Padre del sospechosismo

ENTRESEMANA

MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN

¡Ay, Andrés Manuel!, cómo no tocar este tema con el que tropezaste hace 16 años y fuiste motivo para que Santiago Creel Miranda te endosara la paternidad de la cultura del sospechosismo.

Y es que la palabra no existía cuando en aquel 8 de septiembre de 2004, el entonces secretario de Gobernación en el gabinete de Vicente Fox te la endosó porque sospechabas de todo. Y sigues sospechando, en gerundio como los fantasmas, tus fantasmas que te andan persiguiendo.

En esos días de vino y rosas, andabas, mimético como eres Andrés Manuel, en el símil de tu amigazo y tocayo Manuel Camacho Solís cuando aspiraba a la candidatura del PRI a la Presidencia de la República y sospechaba y desconfiaba de todo aquello que le cuestionaba y atacaba.

¿De parte de quién?, preguntaba el, en esos días del sexenio salinista, poderoso jefe del Departamento del Distrito Federal,

¿Recuerdas ese día de septiembre de 2004? Santiago Creel pidió acabar con la cultura del sospechosismo y todo el mundo festejó el detalle, condimento en el folclor de la política mexicana.

Y el padre del sospechosismo eras y eres tú, hoy inquilino de Palacio que arrastra las pesadas cadenas de los pecados políticos ocultos bajo la alfombra.

¿De quién sospechas que te pone peros en el ámbito judicial para evitar que prosperen barbaridades de cuño voluntarista y acatadas por tu mayoría oficialista en el Congreso de la Unión? Sospechas de todos y a todos, como en botica, los calificas corruptos y enemigos tuyos que abrevan en los dineros del capital malsano que, en eso tienes razón, no tiene llenadera.

¡Caray!, licenciado presidente. Hoy que tienes el poder, no sigas dilapidándolo en las mañaneras porque el púlpito no es eterno; la vía legal, el recurso de revisión de un acuerdo jurisdiccional te instalaría más en la dizque convicción que tienes de la división de Poderes del sistema de gobierno mexicano.

¿Por qué no el Jurídico de Presidencia de la República se inconformó por la suspensión provisional de amparo dictada por el juez Juan Pablo Gómez Fierro contra la Reforma de la Ley de la Industria Eléctrica?, se preguntaría un estudiante del primer semestre de la carrera de Derecho.

¡Sencillo!, porque el sabelotodo y dueño de la verdad y de la descalificación eres tú, porque nadie más que tú para golpear desde un espacio envidiable en vivo y a todo color.

Nadie más que tú para ofender al sentido común y provocar la respuesta del ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, a quien vox populi considera tu aliado pero te respondió como procede en esos niveles de la impartición de justicia, a tu dizque respetuosa carta leída en la mañanera del inicio de semana.

“De manera respetuosa y en observancia al principio de separación de poderes, le solicito que el Consejo que usted preside determine e informe si a la autoridad judicial mencionada (Juan Pablo Gómez Fierro, juez Segundo de Distrito en Materia Administrativa Especializado en Competencia Económica, Radiodifusión y Telecomunicaciones) le correspondía o no aplicar de manera oficiosa la suspensión (provisional de amparo) a quienes no lo solicitaron y si es de su competencia o no resolver este caso”, cita el segundo párrafo de la carta que enviaste al ministro Zaldívar.

Vaya, vaya. Licenciado López Obrador, ¡caray!, por eso debiste asesorarte con la Consejería Jurídica de la Presidencia de la República, para evitar que ministros, magistrados, jueces, pasantes y estudiantes de Derecho sonrieran maliciosamente o de plano se carcajearan de tu airada carta cuyo fondo es un berrinche, encabronado berrinche porque la Corte declaró recientemente la inconstitucionalidad de la llamada Ley Nahle, que versaba en fundamentos esgrimidos en tú iniciativa preferente para reformar a la Ley de la Industria Eléctrica.

¡Señor presidente!, pues no que usted se las sabe de todas, todas. Lo persiguen sus fantasmas y aquel sospechosismo que, como anillo al dedo te ajustó el licenciado Creel Miranda, el secretario de Gobernación foxista ¡tooodo palacio!

¿Y qué te respondió el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación? Un párrafo ilustrativo para que no me acuses de sacar de contexto. Leamos:

“Como usted sabe, es presupuesto de la democracia y del Estado de Derecho que juezas y jueces puedan actuar en un marco de autonomía e independencia. Corresponde al Consejo de la Judicatura Federal, velar porque puedan hacerlo con libertad y del mismo modo, es facultad de dicho órgano vigilar que las personas juzgadoras se conduzcan con apego a la ley, con honestidad y total imparcialidad. Seguiremos cumpliendo con esta encomienda”, te respondió el ministro Zaldívar Leo de Larrea.

Puntual recordatorio de la autonomía e independencia con la que deben proceder los impartidores de justicia. ¿Hay jueces corruptos? Por supuesto, licenciado presidente; ni blancas palomas ni hermanas de la caridad en el Poder Judicial de la Federación y en tribunales estatales. Es como la casa del jabonero: el que no cae resbala.

Pero, resulta que hoy eres juez y parte, Andrés Manuel. Sancionas desde el púlpito, amenazas e injurias, descalificas y pones bajo sospecha a todo aquel que osa cuestionar tus actos, que te crítica con fundamento y no te calumnia pero simple y llanamente no comulga contigo ni la mal llamada 4T.

En el octavo párrafo de tu “respetuosa” carta al ministro Lelo de Larrea, deslizas lo que bien sabes hacer: la amenaza. Transcribo:

“Le expreso, para finalizar, que así como respeto y respetaré siempre la aplicación del derecho de amparo y la independencia del Poder Judicial, ejerceré también a plenitud mis facultades como presidente de la República y mis libertades como ciudadano y no callaré ante el pillaje y la injusticia”.

O sea: sin juicio legal de por medio, al margen de la aplicación de la ley y contra el debido proceso, a quienes citas en tu carta son pillos e injustos. ¡Caray!

Hoy, señorpresidente, demuestras que tus fantasmas no te abandonan y desconfías de tu entorno, por eso no dejas crecer a nadie en tu equipo, en el gabinetazo.

Y es que, cuestión de sacudir el archivo, en aquel 8 de septiembre de 2004, Santiago Creel demandó acabar con la cultura del sospechosismo y te exigió como jefe del Gobierno del entonces Distrito Federal que eras, medir con la misma vara y revelar cuántas veces te habías reunido con el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Mariano Azuela y Güitron, y otros ministros del máximo tribunal del país.

¿Recuerdas, Andrés Manuel?

“Sí los ha habido ¿Cuántos han sido?, ¿qué temas se han tratado? ¿Si ha habido otros encuentros con ministros o ministras de la Corte, en qué términos se han dado? ¿Si se han abordado o no los asuntos que han suscitado controversia?”, te preguntó Santiago Creel públicamente.

Y es que, licenciado López Obrador, Santiago tomó como referencia tus cuestionamientos acerca de una reunión que, en el mes de abril de ese año, habían tenido él y el entonces presidente Fox con el ministro presidente Mariano Azuela, y el procurador General de la República, el general Rafal Macedo de la Concha.

Acusaste que habían tratado el tema de tu desafuero que se cocinaba en la Cámara de Diputados. Y bueno, tu sospechosismo derivó en que, tu entonces partido, el PRD realizara movilizaciones para presionar a Vicente Fox y obligarlo a retirar la solicitud de desafuero hecha por el general Macedo de la Concha, es decir, la PGR en contra tuya.

Padre del sospechosismo, Andrés Manuel. No preguntas de parte de quién porque eres el dueño del poder y desde el poder acusas y juzgas, insultas y descalificas. Bueno, bueno, el ministro en situación de retiro, José Ramón Cossío, a quien acusaste de haber guardado silencio cómplice ante corruptelas, te respondió sin estridencias y consideró muy desafortunado que utilices la tribuna para denostar a un juez en funciones, porque éste emitió la suspensión de amparo de la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, en forma correcta.

No cabe duda, que los fantasmas te atormentan y buscas paliar temores con actos propios de un reyezuelo investido dictador. ¿Por eso quieres mantener la mayoría en la Cámara de Diputados? ¡Caray!, no tienes llenadera. Digo.

COMO ME LO PLATICARON DE LÍA LIMÓN. La exdiputada federal y ex integrante de la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal, es la apuesta de los dirigentes del bloque opositor para competir ante el candidato de Morena, el actual diputado local y exdelegado Eduardo Santillán. Mire usted, el caso es que la decisión está tomada y sólo falta que se vote la propuesta en la Comisión Permanente del PAN porque doña Lía irá nominada por el albiazul en la candidatura común. Va con el respaldo de todos. El tema se develó en redes sociales, cuando la propia Lía agradeció a un tuit en el que la felicitan porque apoyará a Álvaro Obregón y desde la cuenta del presidente del PAN capitalino, Andrés Atayde, le dieron “Me gusta”. Conste.

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