Palomino y el Grupo Salinas

LINOTIPIA

/ Peniley Ramírez/

Luis Cárdenas Palomino no es, ni de cerca, el único exfuncionario que trabajó para Ricardo Salinas Pliego. Policías, jefes de altos equipos políticos, durante años me han confiado discretamente que han hecho “trabajos” para el dueño del Grupo Salinas. Varios fungen hoy, con un bajo perfil, como consultores o empleados de las áreas de seguridad del Grupo.

Pero me interesa de manera especial Cárdenas Palomino y su relación con Salinas Pliego por un hallazgo en particular, que conocí cuando investigaba al exfuncionario, detenido esta semana, para mi libro Los millonarios de la guerra.

Cárdenas Palomino trabajó para el gobierno mexicano desde finales de la década de 1980, en el Cisen, en la Procuraduría General de la República y más tarde en la Secretaría de Seguridad Pública. Fue miembro del grupo de confianza de Genaro García Luna y su primer subordinado directo que apareció en una investigación federal, relacionado con actos ilegales al margen de su puesto público.

Esa primera investigación data de mediados del sexenio de Vicente Fox. Señala que Cárdenas Palomino se reunió con traficantes de Sinaloa en Nayarit, poco después de la fuga de Joaquín Guzmán del penal de Puente Grande, en 2001. En 2006 -me contó una fuente que estuvo en esa reunión- su nombre apareció de nuevo, cuando un grupo de generales le mostró a Juan Camilo Mouriño una fotografía en la que Cárdenas Palomino aparecía junto al traficante Héctor Beltrán Leyva en el restaurante Las Mañanitas, en Cuernavaca.

En los meses posteriores a esa reunión, se señaló a Cárdenas Palomino en una indagatoria interna por el caso de Florence Cassez. Obtuve copia de esa indagatoria. Detalla cómo él participó en el montaje de la falsa detención de Cassez e Israel Vallarta y en la tortura de los detenidos. Ese expediente engordó durante una década y fue frenado en Los Pinos en 2016. En ese momento, Cárdenas Palomino sería acusado de mal ejercicio de su labor como policía pero la acusación no prosperó porque desde Presidencia decidieron pararla. El jefe jurídico allí, Humberto Castillejos, fue antes cuñado de Cárdenas Palomino.

En enero de 2013, ya fuera de la administración pública, Cárdenas Palomino se estrenó como director general de Adamantium Private Security Services, una compañía de seguridad privada de Grupo Salinas, refieren sus perfiles curriculares públicos. Hasta 2019, Grupo Salinas incluía a Adamantium como parte de su consorcio, según folletos que obtuve para esta columna. Revisé decenas de perfiles curriculares públicos de empleados y exempleados de Adamantium. En ellos se repite que es “una compañía del Grupo Salinas”. En la página de Adamantium en Facebook, aún hoy dice que son parte del Grupo.

Cárdenas Palomino dirigía esa empresa cuando, en julio de 2020, fue coacusado en el caso contra García Luna en Nueva York como cómplice en el trasiego de miles de toneladas de cocaína hacia Estados Unidos. Al mismo tiempo, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de Hacienda en México descubrió que la fortuna de Cárdenas Palomino no congeniaba con sus sueldos como servidor público y congelaron sus cuentas bancarias.

La revista Proceso encontró que Adamantium ganó más de 500 millones de pesos con el gobierno de Peña Nieto. En esos años, me confirmaron para el libro fuentes de la UIF, Cárdenas Palomino realizó transferencias internacionales, utilizó compañías fantasmas y compró propiedades millonarias en México. Una de esas transferencias ocurrió en 2017 por 1.6 millones de pesos desde Nunvav, la empresa clave en la trama García Luna, hacia Adamantium.

Ahora Grupo Salinas borró los rastros en sus páginas de alguna relación con Adamantium, mientras Nunvav está investigada en México y en Estados Unidos como uno de los vehículos que utilizó García Luna para operar sus negocios ilegales. La relación de Nunvav con Adamantium y Cárdenas Palomino aún está en indagatoria. Veremos si ese hilo del caso no queda para las autoridades solo en un dato anecdótico. Creo que no lo es.