos, ni debió sentir los huesos romperse de los cuerpos que ha desenterrado. Tome el mando Presidente, hágase cargo de los desaparecidos”, publicó en su cuenta de X.
El Presidente le respondió en su conferencia matutina del 18 de marzo que podía dejar la pala afuera de Palacio Nacional. Al día siguiente, Ceci regresó a Palacio Nacional vestida como beisbolista (deporte preferido del mandatario) y con una cartulina en la que le pidió ser atendida personalmente:
“Si como buscadora no, ¿como beisbolista me recibe? Le vengo a entregar la pala con la que busco a mis hijos, ha encontrado a muchos, no se atrinchere en estos muros, sienta poquito el dolor del México desaparecido. Le urge saber lo que pasa aquí afuera”.
Como en 2015 y 2019 tampoco obtuvo respuesta de la autoridad.
“En dos días recibí más amenazas que nunca. Mi protesta sigue y seguirá al buscar en los campos donde no se atreven a entrar. No es miedo a morir, es miedo de irme sin haber encontrado a mis niños. Regresaré a tratar de verlo, Presidente, pero hoy, alguien tiene que ir a buscar”, escribió Ceci Flores en redes sociales.
No está sola porque hay otras mujeres buscando a sus hijas e hijos, esposos, nietas y nietos, tías y sobrinos. Hay colectivos que buscan en todos los rincones del país: Guerrero, Veracruz, Jalisco, Chihuahua, Michoacán, Oaxaca, Estado de México, Hidalgo, Zacatecas, Ciudad de México y Morelos, etcétera.
Están también la Antimonumenta en la CDMX, la glorieta de las y los desaparecidos en Guadalajara y los tendederos en varios estados con los rostros y nombres de los que nos faltan, que le recuerdan al gobierno de la cuarta transformación la deuda pendiente.
Otro dato que deberían saber en Palacio Nacional es que Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco se creó en mayo de 2013 por Guadalupe Aguilar Jáuregui —una madre que busca a su hijo José Luis, desaparecido el 17 de enero de 2011—, y siete madres buscadoras más.
Buscan desaparecidos y al mismo tiempo ofrecen acompañamiento y apoyos a otras familias buscadoras. Y justo por esa labor de casi 11 años, el colectivo recibió el IX Premio de Derechos Humanos Rey de España, en las instalaciones de la Universidad de Alcalá de Henares, en Madrid, España, el pasado miércoles 13 de marzo.
A nombre de las 340 familias que ahora integran Fundej, Guadalupe Aguilar, dijo ante el rey de España: “Jalisco es una fosa, México es una fosa. Esta situación se ha denunciado y a raíz de esto han muerto 12 compañeras buscadoras y a pesar de las amenazas y de la indolencia, seguimos y seguiremos buscando, porque nos mueve el amor, sin parar con fuerza y dignidad. Sin embargo, necesitamos plena voluntad política de las autoridades, también cooperación internacional para detener este flagelo y seguir aprendiendo sobre estrategias de búsqueda que nos ayude a encontrarles”.
No estás sola.
DM
Nos leemos el próximo 14 de abril. Es necesario un periodo de silencio y reflexión reposada, porque se vienen tiempos intensos, interesantes y desafiantes, propios de un proceso de sucesión presidencial, en un país con muchas heridas abiertas.