/ Renato Martinez – Ciudad del Vaticano/
“El amor de Jesús nos pide que nos dejemos tocar por las situaciones de quienes están en la prueba”, fue la invitación del Papa Francisco este domingo después de rezar la oración mariana del ángelus.
Que nuestra caridad sea concreta
Dirigiéndose a los fieles y peregrinos que se dieron cita en la Plaza de San Pedro para rezar a la Madre de Dios, el Santo Padre dirigió su pensamiento a las poblaciones que en diferentes partes del mundo están sufriendo a causa de la guerra, la pobreza y los desastres naturales.
“Pienso especialmente en Siria y en Turquía, en las numerosas víctimas del terremoto, pero pienso también en los dramas cotidianos del querido pueblo ucraniano y de tantos pueblos que sufren a causa de la guerra o de la pobreza, de la falta de libertad o de la devastación ambiental. Estoy cerca, en este sentido, del pueblo de Nueva Zelanda, golpeado en estos días por un ciclón devastador. Hermanos y hermanas, no olvidemos a los que sufren y que nuestra caridad esté atenta, ¡que sea una caridad concreta!”.
Saludos a los fieles y peregrinos
Luego, el Papa Francisco dirigió su saludo a todos los fieles y peregrinos que llegaron de Italia y de otros países. Especialmente saludó a los peregrinos de Oviedo (España) y a los alumnos de Vila Pouca de Aguair en Portugal. También a los grupos de la Acción Católica de Rímini y de Saccolongo; a los fieles de Lentiai, Turín y Bolzano; a los confirmandos de Valvasone y Almenno San Salvatore; a los adolescentes y jóvenes de Tricesimo, Leno, Chiuppano y Fino Mornasco; a los monaguillos de Arcene y los alumnos del colegio Sant’Ambrogio de Milán.
A todos les deseó un buen domingo y se despidió pidiendo que, “por favor, no se olviden de rezar por mí. Buen almuerzo y hasta la vista”.
Las víctimas del terreno alcanzan 46.000 fallecidos
Las palabras del Papa llegan en un momento en que más de 46.000 personas han muerto en el norte de Siria y el sureste de Turquía y se registran nuevas réplicas. Una, de magnitud 5,1, se registró anoche en el distrito de Goksun, en Kahramanmara. A las poblaciones de los dos territorios heridos, el Papa ha querido mostrar una cercanía concreta enviando ayuda material a través del Limosnero pontificio, el cardenal Konrad Krajewski. Por otra parte, el prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, Monseñor Claudio Gugerotti, se encuentra en misión en el territorio desde el viernes 17 hasta el martes 21 de febrero para expresar su solidaridad con los heridos y desplazados, pero también para reunirse con los Obispos y los operadores de los organismos implicados en la ayuda.
Siguen cayendo misiles en Ucrania
En Ucrania, sin embargo, en una escalada de las tensiones internacionales, continúan los ataques con misiles contra ciudades. Uno de los últimos es el ataque a la ciudad de Druzhkivka, en Donetsk, que destruyó al menos dos rascacielos. De momento, no se ha informado de víctimas.
Nueva Zelanda afectada por el ciclón Gabriel
Tras el Ángelus, el Papa no dejó de dedicar un pensamiento a Nueva Zelanda, puesta de rodillas por el devastador ciclón Gabriel, que causó 11 muertos, más de 5.000 heridos y un gran número de desaparecidos. Además de las pérdidas humanas, el ciclón destruyó huertos, viñedos y cultivos agrícolas en algunas de las regiones más productivas de Nueva Zelanda. Las carreteras resultaron dañadas y miles de residentes se quedaron sin electricidad ni agua. El gobierno teme que los daños, aún por cuantificar con exactitud, asciendan a miles de millones. El ministro de Finanzas, Grant Robertson, dijo en una entrevista a medios locales que esperaba cifras comparables a las del terremoto de Christchurch de 2011, que costó unos 13.000 millones de dólares neozelandeses. Casi 7.600 millones de euros.