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20.09.2023.- El presidente colombiano Gustavo Petro pronunció un discurso en la Asamblea General de la ONU, advirtiendo sobre las consecuencias catastróficas que podrían enfrentar la humanidad si no se abordan con urgencia los problemas ambientales y climáticos que aquejan al planeta.
Parte de los asistentes a la asamblea general de la ONU se levantaron y se retiraron del recinto cuando el presidente de Colombia Gustavo Petro se disponía a dar su discurso.
No obstante con una retórica apasionada, Petro pintó un sombrío panorama del estado actual del mundo y la falta de acción global para abordar la crisis ambiental.
Utilizando un lenguaje grandilocuente, describió el último año como un período en el que la humanidad ha avanzado decididamente hacia lo que él denomina “los tiempos de la extinción”. En sus palabras, parece que la dirigencia mundial se ha distanciado de la vida misma, y ha perdido de vista la urgencia de abordar los desafíos que enfrentamos.
Petro ha estado utilizando su habilidad oratoria para posicionarse como un líder mundial en temas de cambio climático y ha criticado a otros líderes por no prestar la atención necesaria a esta amenaza. En la Cumbre Amazónica de Brasil, celebrada en julio, captó la atención al pedir a los países productores de petróleo que abandonen los combustibles fósiles y señaló que continuar con la extracción de petróleo mientras se habla de una transición ecológica es negar la realidad.
En su discurso en las Naciones Unidas, Petro resaltó que la “crisis de la vida” ya ha comenzado, como lo demuestra la migración de refugiados climáticos, y advirtió que en las próximas décadas, esta cifra podría alcanzar los 3.000 millones de personas. También advirtió sobre la transformación de su propio país, Colombia, de un lugar cubierto de exuberantes bosques a un desierto. En este escenario, sus habitantes huirían en busca de un recurso vital y fundamental: el agua.
El presidente colombiano lamentó que la humanidad se haya dedicado demasiado tiempo a la guerra, desviando recursos y atención de cuestiones esenciales y de la crisis climática, que Petro describió como “la madre de todas las crisis”.
Su discurso no careció de elementos poéticos, como su evocadora descripción de la migración climática. Las palabras “Vida” y “Crisis” aparecían constantemente en mayúsculas en su discurso, subrayando la importancia de estos conceptos en su mensaje.
Petro pintó una imagen poderosa de la migración climática como una “marcha silenciosa” que se origina en los rincones más remotos del planeta, donde personas de diversas culturas se entrelazan en su camino. Utilizó metáforas artísticas para describir cómo esta migración está creando una “obra de arte en el lienzo de la tierra”, con colores, sonidos y culturas que se mezclan sin perder su esencia original.
Al concluir su discurso, Petro compartió su deseo de que sus tres nietos vivan en un mundo que esté alejado del apocalipsis y de los tiempos de extinción. Expresó su anhelo de que vivan en un momento en el que la humanidad haya aprendido a dejar de autodestruirse en este planeta y, en cambio, haya logrado comprender y celebrar su diversidad cultural mientras trabaja unida para preservar la vida y expandir su influencia más allá de las estrellas del universo. Su mensaje final fue un llamado a la acción global y a la solidaridad para enfrentar los desafíos climáticos y medioambientales que se avecinan.
