Pati Ruiz, guardiana de Sierra Gorda, fue premiada por la ONU .

Sierra Gorda está conformada por una red de ecosistemas prósperos que albergan una gran variedad de vida silvestre en Queretaro.

05.09.2023. Querétaro.-  Martha Isabel “Pati” Ruiz Corzo se fue a vivir a Sierra Gorda, una espectacular área natural en el corazón de México, hace cuatro décadas en busca de un lugar tranquilo y paradisíaco para criar a su familia.

Sin embargo, la entonces profesora de música de la ciudad de Querétaro se encontró con una tierra devastada por la tala de árboles, la construcción de carreteras y demás tipos de desarrollo, por lo general sin control estatal, que estaban diezmando la mezcla única de selvas y bosques de niebla de la Sierra Gorda.

Estos aspectos negativos llevaron a la señora Pati Ruiz a poner en marcha un movimiento ciudadano que desde hace 40 años protege una de las zonas de mayor diversidad ecológica de México. La idea central de esta iniciativa radica en que las comunidades locales deben desempeñar un papel de liderazgo en las actividades de conservación y en el hecho de que preservar los espacios naturales de la Sierra Gorda en lugar de destruirlos puede generar más beneficios económicos.

En la actualidad, Sierra Gorda está conformada por una red de ecosistemas prósperos que albergan una gran variedad de vida silvestre, incluidas más de 1.100 especies de aves y mariposas, así como animales en peligro de extinción, como el jaguar.

“Ese mundo natural con el que todos tuvimos contacto, yo tuve la fortuna, ya lo perdimos. Así que lo que queda para mí es sagrado”, señaló Pati Ruiz, quien en 2013 fue galardonada con el máximo honor de la ONU en materia de medio ambiente: Campeona de la Tierra. “Yo creo que nuestra sociedad debe conectar con la naturaleza que es y que nos mantiene como una madre amorosa”.

Se considera que Sierra Gorda es un caso excepcional de éxito en materia de conservación, que está recibiendo cada vez más atención a medida que los países intentan frenar la erosión del mundo natural. En todo el mundo, la expansión humana descontrolada en lugares que antes eran silvestres es una de las razones por las que más de un millón de especies se encuentran en vías de extinción.

“El éxito de Sierra Gorda es la prueba de que es posible revertir el deterioro de la naturaleza al tiempo que se construyen comunidades más sostenibles”, declaró Juan Bello, Director Regional del PNUMA para América Latina y el Caribe. “Durante los 10 años transcurridos desde que Pati Ruiz recibió el premio Campeones de la Tierra, Sierra Gorda ha continuado dando un brillante ejemplo de cómo la conservación puede ir de la mano con el desarrollo económico”, agregó.

Un modelo líder de acción comunitaria

La Sierra Gorda, que ocupa más de 380.000 hectáreas, casi un tercio del estado de Querétaro, está repleta de montañas, ríos, selvas, desiertos semiáridos y bosques nubosos. La UNESCO ha descrito la zona como la ‘joya verde’ de México.

Todo comenzó cuando Pati Ruiz se mudó a Sierra Gorda en la década de 1980 y enseguida se dio cuenta de que lo que antes era una naturaleza virgen se estaba llenando de carreteras, vertederos de basura y explotaciones madereras. Esta situación la impulsó a fundar el Grupo Ecológico Sierra Gorda con su marido y vecinos de la zona.

“Fue imposible no actuar”, afirmó Pati Ruiz.

Gracias a los esfuerzos del Grupo Ecológico, Sierra Gorda fue declarada zona protegida por el Gobierno federal de México en 1997, y la UNESCO la nombró Reserva de la Biosfera en 2001.

Gran parte del éxito de Sierra Gorda se debe a la “economía de la conservación” que Pati Ruiz y el Grupo Ecológico han construido. En la actualidad, la reserva es el hogar de 100.000 personas, muchas de las cuales obtienen al menos parte de sus ingresos del ecoturismo y la restauración forestal, al tiempo que contribuyen a contrarrestar el cambio climático.

Por ejemplo, el Grupo Ecológico ha desarrollado un programa que incentiva a quienes poseen tierras y bosques en la región a que los dejen crecer de forma silvestre, a cambio de compensarles por la no ganancia de ingresos que obtendrían de la ganadería y la tala, actividades que alimentan la erosión del suelo y desestabilizan ecosistemas frágiles.

Según el Grupo Ecológico, retirar el ganado de los terrenos puede ayudar a restaurar los bosques, puesto que cada hectárea en estado silvestre puede absorber por año aproximadamente cuatro toneladas de dióxido de carbono, un gas que provoca el calentamiento global.

Grupo Ecológico ha creado su propio mecanismo de captura de dióxido de carbono denominado “Carbono Biodiverso”, basado en un modelo validado por World Land Trust. El Grupo Ecológico financia proyectos de protección forestal a través de su iniciativa Carbon Balanced y, desde 2014, colabora con el Gobierno del Estado de Querétaro en un programa de huella de carbono financiado con recursos estatales.

Foto: © UNEP/Duncan Moore

En el marco del programa, las personas propietarias de vehículos en Querétaro pagan un pequeño impuesto junto con la tasa de renovación de sus matrículas cada año. Las empresas y las industrias establecidas en Querétaro también pagan un impuesto por las emisiones de carbono. Una parte de la recaudación de estos impuestos se destina a las y los propietarios de tierras de la Sierra Gorda para compensarles por conservar sus tierras, lo que permite a una considerable variedad de plantas y animales que retornen y se recuperen.

Asimismo, el Grupo Ecológico se ha encargado de coordinar la única iniciativa mexicana de mitigación y adaptación al cambio climático centrada exclusivamente en la restauración de bosques y suelos.

“Trabajamos de la mano con el Gobierno del Estado”, afirmó Pati Ruiz. “Hemos desarrollado herramientas, estrategias, guías de acción climática y [el Estado de] Querétaro es campeón [en la materia]”.

Otros de sus proyectos son el apoyo a la apicultura, la capacitación en conservación de ecosistemas y el turismo comunitario.

Educación y sensibilización

La gestión y el uso sostenibles de la biodiversidad es uno de los cuatro objetivos generales del Marco Mundial de Kunming-Montreal de Biodiversidad, un acuerdo histórico adoptado en diciembre de 2022 para detener e invertir la pérdida de naturaleza. El plan incluye poner bajo protección el 30% del planeta y el 30% de los ecosistemas degradados para 2030.

Foto: © UNEP/Duncan Moore

De hecho, para Pati Ruiz y sus hijos, una de las mejores herramientas para defender la naturaleza y fomentar prácticas ambientales sostenibles reside en la educación.

El hijo de Pati Ruiz, Mario David Pedraza Ruiz, dirige una granja familiar llamada Rancho Suelo Vivo que ofrece programas de capacitación y educación ambiental a agricultores, desde quienes poseen pequeños cultivos hasta los que se dedican a la ganadería comercial.

“Por este salón han pasado miles de productores. Hemos buscado tener una respuesta, como todos pueden ser partícipes del movimiento de la conservación, uniendo dos ámbitos muy diferentes la ganadería y la agricultura de la conservación”, explicó Mario Ruiz.

Después de casi 40 años de estar involucrada en la campaña para proteger la Sierra Gorda, Pati Ruiz dijo que su trabajo aún la llena de un profundo sentido de propósito.

“Estamos preservando los servicios de la naturaleza, fortaleciéndolos para que capturen más agua, más dióxido de carbono, para tener más hábitat para las especies de flora y de fauna que allí se regeneran solitas. Si tú lo propicias, sucede una maravilla”, aseguró Pati Ruiz.